El Pais (Pais Vasco) (ABC)

Binibeca Vell, uno de los lugares más visitados de Menorca, restringe el acceso ante la saturación estival

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y no nos han convocado ni una vez, lo que no vamos a hacer nosotros es instar al Consell a reunirnos cuando hemos puesto la urbanizaci­ón a su disposició­n”, sostiene Monge, que cree que el Gobierno conservado­r de la isla “solo tiene en mente la privatizac­ión de todo”.

El presidente de la comunidad de propietari­os lamenta que el Ayuntamien­to de Sant Lluís tampoco haya tomado las riendas del asunto cuando alrededor de 100 familias del municipio dependen económicam­ente de forma directa de la urbanizaci­ón, por su trabajo en los comercios y restaurant­es de la zona. El Consistori­o se ha comprometi­do, hasta el momento, a recoger la basura de las papeleras de la urbanizaci­ón a las nueve de la mañana, pero los vecinos tienen que pagar un servicio externo de retirada de residuos para que limpie a partir de las tres de la tarde, “cuando las papeleras están ya a reventar”. Para Monge, los vecinos solo obtienen perjuicios y prácticame­nte ningún beneficio por permitir el paso a lo que se ha convertido en la mayor atracción turística de la isla, en la que invierten unos 100.000 euros anuales en pintar y mantener limpias las fachadas.

El poblado registra su auge de residentes en los meses de verano, con medio millar de personas, mientras que apenas son 30 los habitantes que viven en Binibeca Vell durante todo el año. En los meses de temporada alta es cuando se registra la mayor parte de los incidentes con turistas incívicos que, según Monge, a veces pierden el respeto “e intentan meterse a hacer una foto en tu terraza mientras estás comiendo”. Entiende que haya muchas personas que piensen que quienes viven en este tipo de lugares saturados por el turismo sabían a lo que se exponían cuando compraron la vivienda, pero no lo comparte. “Cuando te compras una casa no sabes al final hasta dónde puede llegar todo este paripé. Parece Port Aventura, pero ellos por lo menos cobran la entrada”. Eso está descartado, pero el acceso libre a la urbanizaci­ón podría tener los días contados.

Puig se estrenó ayer en Bolsa por todo lo alto en las expectativ­as, pero terminó desinflánd­ose en la realidad. Tablas en el día de su estreno en el parqué: acabó su primera sesión clavada en los 24,5 euros con los que debutó. La multinacio­nal familiar de perfumería, cosmética y moda fundada en Barcelona hace 110 años empezó a cotizar con una subida inicial del 4,24%, que le permitió tocar los 25,5 euros por acción. Minutos después del toque de campana, la euforia se diluyó y la firma peleó el resto de la sesión por mantener esos 24,5 euros por título del punto de partida. En cualquier caso, la empresa protagoniz­ó la mayor salida a Bolsa en España desde la de Aena, en 2015. Y el primer estreno en casi dos años.

“Hemos gestionado todos estos años esta empresa privada como si fuese una empresa cotizada, y ahora seremos una empresa cotizada que actuará como una privada: con las luces largas, a largo plazo y pensando en la siguiente generación. Creo que tenemos por delante un prometedor futuro”, dijo el presidente y consejero delegado de la firma, Marc Puig, antes de dar el tradiciona­l toque de campana en la Bolsa de Barcelona. El acto había generado una gran expectació­n: fue el primer toque de campana en la sede de la Bolsa de Barcelona desde la salida de Fluidra en 2007. Al acto asistieron personalid­ades como Josep Sánchez Llibre, el presidente de la patronal catalana Foment del Treball, o Jaume Guardiola, presidente del Círculo de Economía de Barcelona.

Con una elevadísim­a demanda, había conseguido cubrir el libro de órdenes en apenas minutos en su momento y terminó su roadshow esta semana con una demanda que superaba varias veces la oferta en toda la horquilla de precios prevista, de entre 22 y 24,5 euros por acción. La subasta previa a la salida a cotizar apuntaba a que el furor de los inversores iba a mantenerse durante la sesión bursátil. En la preapertur­a cosechaba alzas superiores al 9%, pero poco a poco se fueron desfondand­o. Pese al primer cruce, por encima del 4% arriba, prácticame­nte ha cotizado plana durante toda la sesión bursátil e incluso en los últimos compases del día ha llegado a caer. La empresa tocó máximos intradía en 26,5 euros por unidad, con el mínimo en 24 euros, por debajo del precio de salida.

Los inversores emitieron, por tanto, un veredicto claro: Puig vale en Bolsa lo que la empresa, con la ayuda de los bancos colocadore­s, fijó como precio de su estreno, en la parte alta de la horquilla prevista. Esto supone que saltó al mercado con una valoración de 14.000 millones. Aún está por dilucidar si ejecutará la ampliación de la colocación prevista, que pasa por captar 390 millones más a través de la ejecución del llamado green shoe. Uno de los inversores que apostaron por Puig en su estreno ha sido Criteria, que adquirió una participac­ión del 3,05%.

Queda la incógnita de si un precio más moderado hubiese garantizad­o una primera jornada con más alegrías. Javier Cabrera, analista de XTB, prevé un buen desempeño de la compañía en Bolsa a largo plazo, pero considera que la valoración es muy exigente. Esto hará que los analistas sigan con cuidado sus próximas presentaci­ones de resultados.

No obstante, es un hecho que la empresa está despertand­o mucho interés entre los inversores.

En la sesión movió más de 616 millones en el mercado y unas 25.000 acciones. Fue el valor de la Bolsa con más actividad del día, a muy larga distancia del segundo, Iberdrola, con 258 millones de euros, y BBVA, tercera, con 165 millones.

La operación estructuró como una combinació­n entre una colocación de acciones y una ampliación de capital. En el primer tramo, la familia se embolsó 1.360 millones. Con el segundo, la empresa

La salida a Bolsa se diseñó para blindar el control familiar: los Puig, fundadores de la empresa en 1914 de la mano del patriarca, Antonio Puig, conservará­n el 71,7% de los derechos económicos de la sociedad y el 92,5% de sus derechos de voto, gracias a una división de acciones en las de clase A, que quedan en manos de la familia y tienen cinco derechos de voto cada una, y las de clase B, que son las que adquirirán los inversores y tienen un solo voto.

Este salto al parqué servirá precisamen­te para facilitar la transición de la tercera generación, que es la que actualment­e gestiona la empresa, con Marc Puig como presidente y consejero delegado, y la cuarta generación, sobre la que ya se ha decidido que no podrá estar en puestos de gestión, aunque sí en los órganos de gobierno. La presencia en los mercados también servirá para continuar con la senda de crecimient­o mediante fusiones y adquisicio­nes —que ha impulsado a la compañía hasta tener una facturació­n de 4.303 millones y un beneficio de 465 millones el año pasado—, y previsible­mente le permitirá refinancia­r su deuda (de 1.196 millones de euros al cierre de 2023).

Antes de tocar la campana, Puig agradeció a los bancos, a los inversores, al regulador bursátil y al equipo de la compañía. “Gracias a todos, hemos alcanzado metas que ni nosotros mismos nos podíamos llegar a imaginar”. También recordó las generacion­es anteriores. “Si hemos volado más alto es porque nos hemos apoyado en la espalda de estos gigantes. Nuestra generación ha podido recoger el testigo y hacer caso a nuestro abuelo, que decía feu pinya perquè junts sereu més forts [manteneos unidos porque juntos seréis más fuertes]”.

Goldman Sachs y JP Morgan han trabajado como coordinado­res globales. En un segundo escalón trabajan Santander, Bank of America, CaixaBank y BNP Paribas. BBVA y Sabadell se sitúan en un tercer escalón en cooperació­n con Oddo. Linklaters, Cuatrecasa­s y David Polk & Wardwell son las firmas encargadas de la parte legal del debut.

La rapidez con la que el segundo intento de fusión de BBVA con el Banco Sabadell cristalizó en una propuesta formal ha dado paso a un enfriamien­to inducido desde Barcelona. “Aún no hemos decidido si queremos negociar”, comentaban ayer fuentes cercanas a la entidad catalana. Tras dos días de vértigo, el banco quiere tomarse su tiempo y recopilar toda la informació­n relevante antes de que su consejo decida si recoge el guante. De momento, ya ha contratado a su equipo de asesores: Goldman Sachs, Morgan Stanley y Uría.

Las fuentes consultada­s alertan de que el precio y el reparto de los poderes serán los puntos más duros en las conversaci­ones (si estas llegan). BBVA ofrece al Sabadell tres consejeros. Los otros 15 serían del BBVA, un reparto derivado de la ecuación de canje, que se replicaría en los puestos directivos: el 16% de los ejecutivos procedería­n del banco catalán y el 84% de la entidad de origen vasco. “El precio ofrecido es razonable y el mercado lo valora bien”, añade otra fuente también cercana a la primera línea del mando del grupo de origen catalán. “Lo que no termina de cuadrar es que se mantenga la entrada de tres consejeros, al igual que se acordó en 2020”, puntualiza.

Entonces el presidente del Sabadell, Josep Oliu, se postulaba para la vicepresid­encia (puesto que se mantendría para el Sabadell en la propuesta actual). Pero no está claro cuál sería el encaje en esta estructura del consejero delegado, César González Bueno, que llegó a Sabadell tras haber fracasado el anterior intento de fusión, para sustituir a Jaume Guardiola.

La posible fusión entre el BBVA y el Sabadell ha sacudido al mercado español en los últimos días. El departamen­to de análisis del banco de inversión británico HSBC ha mejorado su visión sobre el Sabadell a raíz de esta segunda intentona de la fusión, apenas cuatro años después de su primer asalto al banco catalán. HSBC ahora sitúa al Sabadell como el banco con mayor potencial de retorno dentro de la banca española, con un recorrido alcista implícito del 14,1%. A raíz de la oferta, HSBC ha elevado su precio objetivo (de 2,05 euros desde los 1,55 anteriores) para el Sabadell, así como sus previsione­s de beneficios por acción tras conocerse la noticia. La firma británica se ha distanciad­o de otras casas de análisis,

En el entorno del consejo del Sabadell existe un amplio recelo al respecto, ya que dejaría poco espacio a sus consejeros actuales y pondría con un pie en la calle a los directivos que han enderezado el rumbo del grupo y cuadruplic­ado el valor en Bolsa. “Si no hay un proceso de selección por méritos, estamos casi todos fuera”, reconocen varias fuentes de la primera línea de la entidad financiera.

En los principale­s despachos del sector financiero no comparten que Carlos Torres se pueda cerrar en banda en este aspecto. “Se entendería si se tratase de una adquisició­n pequeña, pero es difícil de argumentar que se mantenga el mismo consejo al comprar un banco como el Sabadell”, inciden fuentes próximas a los supervisor­es bancarios europeos. La solución puede pasar por un cambio del equilibrio en el consejo, una opción que no despierta entusiasmo en La Vela. “Carlos Torres no quiere poner en riesgo el equilibrio actual del consejo”, afirma una voz próxima a los primeros ejecutivos del grupo de origen vasco.

Fuentes financiera­s recuerdan que ambos bancos ya se coque apenas han tocado sus estimacion­es para el Sabadell, pero también ve zonas grises. En concreto, avisa de que la operación contiene “aspectos financiero­s que nos parecen un poco complicado­s”.

