El mundo se va al carajo esta tarde
Todo lo que sucede en Years and Years podría empezar a ocurrirnos mañana. O esta misma tarde. En este caso le pasa a una familia, los Lyons, de Mánchester, protagonistas de esta serie de la BBC que aquí ha estrenado HBO España. Por ejemplo, una candidata populista sin escrúpulos (Emma Thompson interpretando una mezcla entre Eduardo Inda y Nigel Farage) triunfa en las encuestas. China y EE UU se encuentran en un conato de guerra: ya en el primer episodio los norteamericanos disparan un misil nuclear sobre una isla artificial china en el Pacífico. El presidente Mike Pice lidera EE UU tras el segundo mandato de Trump. Ha habido otra crisis
de refugiados, esta vez provocada por la inestabilidad en Ucrania. La economía ha colapsado, por culpa del penúltimo fin de ciclo del tardocapitalismo, este tan voraz que en vez de reconvertir a brokers en propietarios de panaderías pijas o autores de libros de autoayuda no deja nada a medias: los manda directamente a repartir paquetes en bicicleta y vivir con sus abuelas. Incluso ha surgido una generación de jóvenes cuya aspiración es deshacerse de sus cuerpos y convertirse en información almacenada en la nube. Viendo el estado de las cosas, su opción casi parece la mejor.
Los Lyons son cuatro hermanos. Uno, gay, trabaja con refugiados en el Ayuntamiento de Mánchester y deja a su marido cuando este empieza a dar síntomas de ser permeable a las noticias falsas para enamorarse de un ucranio al que quieren deportar. Una pareja heterosexual del sector financiero que lleva una vida acomodada algo por encima de sus posibilidades en Londres tiene dos hijas: una, feliz en su cuerpo; la otra, en su mente. Una chica en silla de ruedas posee un encantador humor negro y sufre tendencia a dejarse seducir por el personaje de Emma Thompson. Y una activista trotamundos que parece responder a todos los clichés sobre las activistas globales del siglo XXI, pero pronto se adivinan en ella una gran cantidad de matices, además de cierta carga radioactiva: pues se encuentra cerca de aquella isla china en la que cae el misil. Todos están unidos por dos elementos clave: uno humano (la abuela); otro tecnológico, signore, una Alexa a través de la que se comunican, un personaje más.
El creador Russell T. Davies (Queer as Folk, A Very English Scandal) logra avanzar 15 años en seis capítulos a una velocidad endiablada, y sin dejar ningún botón político, tecnológico, económico o social sin presionar. Tampoco renuncia ni al sentido del humor ni al desarrollo de los personajes, algo extremadamente complicado cuando lo que cuentas es que el planeta pronto se irá al carajo y lo que usas es la herramienta más compleja: la actualidad.
“¿Os acordáis cuando la política era aburrida?”, pregunta el mayor al resto de sus hermanos. Y mientras uno piensa la respuesta, la serie no solo ya la ha dado, sino que ha planteado la siguiente pregunta.