Doctor de la Universidad Nacional Autónoma de México, el pensador elogia en su último libro un agnosticismo sin resignación ni rencor
Porque el ateo tiene que asumirse existencialmente contra Dios, tiene que postular a Dios para negarlo. Es Nietzsche, o Sartre, en esa pelea contra lo divino. Tierno Galván dice que el ateísmo es una especie de secularización imperfecta. Mientras que el agnosticismo es una secularización perfecta en el sentido de plenitud de lo humano frente al nihilismo. El agnosticismo sería como una especie de comisión de posibilidad incluso para el diálogo posible entre creyentes y no creyentes. Asumirte como agnóstico es el verdadero humanismo. Asumes mejor tu plenitud como ser humano.
P. La bendición del Papa del año pasado rompió récords históricos de audiencia. La pandemia parece que ha reactivado el sentimiento religioso, una especie de vuelta de la fe como respuesta al dolor colectivo.
R. El agnóstico no estaría reñido con la idea de que la religión pueda servir de consuelo. Es entendible que en momentos de calamidad pueda haber picos, situaciones focalizadas, pero todas temporales que no significan un retorno a lo sagrado. Me parece que hay un sedimento de secularización ya muy asentado que está acompañándonos desde el Renacimiento hasta nuestros días.
P. ¿Considera que el proceso de secularización es imparable?
R. Las decisiones se han ido secularizando. Tú empiezas a tener un dominio de tu cuerpo a tal grado que tomas decisiones con respecto al aborto o a unirte con personas de tu mismo sexo y no las trasladas a una visión trascendente. Ese proceso me parece que ha ido penetrando, desde hace mucho tiempo. Y cada vez se profundiza más. Por ejemplo, con la maternidad sustitutiva, con poner tu útero en el comercio. Para los que están imbuidos en la secularización es el dominio total de tu cuerpo. La bioética también se ha secularizado.
P. La religión tiene aún mucho peso en América Latina, con fenómenos como el crecimiento de las iglesias evangélicas. Eso no es una muestra de secularización.
R. Igual que puede haber un repunte de las iglesias evangélicas, el movimiento feminista me parece un movimiento totalmente secular. Y mucho más transversal a lo largo de toda América Latina. Las iglesias evangélicas están muy situadas en Brasil, algunos lugares de México. El feminismo, en cambio, es el gran movimiento secular del siglo XX. Es un movimiento que ha puesto la igualdad por encima de cualquier otro valor.
P. También han surgido fenómenos reaccionarios como Trump o la extrema derecha en Europa.
R. Esto nos lleva al populismo. Pero es muy alentador desde la perspectiva liberal agnóstica ver que las instituciones que se han creado han funcionado. Construcciones seculares como la división de poderes o un Poder Judicial independiente son contrapesos a estas visiones populistas. Trump no creo que vaya a tener un retorno exitoso. No creo que estemos entrando en un mundo populista. Tenemos una secularización bastante homogénea e irreversible con dos pilares: los derechos humanos y la ciencia.
“El feminismo es el gran movimiento secular del siglo XX. Ha puesto la igualdad por encima de cualquier otro valor”