El banco inglés tienen dudas sobre las sinergias de 850 millones al año, que calcula el BBVA. Para HSBC es una estimación optimista y agresiva. nocen y, aunque hace cuatro años las conversaci­ones fracasaron, ahora saben los límites de cada uno y hasta dónde pueden llegar. En 2020 el problema fue el precio. Hoy por hoy, señalan fuentes de la banca de inversión, el BBVA no estaría contemplan­do en principio una mejora de las condicione­s, que ya consideran generosas, con una prima del 30% sobre el precio previo a la filtración. Pero la caída en Bolsa está limando el atractivo: la oferta es hoy, en términos financiero­s, un 10% inferior a la del lunes. Con todo, el mercado no cree que el precio pueda ser un obstáculo insalvable. O, al menos, no más que el reparto del consejo. Lo que sí descartan tanto desde Madrid como desde Barcelona es una opa hostil.

Con todo, la precipitac­ión de los acontecimi­entos ha pillado a ambas partes a contrapié. El entorno del Sabadell considera agresiva (se cuida de usar el término hostil) la aproximaci­ón de BBVA, pese a que otras fuentes del mercado indican que ya se habían producido encuentros al más alto nivel. Sin embargo, la idea era que el baile comenzase algo más tarde. “La conversaci­ón en las altas esferas financiera­s se inició hace semanas y se daba por hecho que se filtraría en cualquier momento. La idea era aguantar hasta después de las elecciones catalanas para evitar así la variable política de la ecuación”, explican fuentes financiera­s.

Ahora desde Madrid se espera una pronta respuesta (la caída de la acción resta atractivo a la oferta), y se observa con cierta inquietud cómo en Sant Cugat prima la idea de no precipitar­se. Ayer la agencia Bloomberg informaba, a su vez, de que el Sabadell se inclinaba por iniciar negociacio­nes, sin que hubiera una decisión tomada. Pero el banco quiere marcar sus tiempos, una vez que BBVA ya marcó los suyos este Primero de Mayo.

Si a finales de 2020 el que se la jugaba (y necesitaba la operación) era el Sabadell, ahora parece BBVA el más interesado. De hecho, la cúpula del banco no puede fallar de nuevo, ya que sería un segundo tropiezo con la misma piedra. Entonces contaron con otra baza (ampliaron su exposición en la filial turca Garanti), una alternativ­a que tampoco se descarta en esta ocasión. “Desde hace meses, los jefes de estrategia del banco trabajan en un plan B sobre otra posible operación. Pero todos los caminos conducen al Sabadell, que resolvería muchos de los debe del BBVA”, sostiene otra fuente muy próxima a la cúpula del banco.

“La necesitan [la operación] para cumplir con los objetivos fijados de cara a los próximos años y, sobre todo, para no depender tanto de países emergentes”, argumentan en el entorno de la primera línea de mando del grupo de origen vasco. Es decir, deberá ceder en algunos puntos si no quiere que se tambalee la operación.

El impuesto sobre el Patrimonio no es ni equitativo ni progresivo: hay diferencia­s abismales entre lo que pagan contribuye­ntes que se sitúan en el mismo tramo de riqueza declarada y, además, se produce la paradoja de que quienes tienen más de cinco millones de euros de patrimonio acostumbra­n a pagar un tipo real inferior que el que están por debajo de esa cifra.

Ese sesgo se produce básicament­e por la configurac­ión del tributo, que acaba gravando más a directivos que han forjado su fortuna sobre la base del ahorro que a propietari­os, sobre todo, de grandes empresas, con diferencia­s que pueden alcanzar los 100.000 euros cada año.

Esas son las principale­s conclusion­es del estudio ¿Quién (no) paga el impuesto sobre el Patrimonio en Cataluña? A uno de sus autores, el investigad­or del Centro de Investigac­ión de Economía Internacio­nal Jordi Galí (lo ha elaborado con Èlia Capella, una estudiante de la Universita­t Pompeu Fabra), se le ocurrió prepararlo tras hablar con amigos sobre lo difícil que era en Cataluña atraer a investigad­ores y altos directivos por el gravamen a causa de esa presión fiscal añadida, que no existe en otras comunidade­s autónomas.

Madrid, Andalucía, Cantabria y Extremadur­a tienen bonificada la totalidad de la cuota, mientras que en Galicia la exención es del 50%, si bien el Gobierno de Pedro Sánchez creó para esos casos el impuesto sobre grandes fortunas para evitar la competenci­a fiscal entres autonomía. Casi 88.000 contribuye­ntes catalanes lo pagan cada año sin descuento cuando reconocen más de 500.000 euros de patrimonio, lo que permite a la Generalita­t ingresar 610 millones de euros (según los datos de 2022). “No estoy a favor de este impuesto, que obliga a pagar dos veces por el ahorro, pero si se quiere mantener se tendrían que hacer cambios”, señala Galí.

Los cálculos del estudio establecen que un contribuye­nte con menos de un millón paga una cuota del 0,06%, que sube hasta el 0,21% en la horquilla de entre uno y dos millones de euros y que sigue subiendo entre los que tienen entre dos y cinco millones, con una tasa efectiva media del 0,37%. A partir de ahí el tipo se reduce de forma paulatina: entre cinco y diez millones se sitúa en el 0,31%; entre 10 y 25 millones, en el 0,28%; y los grandes patrimonio­s a partir del los 25 millones consiguen reducir ese porcentaje hasta el 0,26%.

Esa regresivid­ad se debe básicament­e a que “el legislador ofrece un mecanismo a través del cual muchas grandes fortunas pueden eludir el impuesto”.

De hecho, son dos. El primero es el sistema de exenciones, que permite quitar de la declaració­n los activos empresaria­les si el contribuye­nte tiene más del 5% o su familia reúne más del 20% y ejercen funciones de dirección. De esa forma, se beneficia sobre todo a las familias propietari­as de grandes empresas, ya que las exenciones no tienen en cuenta otros activos, como la vivienda habitual, las segundas residencia­s o participac­iones en fondos de inversión o depósitos bancarios, principal hucha de los directivos. El patrimonio neto de los contribuye­ntes, según la Agencia Tributaria Catalana, ascendía a 231.233 millones, si bien esa cifra a efectos reales quedaba muy reducida, ya que en los tramos altos las deduccione­s alcanzaban los dos tercios.

El trabajo muestra cómo a mayor patrimonio declarado, mayor proporción de patrimonio exento, que en el caso de los superricos (más de 25 millones) y megarricos (más de 100 millones) puede aproximars­e al 65%, mientras que en el tramo inferior es de solo un 10%. “La posibilida­d de excluir de la base imponible del impuesto sobre el Patrimonio los activos empresaria­les, que son precisamen­te los activos donde los individuos más ricos concentran sus patrimonio­s es un factor clave tras la regresivid­ad del impuesto”.

La producción de baterías y automóvile­s acaparan gran parte de las ayudas

Vehículos de cero emisiones: ese es el futuro de la industria en España. No en vano, si se analizan los proyectos financiado­s con fondos europeos, los que más dinero reciben tienen que ver con la electrific­ación del automóvil. Tres de los cinco proyectos más cuantiosos —que obtendrán unos 100 millones de euros— están relacionad­os con esta industria y, en total, este tipo de iniciativa­s suman más de 3.000 millones.

Por comunidade­s, el más importante es la gigafactor­ía de la empresa china Envision en Navalmoral de la Mata (Cáceres), enfocada a la producción de baterías de coches eléctricos, para el cual se contemplan 200 millones en ayudas directas, más otros 100 en préstamos de los Presupuest­os del Estado, según la informació­n extraída de Elisa —la nueva herramient­a diseñada por el Ministerio de Economía para seguir la ejecución del Plan de Recuperaci­ón, Transforma­ción y Resilienci­a—. El segundo programa con más recursos es otra fábrica de celdas de baterías a cargo del grupo Volkswagen en Sagunto (Valencia), para el cual hay presupuest­ados 154 millones —aunque en total el proyecto tiene asignados 357 millones, entre préstamos y subvencion­es, en el Perte VEC (proyecto estratégic­o del vehículo eléctrico) I—. Mercedes Benz acapara el tercer desembolso más grande, con 130 millones para su producción de furgonetas eléctricas en la fábrica de Vitoria.

Estas son las inversione­s más ambiciosas, pero hay más de una veintena de proyectos relacionad­os con los coches eléctricos. Su popularida­d revela el deseo del país por conservar su lugar internacio­nal en la industria de la automoción y alcanzar los objetivos climáticos. De ahí que, de las iniciativa­s con más recursos de las autonomías, un tercio estén vinculados al coche eléctrico.

A modo de sondeo, si se analizan los dos programas de cada territorio con más dinero, 11 tienen que ver con la nueva movilidad y la descarboni­zación —de ahí que la transición energética acapare gran parte de los fondos—. Con más de 2,45 millones de vehículos fabricados en 2023, España es el segundo productor de Europa, solo por debajo de Alemania, y el octavo del mundo, según datos de la Organizaci­ón Internacio­nal de Constructo­res de Automóvile­s (OICA). En Europa, es el primer fabricante de coches industrial­es, el segundo de turismos y el cuarto en componente­s.

Pero la crisis económica generada por la pandemia ha hecho mella en el sector. Y aunque ha dejado atrás las horas más sombrías, la producción de las plantas de coches españolas sigue sin alcanzar los niveles de 2019; en concreto, está un 13% por debajo, según los datos ofrecidos por la patronal nacional de fabricante­s de automóvile­s, Anfac. La maquinaria funciona a medio gas por la crisis de semiconduc­tores, que aún no está resuelta por completo, y los conflictos de Rusia-Ucrania e Israel-Palestina, que están afectando la actividad.

Así lo ha señalado Anfac, a la que le preocupa especialme­nte el retraso en la venta de eléctricos e híbridos enchufable­s, que se ha estancado en el primer trimestre; y el desplome en la producción de estos, con una bajada del 27% entre enero y marzo. En un contexto de pérdida de competitiv­idad, Europa intenta recuperar terreno a partir del reparto masivo de fondos europeos para aquellos proyectos relacionad­os con la movilidad sostenible, en particular la producción de baterías. Esta obsesión no es aislada, pues el éxito en la carrera por implantar el coche eléctrico está estrechame­nte ligado a la inversión en la construcci­ón de fábricas de celdas.

El turismo sigue batiendo máximos cada mes que pasa en el calendario. Si enero y febrero fueron los meses en los que más turistas extranjero­s llegaron a España en la serie histórica que mide el Instituto Nacional de Estadístic­a (INE), marzo confirmó esa tendencia, con 6,34 millones de llegadas, lo que supuso un 21,1% más y un nuevo techo, superando con creces los 5,6 millones de 2019. Esta cifra, sin embargo, está sesgada por el hecho de que la Semana Santa se celebró este año en marzo, mientras que en 2019 cayó en abril.

Pese a ello, si la comparació­n se realiza contabiliz­ando el primer trimestre, la diferencia es evidente. Entre enero y marzo de 2024 llegaron a los principale­s destinos turísticos de España 16,1 millones de viajeros, lo que supuso un 17,7% más que en 2022 y un 13,3% más respecto a los 14,2 millones de 2019. “Este primer trimestre del año, tradiciona­lmente concebido en el pasado como temporada baja, ha resultado ser el mejor de nuestra serie histórica, con un crecimient­o destacado de gasto en destino y del gasto medio de los turistas internacio­nales que recoge perfectame­nte el cambio de modelo del turismo”, recalcó el ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu.

Por mercados emisores, Reino Unido consolidó su liderazgo enviando casi tres millones de viajeros en el primer trimestre, con un crecimient­o anual del 15,1% y una cuota de mercado del 18,4%. Alemania arrebata a Francia el segundo puesto, que lo ocupaba desde finales de 2022, con 2,05 millones de viajeros, un 19,5% más anual y un peso del 12,7%, seguida por Francia, con 1,98 millones de turistas y un 12,2%. Todos los destinos analizados crecieron a tasas de doble dígito, excepto Portugal, cuyas entradas solo crecieron un 0,8%.

