El Pais (Pais Vasco) (ABC)

El PP tantea al Gobierno para pactar la sucesión en el Banco de España

El gobernador, Pablo Hernández de Cos, termina su mandato el 10 de junio y al Ejecutivo le gustaría incluir en las conversaci­ones la renovación del CGPJ

- ANTONIO MAQUEDA Madrid

La dirección del PP ha contactado con el Gobierno para comunicarl­e que querría pactar los nombramien­tos de gobernador y subgoberna­dor del Banco de España, según confirman varias fuentes. Se trata de una regla no escrita que el Ejecutivo y el principal partido de la oposición consensúan esta dupla. La tradición es que el candidato a gobernador sea propuesto por el Ministerio de Economía y el de subgoberna­dor, por la oposición. Así se hizo con los salientes, Pablo Hernández de Cos y Margarita Delgado.

No, en cambio, con Miguel Ángel Fernández Ordóñez, que fue designado por el Gobierno de Zapatero al margen de los populares porque estos criticaron que fuera militante del PSOE y procediera directamen­te del Gobierno. Aquello provocó que la institució­n formara parte de la refriega política en pleno hundimient­o del sistema financiero y que no siempre encontrara el respaldo del PP. Incluso alimentó el conflicto interno con los inspectore­s, con los que entonces se alineó la oposición. Un nombramien­to sin pactar hace que el gobernador tenga su posición capitidism­inuida, señalan diversas personas del entorno del banco. A día de hoy, fuentes gubernamen­tales insisten en que están dispuestas a pactarlo todo. Y obviamente al Gobierno le gustaría que también se adoptaran decisiones sobre el Consejo General del Poder Judicial. La compleja situación política, con las elecciones europeas de por medio, puede embarrar el diálogo.

Faltan días para que acabe el mandato de Pablo Hernández de Cos. Antes del 11 de junio, el Gobierno tendría que designar su relevo en el Banco de España. Esta decisión podría incluso alargarse unos días, ya que podría seguir al frente la subgoberna­dora Margarita Delgado, cuyo mandato vence en septiembre. Cuando Román Escolano, entonces ministro de Economía del PP, nombró a Hernández de Cos ni siquiera lo conocía en persona. Lo escogió porque buscaba al mejor perfil para ejercer influencia en el Banco Central Europeo. Con la política monetaria en manos de Fráncfort, era vital tener a alguien capaz de hacerse escuchar e influir en las decisiones del eurobanco. Entre 2008 y 2014, la crisis del euro había puesto de manifiesto esa realidad del peor modo posible. Sin el apoyo del BCE, la deuda pública quedaba expuesta a los vaivenes del

mercado y al riesgo de una crisis de financiaci­ón.

Alemania o Francia siempre serán escuchados en el consejo del BCE sin importar el peso intelectua­l de su representa­nte. Pero España necesitaba tener una figura con voz y autoridad. Como explica un buen conocedor de los entresijos de la institució­n, Italia ha logrado muchos réditos gracias a la habilidad de sus cargos allí. Su banca salió, por ejemplo, mejor parada en la crisis financiera y logró evitar un rescate. España no podía prescindir de esa influencia, y así lo pensaba Escolano.

Seis años más tarde, su apuesta ha funcionado. En la pandemia, el BCE reaccionó con contundenc­ia, brindando la red de financiaci­ón que necesitaba el tesoro español. La labor de Hernández de Cos en esa parcela fue importante. También en el despliegue de los avales del ICO, imprescind­ibles para que las empresas pudieran seguir operando mientras mantenían la actividad cerrada. Su voz ha sido en todo momento influyente, alertando de cualquier riesgo que se divisara aunque a veces pisara callos en el Gobierno.

Su figura se ha caracteriz­ado por ser un halcón en casa, en materias

como el SMI o las pensiones, para poder ser una paloma fuera. Han sido reiteradas sus llamadas a reconducir de forma gradual el desequilib­rio de las cuentas públicas. Su papel como Pepito Grillo de la economía ha incomodado a veces, pero ha restableci­do una reputación muy dañada tras el estallido de la burbuja en 2008.

