El fiscal acusa al Govern de trato de favor a Oriol Pujol
La Fiscalía acusó ayer a la Generalitat de conceder un “tercer grado encubierto” al exdirigente de CiU Oriol Pujol, que sale a diario de prisión a través de la aplicación de un artículo excepcional del código penitenciario. En su escrito, el ministerio público considera que el único motivo por el que se le ha otorgado ese estatus es porque es “hijo del expresidente” Jordi Pujol, porque fue un dirigente de CiU y porque el Gobierno actual quiere que pase “el mínimo tiempo en prisión”.
La batalla de la Fiscalía con la situación de Oriol Pujol en prisión viene de lejos. El ministerio público recurrió el tercer grado que se concedió al exdiputado en marzo, después de que —a pesar de haber sido condenado a dos años y medio de cárcel por corrupción— hubiese pasado tan solo 57 días entre rejas. La juez de vigilancia penitenciaria revocó la decisión en mayo, y solo una semana después Pujol volvía de nuevo a la calle, de lunes a sábado, con la única obligación de dormir en la cárcel, gracias a la aplicación del artículo 100.2 del régimen penitenciario, que otorga la junta de tratamiento de la cárcel.
La Fiscalía ha arremetido con dureza contra esa decisión, que define como un “un tercer grado encubierto” a Oriol Pujol. En el
recurso contra la medida, el ministerio público recuerda que el exdirigente de CiU fue condenado por corrupción, unos delitos con graves consecuencias “en términos de repercusión social e institucional”. Y acusa a la Generalitat de darle “el trato privilegiado que esperaba recibir y ha recibido”. Con ello, asegura, “se transmite a la sociedad el peligrosísimo mensaje de que es rentable delinquir”. “La aplicación del artículo 100.2 del reglamento penitenciario debe tener un carácter excepcional”, dice el fiscal, y “lo único excepcional que concurre en el presente supuesto es que el interno es hijo del expresidente de la Generalitat de Cataluña, miembro destacado durante muchos años del partido fundado por su padre, y que dicho partido es antecedente directo del que actualmente gobierna en la Generalitat”. “A nadie se le escapa” que la forma en la que Oriol Pujol logra salir cada día a la calle “se debe a la decidida voluntad de la administración de que el interno permanezca el mínimo tiempo en prisión”, recalca.
En un escrito de 10 páginas, el ministerio público denuncia que no se ha justificado de qué forma su trabajo como asesor y las labores de voluntariado que hace en libertad le servirá para tratarse de los delitos de “cuello blanco” que cometió: condenado en el caso de las ITV por tráfico de influencias, soborno y falsificación a dos años y medio de prisión.
“Pese a la entrada en prisión, continúa teniendo trabajos y con toda seguridad una vez cumpla la pena continuará desde el primer día teniendo trabajo y sin duda con unos ingresos muy superiores a la media del resto de los españoles”, dice el fiscal. Y señala que el equipo que decide flexibilizar la situación de Pujol en prisión llevaba “solo cinco días reales de observación”, puesto que el exdiputado reingresó en una nueva prisión después de que se le concediese el tercer grado. Tras ese tiempo, “no se está en condiciones de realizar lo que de hecho es una nueva clasificación de tercer grado, incluso con un horario en los días lectivos más amplio de lo que se tenía”, insiste, subrayando la “forma encubierta de incumplir la resolución judicial”.
También critica que formalmente, la aplicación del artículo 100.2 no cumple los requisitos mínimos, puesto que no se especifican datos esenciales, como los déficits que presenta el interno, la actividad en concreto que realizará, de qué manera influirá “positivamente en la superación” de los problemas que presenta, y por qué no se puede llevar a cabo el tratamiento en prisión.