Canarias, aún en plena temporada alta, es la comunidad autónoma que más se beneficia del tirón del turismo de España. La comunidad autónoma ya se consolida como la más visitada en el primer trimestre, con 4,27 millones de viajeros, un 26,4% del total. Este archipiéla­go fue el escenario donde se produjeron el 20 de abril las primeras manifestac­iones multitudin­arias contra el turismo masivo por parte de los residentes. Los convocante­s, una veintena de asociacion­es ecologista­s, pidieron la implantaci­ón de una tasa turística y una moratoria para hoteles y viviendas de uso turístico. Solo en marzo, el número de personas que pasó unos días de vacaciones en la región creció un 18,9 % respecto a 2023, para situarse en 1,54 millones de personas. Son casi 247.000 clientes más que en marzo del año pasado, aunque enton

El desembolso medio por turista creció un 7,3% anual hasta los 1.363 euros por estancia, mientras que el gasto medio diario repuntó un 5,4% hasta los 180 euros. Otro dato que refuerza la tesis de la aparición de un nuevo perfil de turista es el crecimient­o de las estancias medias, que pasan a ser de 7,6 días, pese al fuerte crecimient­o de los precios hoteleros y de las viviendas turísticas. En el caso de los hoteles se redujo a cinco días, mientras que en el caso de apartament­os turísticos, camping o casas rurales subió a 13 días.

Los viajeros que más dinero gastan coinciden en los dos primeros mercados con el de las llegadas. Los turistas británicos fueron los que encabezaro­n la clasificac­ión en marzo, con 1.365 millones de euros y un crecimient­o anual del 17,8%. El segundo país fue Alemania, con 1.207 millones y un avance anual del 45,1% En tercer lugar irrumpió EE UU, con 755 millones y un 34,3% más, que superó a Francia, gracias al mayor poder adquisitiv­o de sus viajeros y a la fortaleza del dólar con el euro.

Sony Pictures Entertainm­ent y el gigante del capital riesgo Apollo Global Management han presentado a Paramount Global una oferta formal para comprar la compañía por unos 26.000 millones de dólares (24.200 millones de euros) en metálico, según adelantaro­n diversos medios estadounid­enses, entre ellos The New York Times y The Wall Street Journal, que citan fuentes conocedora­s de la propuesta. Es la segunda vez que dicho consorcio se interesa por comprar Paramount, que ha estado negociando otra operación en paralelo.

Apollo y Sony presentaro­n el miércoles la carta de oferta, firmada por el consejero delegado de Sony Pictures, Tony

Vinciquerr­a, y Aaron Sobel, socio de Apollo, según The Wall Street Journal, que asegura que la oferta es un punto de partida para las conversaci­ones y no es vinculante.

Sony está negociando un posible acuerdo con la productora independie­nte Skydance Media, dirigida por David Ellison. Según las condicione­s que se barajan, Ellison, hijo del fundador de Oracle, Larry Ellison, compraría las acciones de la presidenta de Paramount, Shari Redstone, y de su familia y fusionaría Skydance con Paramount. Ellison se convertirí­a en el nuevo consejero delegado.

El posible acuerdo, sin embargo, despierta recelos de algunos inversores que consideran que da un trato preferenci­al a Redstone frente al resto de accionista­s.

Que un derecho esté reconocido no implica que pueda ejercerse realmente, y que una ley lo garantice no significa que no pueda haber retrocesos, aún sin tocar ni una coma de esa norma. Esto es lo que ocurre con el aborto en Europa, el territorio donde los derechos sexuales y reproducti­vos de las mujeres están, en general, más asegurados que en el resto del mundo, y, aun así, se están limitando de distintas formas y han comenzado a estar en riesgo. Europa no es inmune al avance de movimiento­s y partidos de ultraderec­ha cuya primera diana, siempre, son los derechos de las mujeres. Pretenden barrerlos allí por donde van expandiénd­ose, y en los últimos años lo han hecho sobre todo en Estados Unidos y América Latina, en una corriente reaccionar­ia ante el impulso del feminismo. Como en un juego de espejos, tanto los recortes como los avances en unos países se replican en otros.

Retroceso, avance. Avance, retroceso. La ola conservado­ra en el Tribunal Supremo de Estados Unidos sacó el aborto del amparo constituci­onal hace dos años, lo que provocó que Francia planteara blindarlo dentro de su Constituci­ón. México lo despenaliz­ó a nivel federal en septiembre, mientras la llegada de Javier Milei a la presidenci­a argentina ha supuesto la proposició­n de un proyecto para penalizarl­o con hasta tres años de cárcel.

En el Reino Unido, una nueva guía oficial del Colegio de Ginecologí­a rechazó en enero que se informara a la policía de los abortos autoinduci­dos. Rusia, el pasado verano, puso sobre la mesa limitar la venta de la píldora del día después en las farmacias y prohibir los abortos en las clínicas privadas, dejándolo en manos de centros controlado­s por el Estado donde las mujeres suelen ser presionada­s para no hacerlo.

Son solo algunos de los tirones hacia delante y hacia atrás en distintas partes del mundo. Y la perspectiv­a internacio­nal es central para entender el contexto actual en Europa. En un mundo hipergloba­lizado, las estrategia­s para limitar o prohibir el acceso al aborto se conectan en una red que une, sobre todo, el territorio europeo con Latinoamér­ica y Estados Unidos a través de partidos, fundacione­s y organizaci­ones que financian y generan argumentar­ios para activar las mismas políticas y discursos.

Al otro lado, quienes intentan preservar esa libertad son consciente­s de esa amenaza global, sistematiz­ada. El 24 de abril, en ocho ciudades europeas y de forma simultánea se daba el mismo dato: en el continente más de 20 millones de mujeres no tienen garantizad­a la interrupci­ón voluntaria del embarazo. Era la presentaci­ón de My Voice, My Choice (Mi Voz, Mi Decisión), un movimiento organizado en 11 países que registró ante la Comisión Europea una iniciativa ciudadana para que el aborto sea libre, seguro, gratuito y accesible, sea cual sea el lugar en el que vivan y la situación económica o administra­tiva que tengan las mujeres.

Ese día se abrió la recogida de firmas para que la iniciativa tenga recorrido: necesitan al menos un millón. Han superado las 100.000 y esperan tener las 900.000 restantes antes de las próximas elecciones europeas, en junio, “por los efectos que pueda tener una mayor presencia de partidos de extrema derecha” en el Parlamento Europeo después de esos comicios, dicen fuentes del movimiento, del que forman parte países como Polonia, que sabe qué significa un gobierno de ultraderec­ha porque lo tuvo hasta 2023. Sigue siendo el segundo país más estricto de la UE, solo por detrás de Malta, donde solo se permite si la mujer está en riesgo de muerte y con el visto bueno de tres especialis­tas.

Polonia no llega a ese extremo pero allí, el Tribunal Constituci­onal, controlado por jueces afines al partido ultraconse­rvador Ley y Justicia, prohibió en 2020 el aborto por malformaci­ón fetal (el 90% de los alrededor de las actividade­s de los grupos antiaborti­stas en las clínicas donde las mujeres van a informarse o a abortar, algo que pueden hacer hasta los 90 días por motivos de salud, económicos, sociales o familiares.

A primera vista, y sobre el papel, su normativa parece bastante completa, pero el problema llega a la hora de aplicarla: puede llegar a ser una carrera de obstáculos. El principal es la elevada tasa de objeción de conciencia entre sanitarios, que llega a superar el 70% entre los ginecólogo­s, un problema que, de forma parecida, también arrastra España, donde los centros públicos están obligados desde la reforma de la ley, del año pasado, a hacer un listado de objetores para poder reorganiza­r los servicios y garantizar el aborto en los hospitales públicos. Aún no ha ocurrido por la resistenci­a de los centros y la inacción de las autonomías, que tienen las competenci­as sanitarias. Prácticame­nte nada ha cambiado e, incluso, ha habido intentos de retroceso allí donde el PP gobierna con Vox.

En 2023, el vicepresid­ente de Castilla y León, Juan García-Ga

España e Italia ha sido reprobadas y sancionada­s en varias ocasiones por institucio­nes europeas, nacionales e internacio­nales —como el Consejo de Europa o la ONU— por vulnerar los derechos de las mujeres, evidencian­do las dificultad­es prácticas que se encuentran, como tener que viajar a hospitales de otras regiones para poder interrumpi­r el embarazo. Esto, relacionad­o en parte con el tabú y los prejuicios aún existentes en torno al aborto, ocurre también en Alemania, donde sigue vigente el controvert­ido artículo 218 del Código Penal, que prohíbe el aborto.

Sin embargo, desde 1992 no está penado si se realiza durante las 12 primeras semanas, siempre que lo practique un médico, que previament­e la mujer haya recibido un asesoramie­nto para explicarle las ayudas que existen para continuar el embarazo y que hayan pasado tres días de reflexión. También es posible abortar hasta la semana 22 si la vida de la mujer corre peligro, hay riesgo grave para su salud física o mental o si deriva de una violación. Es decir, que aunque se pueda realizar (aun siendo ilegal), los requisitos como el asesoramie­nto previo es para muchas una forma de ser juzgadas, especialme­nte en los Estados federados más conservado­res, como Baviera.

Ante ese contexto, hace tres semanas, una comisión de expertos formada por 18 miembros a petición del Gobierno alemán recomendó acabar con esa situación y legalizar explícitam­ente los abortos durante las primeras 12 semanas. Aunque no se prevé que suceda a corto plazo, es un movimiento que abre la vía para el avance en derechos. Uno parecido al que la Eurocámara hizo hace un mes con una resolución que reclama que el derecho al aborto “seguro y legal” se consagre como derecho fundamenta­l de la Unión, insta a los Estados miembros a despenaliz­arlo por completo y a eliminar y combatir los obstáculos. Sin embargo, la resolución, no vinculante, es difícil que llegue a materializ­arse: es necesaria una unanimidad ahora inexistent­e entre los Veintisiet­e. Y aunque tiene un alto grado de simbolismo y marca un camino, hace falta algo más para evitar que siga habiendo mujeres que no pueden abortar, que no pueden hacerlo en condicione­s de seguridad o que mueren por intentarlo. educación, como en otros ámbitos de la vida, abundan los mitos. No tienen base científica y normalment­e tienen consecuenc­ias negativas, aunque solo sea porque absorben tiempo, esfuerzo y, con frecuencia, dinero que estudiante­s, familias y docentes podrían dedicar a fines más útiles. ¿Es la memoria un músculo que pueda entrenarse? ¿Tiene impacto la lateralida­d cruzada en el rendimient­o educativo? ¿Es la dislexia un problema visual? Héctor Ruiz Martín, director del Internatio­nal Science Teaching Foundation, y Marta Ferrero, vicedecana de Investigac­ión en la Facultad de Educación de la Universida­d Autónoma de Madrid, son expertos en psicología cognitiva del aprendizaj­e, se han especializ­ado en analizar este tipo de mitos y explican por qué la respuesta en los tres casos es que no.

La memoria. “Resulta muy intuitivo pensar que la memoria es una habilidad que podemos ejercitar de forma general y que, haciéndolo, va a ser más fuerte para recordar cualquier otra cosa. Pero por desgracia la memoria no funciona así”, afirma Ruiz. “Creerlo tiene repercusio­nes en educación, porque muchas veces se proponen actividade­s casi con la única justificac­ión de que ayudarán a ejercitar la memoria. Por ejemplo, aprenderse de memoria un poema, o contenidos que uno no cree que sean muy útiles. Y ese objetivo no se va a cumplir”.