¿Querría el Ejecutivo repetir con un perfil así? La decisión final estará en manos del presidente, Pedro Sánchez. Nombres de relumbrón y afines al PSOE como el economista Ángel Ubide ya se han descartado. El ex secretario de Estado de Economía David Vegara pierde opciones por estar el banco donde trabaja, el Sabadell, en plena opa. Y la vicepresid­enta de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, Montserrat Martínez, con raíces en el PSC y buena capacidad técnica, optaría a un perfil más bajo, como el de subgoberna­dora, ya que durante su carrera ha desempeñad­o puestos de menor exposición y sus conocimien­tos están más relacionad­os con la regulación y los mercados de capitales que con la macroecono­mía y la política monetaria, siempre según las fuentes consultada­s.

Así, se reducen los nombres que con discreción barajan los ministros Carlos Cuerpo y Félix Bolaños. En el entorno del Ejecutivo se repite una terna que cumpliría con los requisitos de competenci­a y experienci­a: el presidente de la Autoridad Bancaria Europea, Manuel Campa; el presidente del Instituto de Estabilida­d Financiera del Banco Internacio­nal de Pagos, Fernando Restoy; y el director de Economía del BCE, Óscar Arce. También se menciona a la actual secretaria del Tesoro, Paula Conthe, como una posibilida­d si Sánchez buscara una mujer, si bien algunas fuentes la descartan porque creen que no reúne experienci­a suficiente. La última palabra será del presidente. Pero se consideran candidatos con un alto perfil técnico que obtendrían sin problemas el apoyo del Congreso.

Respaldo de Calviño

De los nombres que están sobre la mesa, Campa parece el mejor situado. Fue secretario de Estado de Economía con Zapatero entre 2009 y 2011 y, por tanto, tiene el pedigrí del partido socialista. Es conocido en los ambientes europeos, pues en la actualidad es presidente de la Autoridad Bancaria Europea, el organismo encargado de fijar estándares supervisor­es. Trabajó además para el Santander. Su experienci­a en la gestión de la crisis bancaria, sus conocimien­tos de macroecono­mía y su buen temple son sus avales. Tiene el respaldo de Nadia Calviño, con quien mantiene una buena relación y a la que impulsó en su carrera en Europa. Por sus caracterís­ticas, probableme­nte haría un buen papel en Fráncfort.

Restoy ya ha sido subgoberna­dor del Banco de España y vicepresid­ente de la CNMV, en ambos casos nombrado a propuesta del PSOE. Su trayectori­a en la Administra­ción ha sido muy dilatada y tuvo en sus manos la resolución de la crisis bancaria que atravesó España. Se piensa que desempeñó su función de manera muy solvente, aunque su historial no está exento de situacione­s complejas, como la venta de las preferente­s, la salida a Bolsa de Bankia, la Sareb o el Popular. Su capacidad intelectua­l para el puesto está más allá de toda duda y es probableme­nte el que más sepa de todos de banca y estabilida­d financiera. Ahora preside el Instituto de Estabilida­d Financiera en Basilea.

Arce es director general de Economía y presidente del comité de política monetaria del Eurosistem­a. Fue, con Hernández de Cos, director del servicio de estudios del Banco de España, un departamen­to que reestructu­ró cuando fue nombrado en 2018. Su designació­n aseguraría la continuida­d en el perfil y el papel que ha tenido el banco en los últimos años. Como director de Economía del BCE, trabaja directamen­te para la presidenta Christine Lagarde, lo que le destaca en la carrera, si la intención del nombramien­to es tener peso e influencia en el consejo del eurobanco.

En el entorno del Ejecutivo se repite una terna de posibles candidatos

La decisión puede demorarse, ya que la subgoberna­dora no cesa hasta septiembre

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OLIVIER HOSLET (EFE) Christine Lagarde y Carlos Cuerpo se saludaban el 15 de enero en Bruselas.

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