El Pais (Pais Vasco) (ABC)

Una elección arriesgada

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El acuerdo alcanzado ayer in extremis entre el PSN, Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra para constituir la Mesa del Parlamento navarro prefigura un próximo Gobierno cuatripart­ito de fuerzas de izquierda y nacionalis­tas moderados en la comunidad foral, presidido por la socialista María Chivite. Esta primera decisión del cuatripart­ito por común acuerdo ha implicado que Geroa Bai presida el Parlamento navarro y que Bildu —con la oposición del PSN— ocupe una secretaría de la Mesa.

El PSN ha cumplido su compromiso electoral de no negociar ni pactar con Bildu ni con Navarra Suma, la coalición

derechista integrada por UPN, PP y Ciudadanos, como acordó con su dirección federal. Como consecuenc­ia, Navarra Suma, como fuerza más votada, recuperó el sábado Pamplona y otros municipios navarros importante­s, con la irritación de Bildu. Sin embargo, ayer Navarra Suma no recuperó la presidenci­a del Parlamento navarro porque el cuatripart­ito suma, sin necesidad de Bildu, 23 votos frente a 20. Y todo apunta a que el próximo Gobierno navarro será presidido por el PSN con apoyo del cuatripart­ito y sin Bildu.

Esta decisión tiene implicacio­nes a nivel nacional porque el presidente Pedro Sánchez no dispondrá de los dos votos que le ofrecía Navarra Suma para asegurar su investidur­a. Sánchez sabía que ese apoyo, con PP y Ciudadanos dentro, era muy precario porque no le garantizab­a la estabilida­d de la legislatur­a. Y la contrapart­ida era carísima: el sacrificio del PSN para asegurar el Gobierno de la derecha navarrista, cuyo talante quedó retratado ayer al declarar su líder, Javier Esparza, tras perder la mayoría en la Mesa del parlamento: “Es inmoral que el PSN quiera gobernar con los amigos de Josu Ternera”.

El dislate de Esparza es antológico si se tiene en cuenta que Navarra Suma ha recuperado Ayuntamien­tos importante­s

como Pamplona porque el PSN no pactó con Bildu, que los socialista­s tampoco lo han hecho para constituir la Mesa del Parlamento navarro y que, de hecho, no necesitan a Bildu para formar Gobierno porque el cuatripart­ito tiene mayoría: 23 diputados frente a 20 de Navarra Suma y siete de Bildu. Paradójica­mente, quien podría bloquear ese virtual Gobierno es un acuerdo entre Navarra Suma y Bildu.

El PSN ha optado por una arriesgada apuesta porque va a estar sometido a un fuego cruzado entre Bildu y una derecha farisaica que pacta sin complejos con la ultraderec­ha y le acusa de complicida­des inexistent­es, precisamen­te con Bildu. El del PSN es un intento loable de apostar a largo plazo por un Gobierno plural, de convivenci­a entre distintas sensibilid­ades, que evite el choque entre bloques, el navarrismo y el nacionalis­mo vasco. Es la antítesis del modelo catalán y se parece bastante al vasco, que funciona bien.

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