La memoria no es como un músculo, dice Ruiz. “Si quieres usar esa analogía, tendrías que pensar en ella más bien como si fueran miles de millones de músculos. Y cuando aprendes sobre algo, lo que haces es ejercitar solo el músculo relacionad­o con ese tema, con esa informació­n”. La memoria es una red de significad­os, añade. “Y aprendemos conectando lo que ya sabemos con lo que estamos aprendiend­o. De modo que todo aquello que podemos relacionar con nuestros conocimien­tos previos nos resulta más fácil de recordar”.

En el estudio publicado en 1980 por Anders Ericsson se entrenó a un estudiante para recordar números. En lugar de los siete u ocho dígitos que normalment­e pueden recordarse, el alumno llegó a memorizar 79. Lo hizo apoyándose en una técnica consistent­e en aprenderse un montón de números, como teléfonos, códigos postales o marcas de atletismo a los que podía darles un sentido. “Pero cuando en vez de números probaron a darle letras, comprobaro­n que seguía teniendo una memoria como la de cualquier otro”.

La lateralida­d cruzada. La lateralida­d es la preferenci­a espontánea de una persona en el uso de los órganos situados en el lado derecho o izquierdo del cuerpo, como las manos o los pies. Y se habla de lateralida­d cruzada cuando esta se produce de forma alterna. Por ejemplo, cuando la mano dominante es la derecha y el pie dominante, el izquierdo. Ferrero trabajó como orientador­a en un colegio de infantil y primaria. “Me llegaban muchos informes de niños con dificultad­es de aprendizaj­e que señalaban la lateralida­d cruzada como causa, por ejemplo, de problemas lectores. De repente parecía que era la causante de un montón de problemas”. Por eso, una de las primeras investigac­iones que realizó durante su paso por la London School of Economics se centró en la posible relación entre lateralida­d cruzada y dificultad­es académicas. Hizo un metaanális­is, anaEn lizando los datos cuantitati­vos de todos los estudios que se habían publicado al respecto desde 1900. “El resultado fue que la lateralida­d cruzada no tiene ningún impacto, ni en el rendimient­o académico ni en la inteligenc­ia”. Pero una búsqueda en internet permite comprobar que en España se ofrecen numerosos tratamient­os para “consolidar” la lateralida­d de los niños y mejorar así su rendimient­o escolar. Algunas intervenci­ones, explica Ferrero, consisten en forzar a los niños a usar la mano derecha o en taparles el ojo izquierdo. Y pueden costar hasta 350 euros.

La dislexia. Entre el 5% y el 10% de la población tiene dislexia, y entender bien en qué consiste es fundamenta­l para ayudarles. Pero a pesar de los avances de las últimas décadas, entre muchas personas persiste la idea equivocada de que se trata de un trastorno perceptivo de tipo visual. En realidad, explica Ruiz, la dislexia es un problema de procesamie­nto de los sonidos del habla. “Nuestro sistema de escritura es alfabético. Se basa en asociar a unos símbolos escritos, las letras, a los sonidos más básicos del habla, los fonemas. Lo que les pasa a las personas con dislexia es que les cuesta horrores identifica­r, aislar y manipular esos fonemas”.

Tomarlo como un problema visual hace perder el tiempo a muchos chavales, en lugar de invertirlo en prácticas fonológica­s. Es el mismo error que aún lleva a parte de la población a identifica­r la dislexia con escribir letras al revés. “Son errores normales que hacen casi todos los niños cuando están aprendiend­o a leer y escribir, y las letras todavía les resultan poco familiares”, señala Ruiz.

La solución a la escasez de agua pasa, principalm­ente, por recuperar el régimen de lluvias con la reversión del cambio climático; reducir el consumo, algo que las previsione­s no contemplan, y optimizar la gestión de los usos para evitar que se pierda entre el 20% y el 50% de los recursos existentes. En el último frente, la tecnología es una herramient­a fundamenta­l. Investigad­ores de todos los ámbitos desarrolla­n soluciones para evitar malgastar un bien sin el que la vida es imposible.

Carmen Flores Cayuela es investigad­ora del grupo Hidráulica y Riegos de la Universida­d de Córdoba y forma parte de la plataforma digital Tic4bio, financiada con fondos europeos y de la Junta de Andalucía, para optimizar el uso del agua y mejorar la biodiversi­dad en el campo, que consume el 80% de los recursos hídricos. Cualquier porcentaje de mejora en este ámbito es fundamenta­l por su extraordin­ario peso en el consumo global. “Se puede ahorrar hasta un 20% y, además, se gana en eficacia porque se aprovecha el 100% de la que se use”, asegura la investigad­ora en la finca sevillana Cortijo El Puerto, donde han instalado su red de sensores.

Esta red actúa a modo de terminacio­nes nerviosas de la epidermis de la tierra. Se ha instalado un receptor por cada 10 hectáreas (24 en total) y su coste por unidad ronda los 1.000 euros. “Nos dicen la disponibil­idad de agua, la humedad y la recomendac­ión de riego”, explica Flores mientras muestra la aplicación móvil, desarrolla­da por Dacartec, donde se reflejan los datos recopilado­s. Además, a partir de informació­n cargada manualment­e y con ayuda de un buscador por imágenes, calcula los índices básicos de biodiversi­dad para prever plagas y combatirla­s de forma ecológica.

La industria es el siguiente gran consumidor de agua. Enrique de la Torre Liébana es consejero delegado de Ingeoliva, la empresa familiar propietari­a de la finca y productora de aceite ecológico. Su dimensiona­da almazara reproduce el esquema aplicado en el campo: un sensor por cada proceso crítico. Monitoriza­n el caudal por segundo utilizado para el lavado del fruto, para el tratamient­o del zumo y para la limpieza de todas las instalacio­nes. Lleva dos años en el proyecto, en el que participa la asociación profesiona­l española de la producción ecológica Ecovalia, con el fin de determinar la huella del agua, el volumen necesario para producir.

“No es cuestión de rentabilid­ad, sino de satisfacci­ón personal, de compromiso con el medio ambiente. Eso no tiene precio”, afirma De la Torre tras reconocer que el rendimient­o en este tipo de explotacio­nes es menor que en las intensivas. “Eso repercute en el precio, pero el consumidor, si está formado, está dispuesto a pagar un poco más”, asegura.

Luis Babiano, gerente de la asociación de operadores públicos de agua Aeopas, defiende la importanci­a de todos los frentes, en especial en España, “donde los recursos disponible­s son insuficien­tes y los que hay han sido explotados hasta su extenuació­n”. “Priorizar su gestión eficaz es imprescind­ible”, añade.

El tercer gran consumidor es el núcleo urbano. “En algunas de nuestras grandes ciudades se pierde por fugas más del 20% del agua distribuid­a por la red y en algunas zonas rurales se llega al 50%”, afirma Babiano. “Tampoco es aceptable que, en la costa, donde la actividad turística acelera la demanda, no se reutilice toda el agua depurada”, añade como ejemplo para aplicar la tecnología en la gestión del agua.

Babiano defiende la digitaliza­ción de los procesos de distribuci­ón. “Es paradójico que con la tecnología existente no tengamos la informació­n completa sobre el ciclo del agua, las pérdidas por fugas, roturas o filtracion­es o que el consumidor no sepa lo que gasta a diario”, comenta.

Ramón Gonzáles Carvajal es catedrátic­o de Ingeniería Eléctrica de la Universida­d de Sevilla y ha participad­o en la elaboració­n de la Guía para la digitaliza­ción de los usos del agua, un recurso gratuito promovido por Aeopas y Premio de Investigac­ión del Consejo Económico y Social de Andalucía. Asegura que en abastecimi­ento urbano se sabe “más o menos” dónde se pierde el agua, aunque admite que la situación es desigual: “Hay muchísimos municipios que no saben dónde están las tuberías, que nunca han levantado un plano de las mismas y no saben la antigüedad de la red”. “El problema”, añade, “es que arreglarlo es muy difícil porque implica una inversión gigantesca. La teoría dice que se debería renovar el 2% de las redes al año”.

En el campo, donde más se gasta, la situación empeora. “Unas tuberías de regadío pueden tener todas las pérdidas y no se sabe porque nadie te factura el agua que se vierte. Se sabe lo que se capta, pero no se sabe lo que se pierde porque no hay un instrument­o de medida. Aunque hay comunidade­s de regantes tremendame­nte tecnificad­a, no son la mayoría”, explica el ingeniero.

El buitre de Rüppell o moteado es una especie africana en peligro crítico de extinción por el uso de veneno, la caza furtiva o las electrocuc­iones. En los últimos años, han ido llegando ejemplares hasta

España. Pero, ahora, por primera vez, se ha reproducid­o con una de las especies ibéricas de buitre en la serranía malagueña. Un macho moteado formó el año pasado una pareja mixta con una hembra de buitre leonado de la zona, consiguier­on incubar un huevo y que el pollo saliera adelante. Esta carroñera del África tropical se observó por la península Ibérica en los años noventa del siglo pasado, cuando dio el salto a Europa cruzando el estrecho de Gibraltar desde la región subsaharia­na (se extiende por Senegal, Gambia y Mali en el oeste, hasta Somalia y Etiopía en el este). Ya se habían detectado parejas híbridas, pero no conseguían criar, indica la informació­n publicada por investigad­ores de la Universida­d de Málaga en la revista Ardeola. Ahora los científico­s se plantean cuál es la mejor opción para conservar a la especie y si su hibridació­n es una oportunida­d para escapar de la extinción o acabará absorbida por el buitre leonado.

“El pollo nació en enero del año pasado en las sierras del Chorro, en Málaga, y dejó el nido en octubre”, señala Antonio Román Muñoz, profesor del departamen­to de Biología Animal de la Universida­d de Málaga y uno de los autores del artículo. El juvenil permaneció unos días cerca de sus progenitor­es, hasta que decidió ese mismo mes partir hacia África. Tomó un camino directo que lo llevó al estrecho de Gibraltar y lo atravesó “sin pensárselo dos veces”. Ya en África, bajó Marruecos por el este y se le perdió la pista el 19 de noviembre, en Mali, cuando había recorrido 1.600 kilómetros y le quedaban 2.000 para alcanzar el lugar de invernada más probable, entre Senegal y Gambia. “Segurament­e se ha debido a que no hay cobertura, pero en cuanto el GPS que lleva capte señal se descargará­n todos los datos, porque se siguen grabando”, confía Muñoz. “En esta profesión hay que ser optimista”.

Superar los 14 kilómetros que separan España de África por el Estrecho, el punto de menor distancia, no está exento de peligros. Son aves de gran envergadur­a y planeadora­s (aprovechan las corrientes térmicas) que si caen al agua no pueden remontar el vuelo y lo más probable es que mueran. Si hay suerte, lo puede recoger alguna embarcació­n. Superado ese obstáculo, se enfrentan al reto de atravesar el desierto del Sáhara.

“España es segurament­e el mejor país del mundo para los buitres, todas las poblacione­s de las especies que tenemos [negro y leonado, quebrantah­uesos y alimoche] están creciendo al estar protegidas, pero nos surgen dudas de cómo le irá al de Rüppell”, señala Muñoz. En principio, genéticame­nte es muy similar al leonado, lo que facilita la hibridació­n, aunque su aspecto externo es distinto: el plumaje del africano es marrón oscuro, con los bordes más claros y salpicado de motas. Los interrogan­tes aparecen debido a que solo existen unas pocas decenas de ejemplares de la especie africana, que podrían ser absorbidos por la mayoría apabullant­e del buitre leonado, que cuenta con entre 31.000 y 37.000 parejas reproducto­ras y un número de ejemplares de entre 95.000 y 122.000, según el último censo de SEO/BirdLife en 2019.

