Tom Hanks: “El actor debe ser fiel a la naturaleza humana”
El intérprete pone su voz al protagonista de ‘Toy Story 4’
Un Tom Hanks elegantemente trajeado de negro y con un anillo en la mano izquierda que parecía sacado de El código Da Vinci se presentó ayer ante los medios informativos junto al director y los productores de Toy Story 4 (John Cooley, Jonas Rivera y Mark Nielsen, respectivamente) para hablar de la película, que se estrena mañana y en cuya versión original el actor pone voz de nuevo al muñeco vaquero y sheriff Woody. Lleva 25 años, desde Toy Story (1995), siendo la voz del juguete.
Hanks (Concord, California, 62 años), en plena forma, extraordinariamente cercano para ser la gran estrella de Hollywood que es, se mostró vital, locuaz, divertido, irónico y hasta un punto histriónico, dejando patente sus grandes dotes interpretativas en un festín de imitación de voces, con registros que hicieron alternativamente reír y dejar boquiabiertos a los presentes.
“Es un trabajo muy duro, mucho más de lo que puede parecer”, explicó al preguntarle por el proceso de grabación. “Nunca estaban satisfechos a la primera, y había que repetir. ‘Está bien, Tom’, me decían. ‘Pero ¿y si tratas ahora de darle a la frase un dolor existencial?”.
Al interrogarle sobre sus propios juguetes, recordó “un pequeño astronauta”, el comandante Matt Mason de Mattel, tipo Madelman, que costaba 1,99 dólares. Relacionó ese muñeco con lo que significan para los niños Woody, Buzz y los otros, especialmente el nuevo personaje, el genial cenizo Forky. Construido por la niña Bonnie con un tenedor, Forky es en cierta manera el protagonista (con permiso de los clásicos y de la empoderada fémina Bo Peep) o el McGuffin —pues no deja de ser un trasto— de la película. Hanks dijo que buena parte de la magia del filme está en que en el fondo todo el mundo quiere creer que los juguetes de verdad cobran vida cuando se quedan solos. Ante la paradoja de que las películas de Toy Story se dirigen a unas generaciones que parecen preferir las máquinas a los juguetes, hizo un despliegue de mimo imitando a un niño que juega moviéndose y otro que se encierra sobre sí mismo con un mecanismo portátil.