¿Un ‘Spanish Green New Deal’?
No parece buena idea dilatar los acuerdos para formar Gobierno, amagar con tener que ir a septiembre o plantear una repetición electoral. No es una buena idea ni en lo que respecta a la recuperación de la confianza en la política, ni mucho menos en relación a los desafíos pendientes.
Quizá si las fuerzas políticas fueran conscientes de lo que está en juego el panorama cambiaría. Hace unos días era la Comisión Europea la que decía a todos los Estados miembros, España entre ellos, que los planes presentados para cumplir con el Acuerdo de París contra la crisis climática eran claramente insuficientes. Hace unos meses lo advertía también la
comunidad científica cuando alertaba de que, aunque todos los países cumplieran con sus planes de reducción de emisiones, no se alcanzaría a limitar el incremento de temperatura en el planeta a dos grados, cifra ya de por sí insuficiente que nos mete en un terreno desconocido.
Aunque contradiga todos los tópicos me atrevería a decir que el problema no se debe —o al menos, no solo se debe— a esa tan manida “falta de voluntad política”. Reconozcámoslo: el desafío que supone la lucha contra el cambio climático requiere de un replanteamiento profundo de los paradigmas de desarrollo, el modelo económico, las formas de producción y consumo, y el conjunto de nuestro modus vivendi.
Constatada la urgencia, se pueden concebir tres estrategias: aplicar la política del avestruz y meter la cabeza bajo tierra, acometer reformas puntuales como si de una penitencia por los pecados cometidos se tratara, o aprovechar para actualizar paradigmas políticos de éxito adecuándolos a la nueva realidad. Si se opta por la tercera, se abre la posibilidad de recrear lo que líderes como Alexandria Ocasio-Cortez han bautizado como Green New Deal. Un nuevo pacto social en el que el Estado recupere su capacidad dinamizadora en torno a un nuevo paradigma económico, social y político basado en el reconocimiento de nuestra dependencia de la biosfera. Hay quien ve en este Green New Deal una propuesta de la socialdemocracia 2.0: un pacto social apoyado en la lucha contra la desigualdad, la definición de un nuevo modelo económico sostenible, y la profundización democrática.
Siendo como es un desafío del conjunto de la sociedad, los partidos de la izquierda pueden hallar en este Green New Deal un punto de encuentro desde el que actualizar alternativas políticas. A la vista de lo que va a pasar con Madrid Central parece que la derecha española tardará en incorporarse, pero será solo cuestión de tiempo.
Aún no somos conscientes, pero la crisis climática no solo compromete nuestra economía y forma de vida, sino que es una de las mayores amenazas que se cierne sobre la democracia. ¿Acaso no es esto lo suficientemente urgente como pactar un Gobierno sin más dilación? De lo contrario es muy posible que el electorado vuelva a dar la espalda a sus representantes. Al menos el electorado progresista.