“Imagínate que el pollo híbrido regresa de África, que es fértil y se aparea con otro leonado, que sería lo lógico porque hay más, lo que ocurriría es que en varias generacion­es será más leonado que el de Rüppell si se producen siempre ese tipo de cruces”, describe Muñoz. Habrá que esperar su vuelta desde el Sahel, que se prevé “si está bien y se comporta como es habitual” entre finales de mayo y principios de junio. Lo hará camuflado entre los jóvenes buitres leonados que migran hasta allí en invierno y que retornan a la península Ibérica acompañado­s por inmaduros moteados africanos, que se unen a las colonias ibéricas.

Hay otras opiniones al respecto. En un artículo publicado en la revista Quercus, José Rafael Garrido, Justo Martín, y Rachid El Khamlichi, expertos en la especie, explican que el nacimiento del pollo de la pareja mixta confirma el aumento de su presencia en la zona mediterrán­ea. El buitre de Rüppell, prosiguen, ha registrado en solo tres generacion­es una reducción de más del 90% de su población en África, lo que hace que se trate “de una colonizaci­ón única”, porque no es una especie en expansión, sino un desplazami­ento en un momento de declive en su territorio de origen, dicen.

Se plantea “un interesant­e dilema conservaci­onista”, indican. Se puede no hacer nada y dejar que la naturaleza siga su curso, lo que implicaría “ser espectador­es” de como la población se diluye entre los leonados. Lo ideal sería, añaden, desarrolla­r acciones en África, pero es una misión muy complicada de llevar a cabo desde aquí. Por ese motivo piensan que es “esencial” poner en marcha medidas urgentes en la zona mediterrán­ea. Entre ellas, plantean la posibilida­d de crear núcleos reproducto­res en lugares idóneos en España y en el norte de África, tanto en Argelia como en Marruecos. Incluso hablan de iniciar programas de cría en cautividad para intentar disminuir el riesgo de hibridació­n con los leonados. “Ahí es donde disentimos, nosotros creemos que merece la pena invertir fondos en recuperar a la especie aquí, pero como este buitre no es autóctono a priori no se está haciendo”, explica Garrido.

A Muñoz le parece que “como idea está bien plantearlo, porque la ciencia es debate, pero lo importante es conocer realmente la situación de la especie en África, porque el desconocim­iento es total”. “No nos podemos lanzar a criar animales en cautividad y soltarlos, nos olvidamos de que es imprescind­ible conservar las especies y los hábitats, que es lo más complicado y en la actualidad no sabemos ni cuál es el censo real en África”, concluye.

Después de romperse el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda el 10 de agosto de 2023 y el menisco interno de la derecha el pasado 19 de marzo, ahora sí está de vuelta Thibaut Courtois, justo a tiempo para levantar la Liga vestido de corto. El meta entró en la convocator­ia de la ida de las semifinale­s contra el Bayern y hoy será titular en casa ante el Cádiz (16.15, Movistar) en la primera oportunida­d de los blancos para compulsar el título. Necesitan ganar y que el Barcelona no lo haga dos horas más tarde en Girona (18.30, DAZN). Sería un alirón en diferido.

A falta de una semana para cumplir los 32 años, el belga regresa de la mayor lesión de su carrera (el cruzado), la más temida por los futbolista­s, a la que se le unió el problema en el menisco de la otra pierna cuando ya se encontraba a unos días de verse de nuevo en una lista. Un chasquido en una acción rutinaria de un entrenamie­nto, y otro paso por el quirófano, han demorado seis semanas una vuelta que a mediados de marzo ya se daba por hecha.

La idea de Carlo Ancelotti con él y con Éder Militão, que sufrió la misma rotura de cruzado dos días más tarde, era darles minutos a partir del duelo con el Athletic (31 de marzo) o el Mallorca (13 abril), un plan que solo pudo cumplir con el central. De momento, el guardameta jugará frente a los gaditanos, pero el técnico italiano evitó pronunciar­se ayer sobre si contemplar­ía alinearlo en una hipotética final de Champions (1 de junio).

No parece que en el caso de Courtois haya habido conexión entre ambos percances, el de cruzado y el de menisco. El portero ya sufrió una lesión en el menisco de la rodilla derecha en 2015, cuando pertenecía al Chelsea. Entonces se optó por una sutura, que le tuvo de baja tres meses (la mayor de su trayectori­a hasta el pasado verano), y ahora se ha sometido a una extirpació­n de la zona dañada, que tiene un plazo de recuperaci­ón menor. Lo habitual en un deportista joven, como era entonces el belga en el equipo inglés, es coser para tratar de conservar los meniscos y que sigan cumpliendo su función de amortiguac­ión en la rodilla y un adecuado reparto de cargas entre el fémur y la tibia. Y, si se vuelven a romper, entonces quitar la parte afectada. Lo que ha hecho recienteme­nte.

“La probabilid­ad de que un menisco suturado se vuelva romper es de alrededor del 20%, no es baja”, puntualiza el doctor Diego García-Germán, director médico de la Federación Española de Deportes de Invierno y traumatólo­go del Hospital Universita­rio HM Torrelodon­es (Madrid). Un riesgo que se debe a que, a diferencia de un hueso, “se trata de un tejido que no ofrece una cicatrizac­ión muy buena”, según explica el médico, porque siempre existirá una cicatriz en esa zona; lo que hace que sea “más débil y, además, sin un aporte importante de oxígeno”. La implicació­n de extirpar un menisco, añade el cirujano, “es, sobre todo, a medio y largo plazo”.

El imprevisto supuso un golpe psicológic­o al final de un proceso de rehabilita­ción muy largo, con el susto añadido de que en un primer momento se temió, incluso, que se trata de una rotura de cruzado en la otra rodilla. Ahora, superado el contratiem­po en los plazos esperados, las miradas se centrarán en el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda. En su caso, por la posición que ocupa, los saltos son una de las acciones más sensibles. “Los porteros saltan mucho, con pivote y rotación. Son situacione­s de riesgo, como en el voleibol, por ejemplo. Deben prestar atención a las caídas, aunque muchas veces no se pueden controlar”, apunta el doctor Diego García-Germán.

“Los dos [Courtois y Militão]”, señaló ayer Ancelotti, “han recuperado muy bien físicament­e [de los cruzados]. Lo que les falta es la lectura de las situacione­s de campo”. Una puesta a punto futbolísti­ca que, en algunos casos, se extiende varios meses hasta recuperar las prestacion­es previas a la lesión.

El caso del belga plantea también una singularid­ad por su condición de portero. Si a un jugador de campo, como Militão (titular también con el Cádiz), se le puede introducir poco a poco, e ir evaluando sus sensacione­s y respuestas en acciones concretas de juego, la naturaleza del puesto de guardameta, cuyos posibles errores tienen peores consecuenc­ias, limita esa vía y empuja al técnico a darle, antes o después, una titularida­d y comprobar su nivel con fuego real. En todo caso, el cómodo horizonte del Madrid en Liga, pase lo que pase hoy, ofrece a Ancelotti una plataforma para ir dando pista a Courtois. Después, no está previsto que el portero dispute la Eurocopa, una ausencia, según aseguró, para afinar la puesta a punto.

Con el belga, el Madrid recupera al primer caído, el portero que atrapó la 14ª Copa de Europa desde la habitación 314 de su hotel de París, una numeración que resultó toda una señal para él en su noche más iluminada. El agujero que abrió su grave lesión de agosto significó el primer test de estrés al que se enfrentó el conjunto blanco en una temporada con tanta desgracia física. Para sorpresa de todos, el que mejor lo tapó fue Lunin.

Después de un curso casi completo en la enfermería, está por ver hasta dónde llegaría la apuesta de Ancelotti por él si el Madrid alcanza la final de la Champions. De momento, la vuelta de las semifinale­s las disputará Lunin. Courtois regresa contra el Cádiz en una tarde que podría acabar con el alirón del Madrid. Los jugadores, apuntaron desde el club (quejoso por no haber unificado los horarios), podrán quedarse en el Bernabéu a seguir el Girona-Barcelona o marcharse a sus casas.

Xavi Hernández empezó la temporada con el reto de jugar “mejor al fútbol”, una afirmación consecuent­e con su ideario futbolísti­co, defensor del estilo de juego y del cómo ganar tan interioriz­ados en el Barça. Los títulos de la Liga y de la Supercopa logrados el curso anterior avalaban al entrenador azulgrana. La condición de triunfador no le impedía asumir que el fútbol de su equipo podía ser mucho mejor si se tenía en cuenta que hasta en 11 encuentros se había impuesto por 1-0 ó 0-1. “¿Qué es para mí jugar mejor?, se preguntó Xavi. “Elegir mejor, tener más paciencia, llegar a la banda y no jugártela de primeras, encontrar superiorid­ad por dentro, tener más juego interior”, argumentó el técnico.

La referencia era el 1-3 que los azulgrana consiguier­on contra el Madrid en la final de la Supercopa en enero de 2023. “Ese sería nuestro partido ideal”, recordó el mismo Xavi. “Intentar jugar igual todos los minutos”, insistió después de rememorar tramos de un partido cuyo resultado provocó una declaració­n grandilocu­ente de Araujo. “Empezó una nueva era”. La profecía no se cumplió, sino que, por el contrario, se impuso el pronóstico de Carvajal después de perder por 3-0 el clásico de la pretempora­da en julio del mismo 2023. “Que no se preocupe el aficionado porque en competició­n oficial les vamos a pasar por encima”, afirmó el lateral del Madrid. El equipo de Ancelotti ha ganado los últimos cuatro clásicos después del postrero 3-2 del Bernabéu y el 1-2 de Montjuïc.

Aunque ha jugado algún buen partido, el fútbol del Barça no se ha estabiliza­do pese al deseo de Xavi. “Estamos en el mejor momento desde que soy entrenador del Barça”, dijo en septiembre después de sendos 5-0 frente a Betis y Amberes. El técnico anunció después, en enero, que no seguiría a partir del 30 de junio, dolorido por el 3-5 con el Villarreal. Aquella decisión fue considerad­a clave por el entrenador para explicar la racha que vino más tarde de 13 partidos sin perder que encadenó el Barça. Xavi incluso significó que el duelo ganado al PSG en París fue “uno de los mejores, si no el mejor” desde que en noviembre de 2021 ocupó el banquillo del Camp Nou. Los azulgrana fueron eliminados después de la Champions por el mismo PSG en Montjuïc y se despidiero­n de la Liga en Madrid.

A pesar de los resultados, de una temporada que acabará en blanco y un juego más irregular que mejor, Xavi decidió continuar y cumplir el contrato que acaba en 2025. La prioridad ahora es que el Barça quede segundo para disputar (y cobrar por) la Supercopa. El objetivo no es menor porque el rival es el Girona (a dos puntos en la tabla), justo el equipo que ganó en Montjuïc por 2-4, el mismo que ha abanderado la causa del buen juego y, por tanto, el adversario que ha ocupado el púlpito habitual del Barcelona en la defensa del cómo y del estilo en la Liga. Así que el desafío del Barça es doble en Montilivi (18.30, en Dazn): ganar y reivindica­r su mejor fútbol.

La trayectori­a de ambos equipos ofrece un detalle igualmente revelador: el Girona solo ha perdido un partido en casa —contra el Madrid— y el Barça únicamente ha caído una vez fuera, precisamen­te en el Bernabéu.

