Consejeros retirados, no gracias
Las empresas cotizadas europeas fichan a directivos en activo para sus órganos de decisión en el contexto covid
La pandemia no solo ha dejado huella en la economía y en el tejido empresarial. También los consejos de administración se han visto arrastrados por la covid. Sus miembros buscan un nuevo propósito alineado con la sociedad que ha emergido de la crisis más comprometida con el medio ambiente y menos derrochadora. Y nuevos perfiles que les acompañen en este viraje. Así se ha puesto de manifiesto en los fichajes de asesores realizados durante 2020 en las compañías cotizadas en las principales Bolsas europeas, que fueron de ejecutivos en activo mayoritariamente, desplazando así a los tradicionales profesionales retirados y con un amplio bagaje gestor, tal y como se desprende del informe Board Monitor Europe 2021 de Heidrick & Struggles, que destaca que el 52% de los recién incorporados son directivos en ejercicio, el 54% en el caso de las mujeres. En Noruega este porcentaje llegó al 89% y en España al 74%.
En un año de caos, la supervisión financiera y la buena gobernanza fueron cruciales, según el estudio que analiza los 843 nombramientos que hubo en 2020 en los 14 principales mercados de valores europeos (50 en España). Incorporaciones que, como en 2019, fueron bastante equilibradas en género (52% hombres y 48% mujeres). “Con un mundo que cada vez se mueve más rápido, las exigencias del mercado se centran en gente lo más conectada con la realidad posible y que está a la última”, aprecia Stefano Salvatore, director general del cazatalentos en España. Los fondos de inversión reclaman directivos financieros en activo, con conocimientos muy actualizados para abordar los tiempos convulsos de la covid, explica.
Al mismo tiempo, las empresas dan más libertad a sus ejecutivos para que formen parte de consejos de administración ajenos a ellas, algo que fomenta nuevos puntos de vista, un pensamiento más diverso, beneficios para las corporaciones dada la creciente complejidad económica. Aunque muchas de ellas, aclara Maite Aranzabal, vicepresidenta de Adolfo Domínguez, limitan por contrato su participación a un solo consejo por la alta dedicación que exigen los puestos ejecutivos que, en su opinión, están rejuveneciendo los órganos de decisión corporativos.
Las juntas buscan bagaje operativo adicional para ayudar a los desafíos surgidos tras la pandemia. Carmen de Pablo, directora financiera de Gestamp, se sienta desde el año pasado en el consejo de Viscofan. Cree que “los directivos enriquecen porque aportamos experiencia y conocimiento del día a día. Además, muchas de las casuísticas que vemos en Viscofan son similares en Gestamp, ambas empresas industriales, volcadas en la industria 4.0 y la presencia internacional”. De Pablo opina que la contribución discurre en las dos direcciones, sobre todo en un momento convulso en el que las organizaciones ponen cada vez más en común sus prácticas.
Tensión del regulador
Pero la entrada de un consejero delegado o un director financiero de una empresa en el consejo de administración de otra también tiene inconvenientes. “En muchos países está generando cierta tensión con los reguladores, que están preocupados por la sobrecarga de los ejecutivos, y también puede dar lugar a conflictos si un ejecutivo cambia de roles”, dice el informe de Heidrick & Struggles. “Hay empresas cotizadas y sobre todo no cotizadas con presencia en su capital de fondos de inversión inquietas por las incompatibilidades de los consejeros directivos”,