“Dijimos que volveríamos. Y lo hemos conseguido”
JOSHUA WONG Líder estudiantil hongkonés
Joshua Wong (Hong Kong, 22 años) fue el líder más carismático del estudiantil Movimiento de los Paraguas hongkonés hace un lustro. Con solo 17 años, consiguió movilizar a los estudiantes de secundaria para que participaran en unas sentadas que paralizaron casi 90 días el centro de la antigua colonia británica. Acaba de cumplir una condena a tres meses de cárcel por cargos relacionados con aquellas sentadas, que marcaron un antes y un después en la concienciación ciudadana de su generación. Su excarcelación ayer no ha podido llegar en un momento más clave: un día después de que dos millones de ciudadanos, según los organizadores (337.000, según la policía), colapsaran el centro de la ciudad para reclamar la dimisión de la jefa de Gobierno, Carrie Lam, y la retirada del polémico proyecto de ley de extradición.
Pocas horas después de su puesta en libertad, y mientras acudía a saludar a los manifestantes concentrados ante el Parlamento hongkonés, que le acogieron con un entusiasmo ensordecedor, Wong concedía una breve entrevista a varios medios, entre ellos EL PAÍS.
Pregunta. ¿Cómo ha sido su tiempo en prisión?
Respuesta. No ha sido fácil soportar la presión. No me podía cambiar la camiseta más de dos veces por semana. La situación allí era de bastante suciedad.
P. Ahora, ¿qué planes tiene? ¿Va a ponerse al frente del movimiento de manifestantes?
R. La verdadera líder de estas manifestaciones, en realidad, es Carrie Lam. Sin la terrible actitud que ha demostrado, no hubiéramos tenido un millón de personas en las calles. Así que si me preguntan quién es más adecuado para liderar este movimiento, diría que ella. Es la única que ha movilizado a tanta gente a salir a la calle.
P. ¿Qué opina de cómo se han organizado las protestas?
R. En las últimas semanas, la coordinación ha sido una cosa de los ciudadanos. No hay líderes. Esto es lo que hace único este movimiento, distinto a protestas anteriores y al Movimiento de los Paraguas. Espero que la comunidad internacional se dé cuenta de que simplemente no podemos permanecer silenciosos en esta batalla contra Pekín.
Hace dos meses, si alguien hubiera dicho que habría un millón de personas en una manifestación, nadie lo hubiera creído. Absolutamente nadie. Pero hace cinco años, cuando se disolvió el Movimiento de los Paraguas, dijimos que volveríamos. Y cinco años más tarde, después de sufrir supresión política y presiones, lo hemos hecho. Lo hemos conseguido. Estamos de vuelta en Harcourt Road [la calle principal en las sentadas de 2014, y ocupada de nuevo en las manifestaciones del miércoles y el domingo pasados].
P. Acaba de salir de la cárcel y lo primero que ha hecho ha sido reclamar la dimisión de Lam. ¿Qué cambiaría si dimite? ¿No teme una dura respuesta de Pekín hacia Hong Kong?
R. No importa quién sea nombrado por Pekín para el cargo de ministro jefe, seguirá siendo una marioneta de China. Pero en cualquier sociedad democrática, Lam hubiera dimitido ya. Esa es la simple realidad.
P. ¿Cree, verdaderamente,
“No importa quién sea el ministro jefe. Será una marioneta de Pekín”
“Antes del 1 de julio, Lam tiene que haber puesto fin a su carrera política”