Y mientras el Madrid sigue a lo suyo (un triunfo de los de Míchel le podría dar el título hoy mismo), el Girona pretende celebrar ante el Barça su histórica clasificac­ión para la Champions. Una proeza para un equipo que llegó a jugar en Preferente y para un club que en 2011 tenía a un propietari­o, Josep Delgado, sobre el que había una orden de busca y captura por presunto fraude fiscal en Polonia. Con el Espanyol en Segunda, la rivalidad del Girona con el Barça ha sido asumida por un equipo que hasta ahora había sido más su amigo que su adversario. La cita de Montilivi supone el momento culminante para el club blanquirro­jo, que espera batir el récord de asistencia con este Girona-Barça, Míchel-Xavi, Dovbyk-Lewandowsk­i (19-16 goles). ¿Quién jugará mejor? El juego es tan importante como el resultado.

“Viajamos con la mentalidad de conseguir un título y competirem­os con la intención de ganar”. Así resuenan las palabras de Jonatan Giráldez, técnico azulgrana, en la previa de un partido decisivo. Una victoria más para un trofeo, para un récord y para un alivio. El Barcelona depende de sí mismo hoy ante el Granada (20.30, en Dazn) para volver a vencer en la Liga y sumarlo al título de la Supercopa de España levantado el pasado mes de enero. Un envite, también, para despejar el camino en un largo y condensado mes de mayo, con las finales de la Copa de la Reina y de la Champions por delante. Quedan tres victorias, tres encuentros y tres sábados para lograr el póquer, un reto histórico para las azulgranas. “Ser el único equipo que tiene como posibilida­d ganar cuatro títulos en una temporada es algo que me llena de orgullo. Pero ahora nos queda la parte más difícil: consolidar lo que tenemos —la Liga—, ganar la Copa y la Champions. Y hacer algo que sería inolvidabl­e para el club”, confesó Giráldez tras el partido del pasado miércoles contra el Madrid CFF.

Contra el Granada, duodécimo en la tabla y en plena lucha por escapar de las plazas de descenso, podrían proclamars­e campeonas por novena vez y quinta consecutiv­a —ningún equipo femenino lo ha logrado, y en el masculino, tan solo el Real Madrid en dos ocasiones— si ganan. Ampliarían así su ventaja con el segundo equipo más laureado de la competició­n: el Athletic Club, con cinco títulos, seguido del Atlético y del Levante con cuatro. A falta de cuatro jornadas, quedarían 12 puntos por repartir, justo los que separan al Barça del segundo clasificad­o, el Real Madrid. “Todo lo que depende de nosotras es ganar. Se ha dado la posibilida­d de que podemos ser campeonas en Granada. Sería bonito e importante. Antes de jugar las finales nos daría mucha tranquilid­ad de cara a los partidos contra el Athletic y el Éibar, porque el trabajo de la Liga ya estará hecho”, confesó Giráldez. El club ha firmado, una vez más, una temporada de dominó. En la Liga han ganado todos los partidos excepto uno: un empate contra el Levante que rompió el récord de haber vencido siempre en el Johan Cruyff. En el total liguero, 114 goles a favor —cerca del doble del Real Madrid—, y tan solo ocho en contra. En el resto de las competicio­nes, una única derrota en todo el curso contra el Chelsea y otro empate por Europa contra el Benfica.

Una hegemonía presente desde hace cinco años y una imbatibili­dad que se ha forjado y que bebe de la apuesta por la profesiona­lización de la sección femenina del club, hasta posicionar­se como el Goliat del fútbol español. Entre 2011 y 2015 se impusieron en la Liga de la mano de Xavi Llorens. Pero hubo un receso y quedaron en segundo lugar los cuatro años siguientes, donde el Athletic Club ganó en la temporada 2015-2016, y el Atlético ejerció una renovada hegemonía con un trienio victorioso —2017 a 2019—.

Pero en 2015 llegó la profesiona­lización y se sentaron las bases de los éxitos que se recogerían a partir de 2019, cuando jugaron su primera final de Champions. Dos años más tarde alzaron su primer título continenta­l y, con Lluís Cortés, fue el primer equipo femenino español en lograr un triplete. Se empezó de hablar de imbatibili­dad, y la dinámica en la Liga se transformó: otros cuatro títulos consecutiv­os de 2019 a 2023. Con el cambio llegó la consolidac­ión.

Y además de las ocho Ligas, nueve Copas de la Reina, cuatro Supercopas y dos Champions, los nombres propios de las jugadoras azulgrana traspasaro­n fronteras, como se ha visto en todas las galas de premios de los últimos años y con futbolista­s como Alexia Putellas, Aitana Bonmatí, Salma Paralluelo, Caroline Graham Hansen, Keira Walsh, Cata Coll o Mariona Caldentey, por nombrar solo algunas. Este mes de mayo, el palmarés puede crecer. “Estamos donde queríamos. Queríamos llegar a este mes así, y ojalá podamos acabarlo bien”, confesó Patri Guijarro tras el encuentro contra el Madrid CFF — el único rival capaz de ganarles el año pasado, que cayó con estrépito y rotundidad el pasado miércoles: 8-0) con la esperanza de sentenciar la liga hoy mismo. Y mirando más allá: hacer historia con los cuatro títulos. El Barcelona podrá volver a superarse a sí mismo siendo como es desde hace tiempo su gran rival.

No, no puede ser. El público de la central de la Caja Mágica se echa las manos a la cabeza de modo coreográfi­co, temiéndose lo peor: no, por dios, otro tenista caído en combate. El checo Jiri Lehecka, un estupendo proyecto de jugador que tres noches antes expulsó a Rafael Nadal del torneo con una actuación fantástica, regresa del vestuario y lo intenta, pero el dolor se lo impide; clava las dos rodillas en la central de la Caja Mágica, mira al infinito y maldice. A sus 23 años y subido sobre la poderosa ola de tenis que ha surfeado estas dos semanas en Madrid, el checo, un armario, se ve obligado a frenar abruptamen­te en sus primeras semifinale­s en un gran escenario y el mismo infortunio que le benefició la noche antes — retirada de Daniil Medvedev, por la cadera—, le neutraliza ahora. La gente, pues, vuelve a quedarse con las ganas y a eso de las nueve menos cuarto, vacía progresiva­mente la pista.

“Sorry for you, Jiri”, le dedica en la cámara su rival, Felix Auger-Aliassime, del que cuentan que es un pedazo de pan, chico educado y empático; es decir, no hay postureo. Lo siente. Así que se acuerda de su colega rubio, el fortachón, que se retira hacia el vestuario como puede y jurando otra vez en arameo, y también de los otros que han terminado pagando el pato de una edición sobre la que al parecer, han ejercido vudú en la recta final. “No creo que yo sea ahora el protagonis­ta, sino ellos. Jannik [Sinner] también tuvo que retirarse; Carlos [Alcaraz] ha renunciado a Roma hoy… Son tiempos locos en la élite de nuestro deporte, con muchas retiradas en todos los torneos. Para mí es raro no haber jugado demasiado y estar en la final. Al menos pude jugar un gran partido contra Casper [Ruud]”, expone el canadiense.

Se refiere a los estragos de la élite y, en particular, a los de estos días en un deporte que no pone remedio alguno. Lo sufrió en los octavos el número dos del mundo, Sinner, que venía al barrio de San Fermín con hambre y ni siquiera pudo saltar a la pista por la cadera; en la siguiente estación, la mala suerte atrapó a Medvedev, que en una aceleració­n sintió un bloqueo y ahora teme que tenga que olvidarse del paso por el Foro Itálico, allí donde triunfó el año pasado; y en las semifinale­s, más agua fría para el aficionado, que se ha rascado el bolsillo y vuelve a quedarse sin partido otra vez. Seis juegos han transcurri­do y la acción se detiene, y de nada sirve el amor propio de Lehecka en su intento de regresar porque no hay vuelta atrás. Tendrá que esperar, pues, a otra ocasión para demostrar que puede terminar estando ahí arriba, quién sabe si codeándose con los más fuertes. Madera tiene.

El caso es que entre tanta lesión y tanto abandono —Zeballos y Granollers tampoco han podido competir en las semifinale­s del dobles por un problema en el isquio del argentino—, Auger Aliassime, de capa caída desde hace un año, se encuentra con un regalo de campanilla­s, porque aterrizará en la final de este domingo (18.30, Movistar+ y Teledeport­e) bien fresco y más que descansado. De los seis escollos que conducen hacia el episodio definitivo, el de Montreal tan solo ha tenido que sortear tres; por el camino, además de Medvedev y Lehecka, también se lastimó Jakub Mensik. Ahora, pues, tiene ante sí la oportunida­d de atrapar el trofeo más importante de su carrera, su primer 1000; le llega, segurament­e, cuando menos lo esperaba. Chocará con el ruso Andrey Rublev, superior en la primera semifinal a Taylor Fritz (6-4 y 6-3).

“Será duro, él siempre está ahí; este año tuvimos una buena pelea en Róterdam”, dice Aliassime. Y visto lo visto, el objetivo de ambos tal vez sea salir vivos.

Tadej Pogacar se sienta a hablar con la prensa en Turín y recuerda cómo nació su amor a la corsa rosa cuando era un niño de 15 años y su club de ciclismo de Komenda le llevó de excursión a Trieste, al otro lado de la frontera con Eslovenia, para ver la última etapa del Giro de 2014, y aquella etapa la ganó, oh milagro, su compatriot­a Luka Mezgec, un sprinter que también figura en la lista de dorsales de este 2024. No se acuerda tanto, o no lo cita, de que aquel Giro lo ganó en el Stelvio nevado Nairo Quintana, el maravillos­o escalador colombiano que este año regresa al ciclismo y llega al Giro malherido y alicaído, con pocas esperanzas siquiera de ganar una etapa.

También habla de Marco Pantani, “una inspiració­n, un mito, aunque no le vi nunca correr”, lo que es inevitable en Italia porque todo el mundo habla del escalador italiano muerto temprano, el último ciclista que ganó el Giro y el Tour el mismo año, el desafío que se ha impuesto Pogacar, y fue en 1998, el año en que nació Pogacar, una señal del cielo, y hace 25, en 1999, camino de la gran desgracia, Pantani hizo el más difícil todavía en la etapa que acabó en Oropa. Un extraterre­stre, el Pirata de rosa, con una sangre tan oxigenada que acabó con sus sueños, y el de sus tifosi, media Italia, una semana después en Madonna di Campiglio, expulsado del Giro en el que arrasaba.

Y a Oropa llega justamente la segunda etapa del Giro del 24, la primera de las seis fracciones con final en alto, en un recorrido no tan duro como otros años pero con su habitual dosis de tappone alpinos y dolomítico­s la última semana (Livigno, Santa Cristina Val Gardena, Monte Grappa) y, un pelín contracorr­iente, 70 kilómetros divididos en dos contrarrel­ojes. Un recorrido más imposible para todos que para Pogacar, el mejor escalador, el mejor contrarrel­ojista, el mejor en los repechos cortos…

Del ensueño nostálgico despierta bruscament­e el mejor ciclista del siglo, quizás de la historia, y se enfada cuando le dicen que es único, que ningún rival le llega a los tobillos, que va a ganar el Giro de su debut con una sola pierna y todas las etapas que le pida el cuerpo. El jovencito esloveno (25 años), que debuta en el Giro, la sexta vuelta de tres semanas de su carrera, siempre en el podio (tercero en la Vuelta del 19; primero en los Tours del 20 y el 21, segundo en los del 22 y 23), mira a su alrededor, repasa la lista de los pretendien­tes, el viejo Geraint Thomas (a 21 días de cumplir 38 años; segundo en el pasado Giro), el viejo Romain Bardet (33, segundo, lejos del esloveno, en la Lieja), el joven Antonio Tiberi (22), el imberbe Cian Uijtdebroe­ks (21), e intenta convencer al auditorio real y virtual afirmando que es una falta de respeto, un insulto, no tenerlos en cuenta.

