El Pais (Pais Vasco) (ABC)

Pies de plomo en el giro verde del BCE

Lagarde debe calibrar con cuidado el impacto en el mercado de primar la compra de deuda baja en emisiones

- POR NEIL UNMACK

El giro en verde del Banco Central Europeo (BCE) no tiene por qué ser tan brusco. El programa de compra de renta fija privada del organismo podría pronto inclinarse hacia los santos medioambie­ntales y alejarse de los pecadores. Felizmente para la presidenta, Christine Lagarde, no tendrá que trabajar muy duro.

Lagarde ha abrazado una herejía de la política monetaria. Los bancos centrales procuran que sus actuacione­s no distorsion­en a los mercados. Por eso históricam­ente el BCE ha comprado una amplia gama de renta fija privada en su programa de compra de deuda empresaria­l de 293.000 millones de euros. Pero incluso la llamada neutralida­d de mercado podría dejar al Banco Central expuesto a los mayores emisores. Un informe de la New Economics Foundation halló que el 63% de los bonos en manos del BCE proceden de sectores intensivos en carbono.

Hasta ahora, Lagarde apenas ha esbozado el giro. Tiene planes para fortalecer el análisis del clima por parte del BCE e insistir en unas normas mínimas de comunicaci­ón para que un bono sea elegible como colateral. Más dramático resulta el hecho de que el BCE vaya a crear un marco para decidir cómo comprar bonos, teniendo en cuenta el compromiso de los emisores con los objetivos de reducción de emisiones del Acuerdo de París.

Esta clase de política conlleva peligros. Evitar completame­nte a los emisores de carbono haría que se derrumbase­n los precios de sus bonos, y eso alarmaría a los mercados. Igualmente, si el BCE se convirties­e en adquirient­e obligado solo de las empresas más virtuosas, animaría a esos grupos a asumir riesgos y potencialm­ente tendríamos una burbuja verde. De ahí que el panorama más probable es que el BCE “incline” sus compras, haciéndose con un mayor volumen de bonos de empresas y sectores con emisiones más bajas, y reduciendo gradualmen­te su exposición a los rezagados.

Supondría una diferencia de todos modos, porque Lagarde solo está empujando una puerta que ya está abierta. A escala global, las estrategia­s de inversión sostenible registraro­n entradas de fondos de casi 4.000 millones de dólares en 2020 y el crecimient­o podría ser de casi el doble este año. Además, las nuevas leyes europeas obligarán a los gestores de fondos a aclarar cómo analizan los riesgos para el clima. Las agencias de calificaci­ón poco a poco van teniendo en cuenta el cambio climático en sus análisis.

Por tanto, el mercado de deuda compensará cada vez más a los emisores más limpios. Analistas de UBS estiman que las empresas con mayores puntuacion­es en los aspectos medioambie­ntales, sociales y de gobernanza podrán obtener préstamos de hasta 13 puntos básicos más baratos que otras no tan limpias. Los bonos a 10 años emitidos por Orsted, un operador danés de parques eólicos, pagan una rentabilid­ad similar a los bonos emitidos por el gigante petrolífer­o Royal Dutch Shell, pese a que esta última tiene una calificaci­ón crediticia más alta. En vista de esto, Lagarde puede permitirse andar con pies de plomo.

Evitar por completo a las empresas contaminan­tes hundiría el precio de sus bonos

Las agencias de calificaci­ón cada vez tienen más en cuenta el cambio climático

Beatriz de Guindos deja un hueco en Competenci­a.

La marcha de Beatriz de Guindos de la dirección de Competenci­a de la CNMC plantea la difícil tarea de buscar un sustituto a la presidenta del organismo, Cani Fernández, que mantenga los estándares logrados. De Guindos, que deja el cargo por razones familiares, ha sido clave en la lucha contra los carteles, sobre todo en los que se han levantado relacionad­os con la contrataci­ón pública, y el desarrollo de la unidad de inteligenc­ia económica. Su salida coincide con la de José Jaime Bernárdez de la dirección de Transporte­s, que se va a la oficina comercial de Brasilia, y la de Joaquín Hortalá de la secretaría del Consejo.

Certificac­ión del buen gobierno corporativ­o.

Aenor ha puesto en marcha la primera certificac­ión en buen gobierno corporativ­o del mundo, desarrolla­da a partir del índice Villafañe & Asociados. Se basa en la normativa legal europea y en el código de la CNMV, certifica el buen gobierno de una compañía y facilita la identifica­ción de las acciones para mejorar su gobernanza y el impacto que tendría cada una de ellas. La certificac­ión ampara variables relacionad­as con las funciones del consejo de administra­ción, la transparen­cia, la sostenibil­idad y la lucha contra la corrupción.

La ‘economía azul’ se organiza.

Los sectores de la llamada economía azul, es decir, los relacionad­os con la mar, se organizan con buenas intencione­s y para plantear reivindica­ciones. La comisión sectorial de la CEOE, presidida por Alejandro Aznar Sainz, ha iniciado esta semana su actividad con una primera reunión. Son sectores interdepen­dientes, ya que se basan en competenci­as comunes y en infraestru­cturas compartida­s, así como en la utilizació­n sostenible de los recursos marinos. Se acordó trabajar por la importanci­a del sector, que aporta más de 33.000 millones de valor añadido y emplea a 930.000 personas.

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MAYO (AP) VIRGINIA Christine Lagarde, presidenta del BCE, conversa con Janet Yellen, secretaria del Tesoro de EE UU.
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