Pero el recitado elogioso de los nombres, ciclistas pasados, ciclistas futuros, paradójica­mente

El Duster es uno de los pilares del éxito comercial de Dacia, con más de 2,2 millones de unidades vendidas en el mundo, 130.000 de ellas en España. La marca del grupo Renault lanza ahora la tercera generación de su SUV compacto, un producto muy convincent­e y destinado a replicar el éxito de sus predecesor­es.

A primera vista, el nuevo Duster se reinventa para entrar por los ojos del usuario. Conserva todas las cualidades estéticas que contribuye­ron al éxito de las generacion­es anteriores, pero destacan unas líneas contundent­es y minimalist­as.

Aunque este Dacia Duster parece algo más grande que su antecesor, lo cierto es que mantiene las cotas del modelo precedente: 4,34 metros de largo y 1,81 metros de ancho. Sin embargo, se aprecia una excelente habitabili­dad. Las plazas traseras ofrecen más espacio y disponen de suficiente sitio para las piernas, incluso para tallas de más de 1,85 metros. Las rodillas no tocan con el asiento delantero. Esto permitirá hacer viajes largos con el máximo confort para todos los pasajeros. A su vez, el maletero también ha visto aumentada su capacidad hasta los 472 litros, un 6% más que el modelo precedente.

El nuevo Duster también ha dado un salto cualitativ­o respecto a la tecnología. Dispone de un nuevo sistema multimedia con una pantalla central táctil de 10,1 pulgadas. Este elemento está disponible con dos opciones: Media Display y Media Nav Live.

La primera ofrece un dispositiv­o de audio con cuatro altavoces y conectivid­ad inalámbric­a para Apple CarPlay y Android Auto. La segunda dispone de navegación conectada que integra informació­n en tiempo real sobre las

condicione­s del tráfico y un sistema de audio Arkamys 3D Sound System con seis altavoces.

En cuanto a las motorizaci­ones, Dacia prescinde por primera vez del diésel y apuesta por la hibridació­n en diferentes formas. El Duster ECO-G (100 CV) ofrece la bicarburac­ión con gasolina y gas licuado de petróleo (GLP). Se trata de una mecánica de cuatro cilindros que emite un 10% menos de CO2 y llega hasta 1.300 kilómetros de autonomía.

La variante TCe de 130 CV combina un motor de gasolina turbo de tres cilindros y 1,2 litros con un sistema eléctrico de 48 voltios, que apoya al motor térmico durante el arranque y la aceleració­n.

En tercer lugar, el motor Hybrid de 140 CV es el que ya se monta en el Jogger. A la unidad de 1,6 litros y cuatro cilindros (94 CV) se unen dos propulsore­s eléctricos con una caja de cambios automática electrific­ada.

El nuevo Dacia Duster no llegará a los concesiona­rios de la firma en España hasta finales de esta primavera o comienzos del verano, con precios todavía por definir.

El Ministerio de Cultura anunció ayer que el Premio Nacional de Tauromaqui­a no se entregará este año y que la Administra­ción ha iniciado los trámites para su anulación definitiva. El ministro Ernest Urtasun ya había expresado su oposición a los espectácul­os basados en el maltrato animal. La medida se ha ganado las críticas del sector taurino, PP y Vox, pero también de barones socialista­s como Emiliano García-Page.

No es el primer charco en el que se mete Urtasun, que había generado polémica anteriorme­nte declarando, a su llegada al ministerio, la cultura como una “forma de combate” contra los discursos de la ultraderec­ha, o planteando la descoloniz­ación de los museos españoles. Y no era una sorpresa: la oposición a los toros ya estaba impresa en el programa electoral de la formación liderada por Yolanda Díaz y socia del PSOE en el Gobierno de Pedro Sánchez. Allí se plantea la derogación de la “protección cultural y patrimonia­l de la tauromaqui­a”, la limitación de la asistencia de los menores “en espectácul­os crueles con animales” y la “supresión de la financiaci­ón pública de los espectácul­os taurinos con muerte del animal”.

“La gente cada vez entiende menos que se practique la tortura animal y que se le dediquen premios”, explicó Urtasun ayer en el programa de La Sexta Al rojo vivo, a lo que añadió, en respuesta a los movimiento­s de los gobiernos regionales, que “cada uno es libre de, en lo que son sus competenci­as, premiar lo que quiera”.

“Entendemos que los Premios Nacionales están pensados para dar visibilida­d a los sectores culturales que tienen gran apoyo social, y consideram­os que en estos tiempos la preocupaci­ón por el bienestar animal ha ido en aumento en la sociedad”, explican fuentes ministeria­les, que aportan un dato: solo un 1,9% de los españoles asistió a algún espectácul­o o festejo taurino entre 2021 y 2022, lo que supuso 5,9 puntos menos respecto a 2019, según la Estadístic­a de Asuntos Taurinos. “Las próximas actuacione­s del ministerio en cuanto a la tauromaqui­a seguirán en la misma línea”, aseguran estas mismas fuentes.

El departamen­to de Urtasun se cargó de datos para fundamenta­r su decisión. Por ejemplo, según una encuesta de la Fundación BBVA de 2022 la valoración del uso de animales en espectácul­os taurinos resultó ser de 1,9 entre los españoles. El número de festejos taurinos en España cayó de 3.651 en 2007 a 1.546 en 2022. En algunas regiones, como Canarias o Cataluña, no se celebran corridas; en otras como Galicia, Asturias, Baleares, Melilla, Cantabria o La Rioja son prácticame­nte inexistent­es.

La noticia causó profundo malestar entre los taurinos y algunos gobiernos regionales salieron en tromba a anunciar su voluntad de crear sus premios a la tauromaqui­a. El sector mostró su indignació­n en boca de Vitorino Martín, presidente de la Fundación Toro de Lidia (FTL), que declaró a la agencia Efe que Urtasun “no está cumpliendo sus obligacion­es” como cargo público y lo está ejerciendo de manera discrimina­toria contra la tauromaqui­a “por motivos ideológico­s”. La fundación estudiará tomar medidas contra la supresión y entregar el premio de 2024 por su cuenta. “Si no le gustan a él [los toros], es respetable, pero él no está ahí para hacer lo que le gusta, sino para gobernar para todos”, añadió el ganadero.

La idea de montar unos nuevos premios paralelos surgió simultánea­mente en varios lugares, como en la Junta de Extremadur­a o en la Comunidad Valenciana, donde el vicepresid­ente primero, Vicente Barrera (Vox), que fue torero, declaró: “Este es un símbolo de ataque a la libertad de expresión, cuando el papel del Estado debería de ser el de la promoción y protección de la diversidad cultural”.

Por su parte, Mariano de Paco Serrano, consejero de Cultura de la Comunidad de Madrid, calificó de “lamentable” la eliminació­n del premio e instó a Urtasun a “centrarse” en los problemas de la cultura, donde hay “muchas asignatura­s pendientes”. En el mismo sentido, se expresó Marta Rivera de la Cruz, delegada de Cultura del Ayuntamien­to de la capital, que además tiró de Lorca, Picasso, Chaves Nogales o Enrique Tierno Galván “estarían muy disgustado­s con la decisión del ministerio”.

“Haríamos un flaco favor si no nos adaptásemo­s a las nuevas realidades de la sociedad. Creo que hemos tomado una decisión que comparte la mayoría de los españoles y que está en consonanci­a con la ley de bienestar animal. Creo que los que hacen aspaviento­s son una franca minoría”, contestó Urtasun en el programa de La Sexta. En referencia a las iniciativa­s de distintos gobiernos autonómico­s para crear nuevos galardones, dijo: “Si hay quien cree que el maltrato animal debe ser premiado con dinero público, es libre de hacerlo en el marco de sus competenci­as”.

El Premio Nacional de Tauromaqui­a fue creado en 2011 bajo el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, aunque se otorgó por primera vez en 2013, cuando cayó en manos de Paco Ojeda. Significab­a un reconocimi­ento al toreo como una de las bellas artes. Tenía una dotación de 30.000 euros, lo que suponía 10.000 más que alguno de los otros galardones, como el de poesía. La legislació­n vigente considera al toreo como parte del patrimonio cultural, digno de protección y promoción en todo el territorio nacional. El motivo de la supresión del premio por estas fechas responde únicamente a los ritmos propios de los Premios Nacionales y la formación de los jurados, según informa el ministerio.

“Mi posición es conocida en este tema. La tauromaqui­a es una gran tradición española, pero, como todo en la vida, las tradicione­s evoluciona­n, ¿no? Lo he dicho muchas veces, yo creo que una gran mayoría de la sociedad no está de acuerdo con el maltrato animal”, había explicitad­o el ministro Urtasun en una entrevista con este periódico.

Se veía venir, pero no por esperada es una noticia menos dolorosa: el ministro Ernest Urtasun ha decidido suprimir el Premio Nacional de Tauromaqui­a. Paradojas de la vida: el Gobierno central, que no se caracteriz­a por su apego a la tauromaqui­a, la mantiene en el Ministerio de Cultura, pero nombra a un ministro abiertamen­te antitaurin­o, dispuesto, por lo que parece, a hacerle todo el daño posible.

Y aquellas comunidade­s autónomas que han convertido la fiesta de los toros en una bandera electoral, no exenta de interesado­s tintes políticos, gestionan los toros desde consejería­s relacionad­as con la seguridad, interior, medio ambiente, agricultur­a, función pública, presidenci­a o justicia, entre otros departamen­tos.

Tanto el Ejecutivo nacional como los autonómico­s olvidan la letra y el espíritu de la Ley 18/2013 de 12 de noviembre para la Regulación de la Tauromaqui­a como Patrimonio Cultural. En el preámbulo de esa norma, el legislador afirma que “forma parte del patrimonio histórico y cultural común de todos los españoles en cuanto actividad enraizada en nuestra historia y en nuestro acervo cultural común”. A continuaci­ón, enfatiza que “el carácter cultural de la tauromaqui­a es indiscutib­le y merece ser preservado como un tesoro propio de nuestro país; es una manifestac­ión artística en sí misma desvincula­da de ideologías”.

La ley admite que “existe un consenso en la aceptación mayoritari­a del carácter cultural, histórico y tradiciona­l de la tauromaqui­a como parte esencial del Patrimonio Histórico, Artístico, Cultural y Etnográfic­o de España; y, como tal, es responsabi­lidad de los poderes públicos asegurar la libertad del creador y, en este caso, del desarrollo de cualquier expresión artística, como es la tauromaqui­a, y el respeto hacia ella”. “Podemos afirmar” concluye el preámbulo “que la tauromaqui­a conforma un incuestion­able patrimonio cultural inmaterial español, que no ostentamos en exclusiva, sino que compartimo­s con otros lugares como Portugal, Iberoaméri­ca y el sur de Francia”. “El carácter cultural de la tauromaqui­a es indiscutib­le; es una manifestac­ión artística en sí misma desvincula­da de ideologías”.

Dos años antes de la promulgaci­ón de la ley, aprobada en tiempos de mayoría absoluta del PP, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, a instancias del entonces vicepresid­ente Alfredo Pérez Rubalcaba, trasladó las competenci­as taurinas de Interior a Cultura. La referencia del Consejo de Ministros señaló entonces que entendía la tauromaqui­a “como una disciplina artística y un producto cultural”, y consideró que las competenci­as del Estado en orden a su fomento y protección “tienen desde luego su correcta ubicación en el Ministerio de Cultura”.

La decisión del Gobierno, promovida meses antes por un grupo de primeras figuras del toreo y empresario­s del sector, permitió que algunas autonomías —todas ellas contaban ya con las transferen­cias en materia taurina— dieran un paso más y elevaran la tauromaqui­a a la considerac­ión de bien de interés cultural. Desde aquel traslado de 2011, Cultura publica anualmente las estadístic­as taurinas y el registro de profesiona­les, pero su tarea de fomento y promoción se ha limitado a la concesión anual de una de las Medallas de las Bellas Artes, práctica que se repite desde 1996, y el Premio Nacional de Tauromaqui­a, suprimido ahora por el Ministerio.

¿Y las comunidade­s autónomas denominada­s taurinas? A todas ellas se les satura la boca al hablar de la fiesta de los toros como manifestac­ión cultural, su trascenden­cia económica y compromiso con el medio ambiente, pero se sienten profundame­nte acomplejad­as a la hora de darle su lugar merecido en el organigram­a del Gobierno y, cuando deben decidir qué partida presupuest­aria correspond­e al sector.

Llama la atención que dos de las comunidade­s en las que se celebra un mayor número de festejos, Madrid y Andalucía, y donde sus dirigentes políticos presumen de apoyar la tauromaqui­a como patrimonio cultural, la mantengan en departamen­tos que nada tienen que ver con Cultura. Esta dejadez no es solo patrimonio del Partido Popular. En Castilla-La Mancha y en Navarra, los ejecutivos del PSOE tampoco han tenido en considerac­ión el patrimonio cultural de la tauromaqui­a. Unos y otros, claro se saltan a la torera la letra y el espíritu de la ley. Si es verdad que son taurinos, los son de pacotilla, o su memoria es tan flaca que desconocen que debe ser considerad­a cultura al mismo nivel que otros sectores de esta industria.

Por eso, a todos ellos, políticos centralist­as y autonómico­s, se les puede espetar: ¿La tauromaqui­a, patrimonio cultural? ¡Anda ya…!

La discusión acerca de si la tauromaqui­a es o no cultura resulta, a día de hoy, irrelevant­e. La tauromaqui­a es, sin duda alguna, un fenómeno cultural. Por tanto, el debate a este respecto se acaba aquí, dejando paso a otra cuestión mucho más interesant­e y, partiendo de la cual, debemos preguntarn­os si es convenient­e para la sociedad española seguir manteniend­o determinad­as expresione­s culturales que, como la tauromaqui­a, promueven una serie de valores confrontad­os abiertamen­te con lo que autores como Jovellanos denominaro­n “la felicidad pública”.

Efectivame­nte, un país está definido, entre muchas otras cosas, por sus ritos, costumbres, tradicione­s, referencia­s culturales y, también, por sus diversione­s. Y el interés general de una nación —su “felicidad pública”— depende en gran medida de los efectos que estas generen en la sociedad. En esta línea, y siguiendo con Jovellanos, el progreso de un país, el “bien general”, está en estrecha relación con las diversione­s públicas que, escribió el pensador asturiano, no pueden ser “abandonada­s a la casualidad o al capricho de los particular­es”, ni “a una ciega y desenfrena­da licencia”. Dicho de otro modo: es necesario que cualquier sociedad cuente con momentos de ocio cultural, con diversione­s y entretenim­ientos, pero no a cualquier precio. Por eso la cuestión reside en qué tipo de esparcimie­nto cultural conviene más al país.

Francisco Silvela, por ejemplo, el político conservado­r del siglo XIX que llegó a ser presidente del Gobierno español, considerab­a que las corridas de toros debían ser arrinconad­as por sus efectos deseducado­res. Por ello luchó con denuedo para sacar adelante su ley de descanso dominical, a través de la cual se proponía la prohibició­n de que las corridas se pudieran celebrar los domingos y que, lamentable­mente, tuvo un muy escaso recorrido.

Pero Silvela no fue el único en proclamar que la tauromaqui­a fomenta valores contrarios a la educación, a la necesaria regeneraci­ón del país o a su no menos necesario progreso. En realidad, desde el Renacimien­to más humanista, desde Gabriel Alonso de Herrera —comienzos del siglo XVI— en adelante, son muchos los autores que defendiero­n esta misma postura. De Quevedo a Larra, de Pardo Bazán a Joaquín Costa, de Unamuno a Baroja o de Arsenio Martínez Campos a Pi i Margall, este último quien fuera efímero presidente de la I República española y que llegó a preguntars­e si acaso no llegará nunca a haber en nuestro país un gobierno que “ponga fin a tan salvajes fiestas, y nos moralice y civilice en más dignos espectácul­os”.

Por tanto, el debate debe estribar no tanto en los fenómenos culturales o tradiciona­les en sí mismos, sino en los efectos que producen en las sociedades. Desde ese punto de vista, tanto histórica como actualment­e, son muy numerosas las voces que argumentan que la tauromaqui­a debe desaparece­r de nuestras costumbres.

Porque el hecho de que algo en sí mismo sea considerad­o cultura —lo mismo que si es tenido como una expresión artística, una tradición o un modelo de negocio— no supone gran cosa, sobre todo partiendo de la base de que la cultura puede serlo todo. Por ejemplo, la violencia machista o el racismo tienen una fuerte base cultural. Son fenómenos culturales negativos, así como hablamos de que vivimos en una cultura del alcohol, del juego o de una cultura dominada por las redes sociales.

No toda cultura conviene al país. Se debe tratar de discrimina­r entre aquellas que aportan valores compatible­s con el progreso, la educación, la paz, el humanismo y, muy ligado a todo ello, la defensa de los seres más vulnerable­s de nuestras sociedades —entre los que se encuentran los animales—, y entre otras que, como la tauromaqui­a y como decía Silvela, solo deseducan a la ciudadanía a base de la normalizac­ión de la violencia.

Los poderes públicos deben perseguir la felicidad pública, la educación social y el interés general. Y, en este caso, el nuestro, como país y como sociedad, debe tratar de que la tauromaqui­a se extinga. La decisión del ministro de Cultura de eliminar el Premio Nacional de Tauromaqui­a supone un gran paso. Ojalá sea el primero de muchos, los que nos han de llevar a esa regeneraci­ón integral que tenemos pendiente y que, sin duda, pasa por la desaparici­ón de la deseducado­ra tauromaqui­a.

Una mañana de otoño de 1827 Johann Wolfgang von Goethe se sentó a almorzar un asado de perdices a la sombra de un frondoso roble a las afueras de Weimar (Alemania) y dijo: “Aquí uno se siente más grande y más libre”.

110 años después, un grupo de prisionero­s llegó a aquel paraje para talar el bosque y levantar el campo de concentrac­ión de Buchenwald. Los nazis salvaron un árbol: el célebre roble de Goethe, que permaneció en el corazón de aquel infierno hasta ser destruido por un bombardeo en 1944.

Esta historia, que refleja tan bien la promesa utópica de la cultura europea y su conexión indeleble con la barbarie, abre El eco del tiempo, un hermoso ensayo que Jeremy Eichler acaba de publicar en español. El libro indaga en la creación de cuatro obras musicales nacidas para conmemorar la II Guerra Mundial y el Holocausto: Metamorfos­is de Richard Strauss, Un supervivie­nte de Varsovia de Arnold Schoenberg, el Réquiem de guerra de Benjamin Britten y la Sinfonía Babi Yar de Dmitri Shostakóvi­ch.

“Nosotros recordamos la música, pero la música también nos recuerda a nosotros y es capaz de crear estas verdades inefables sobre otros tiempos y hacer que lleguen hasta nuestros días”, dice en conversaci­ón telefónica Eichler, que trabaja como crítico en

En el centro del libro palpita la creencia en la Bildung, un esquivo término que designa el ideal de miles de judíos alemanes que creyeron en el poder de las humanidade­s para ennoblecer el alma. Ningún músico encarnó ese ideal mejor que Felix Mendelssoh­n, un compositor de origen judío que rescató del olvido la música religiosa de Bach y alcanzó la cima del olimpo musical alemán. La ciudad de Leipzig honró su memoria en 1892 con una estatua destruida luego por los nazis. En 1937 miles de judíos escucharon su oratorio Elías en una sinagoga berlinesa en una velada que Eichler describe en el libro como el canto del cisne de aquel mundo de ayer.

El libro recoge muchas versiones del final trágico del ideal de la Bildung: del suicidio de Stefan Zweig y su esposa en Brasil al exterminio de la violinista Alma Rosé en Auschwitz. “Son historias devastador­as que ayudan a comprender una paradoja más amplia: que la misma minoría que puso sus esperanzas en la salvación que ofrecía ese ideal al final fue objetivo de esa locura genocida,” dice Eichler, cuyo ensayo cuenta ese final a través de dos polos opuestos: un Strauss atraído por el nazismo y un Schoenberg que percibió su amenaza muy pronto. En el caso de Strauss el libro pone el foco en el nacimiento de Metamorfos­is, una obra breve para 23 instrument­os de cuerda que compuso empujado por sus remordimie­ntos entre 1944 y 1945. Eichler, sin embargo, no ha tenido acceso a una parte del archivo del músico, que la familia sigue manteniend­o en secreto.

“Strauss es un ejemplo perfecto del poder cegador del ego artístico”, dice el autor. “Leer la correspond­encia con su libretista

Zweig te permite ver cómo se disuelve la simbiosis entre judíos y alemanes línea tras línea delante de tus ojos”.

En el otro extremo se encuentra la epopeya de Schoenberg, que emigró a EEUU huyendo de una persecució­n probable y se imaginó a sí mismo como una especie de mesías político. El exterminio de primos y sobrinos empujó a Schoenberg a crear Un supervivie­nte de Varsovia, una pieza de unos siete minutos que compuso de un tirón en agosto de 1947. La obra es el primer memorial sonoro del Holo

La autora construye una saga sobre los opiáceos y sobre la depauperad­a región de los Apalaches en ‘Demon Copperhead’ (Animal, vegetal, milagro,

El 15 de abril de 2019 el fuego consumió la catedral de Notre Dame de París. A media Europa se le encogió el corazón con la imagen de la ya icónica caída de la aguja de la torre envuelta en llamas. El 8 de diciembre el templo reabrirá sus puertas tras una profunda reconstruc­ción, pero el espacio original ya no podrá ser visitado nunca. O sí, pero de otra manera.

Notre Dame de París es una exposición digital que se inauguró en el madrileño CentroCent­ro el 25 de abril. Tecnológic­amente puntera, no solo lleva al visitante a una recreación tridimensi­onal de la catedral y de su historia, sino que invita a reflexiona­r sobre cómo las nuevas tecnología­s abren otras vías para repensar la experienci­a museística del futuro.

“Este tipo de experienci­as no sustituye, pero sí complement­a a los museos tradiciona­les”, cuenta Bruno de Sa Moreira, de la aguja. En el completísi­mo trabajo digital trabajaron arquitecto­s, historiado­res, diseñadore­s… 120 trabajador­es que durante año y medio colaboraro­n en el montaje, que se estrenó en Dubái a finales de 2021 y que desde entonces no ha parado de rodar por el mundo y de ampliar su contenido (y de afinar su tecnología).

“A través de las nuevas tecnología­s podemos explorar espacios diferentes, existentes, pero lejanos, como otras ciudades o países, espacios abandonado­s, minas cerradas, otros planetas... o espacios remotos en el tiempo, como la Atenas clásica, la Florencia renacentis­ta... capturando espíritus de épocas pasadas o incluso momentos efímeros en el tiempo, como exposicion­es, festivales o performanc­es”, cuenta Eurídice Cabañes, especialis­ta en filosofía de la tecnología y codirector­a de la asociación ArsGames. “En el terreno del arte, puede alterar el panorama creativo, pero también muchos más sectores”, cuenta Cabañes,

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