La vuelta al origen de un modo de hacer teatro
‘La función por hacer’, germen de la compañía Kamikaze, regresa a los escenarios 10 años después de su estreno
Esta es una historia de extremos con final feliz. El tórrido calor de aquel verano de 2009 en Madrid, en el que seis actores, un director y un productor ensayaban, en una pequeña sala de la calle de San Roque, un texto muy complicado, sin dinero ni teatro apalabrado para el estreno, contrastó con el frío helador del invierno donde, finalmente, la compañía conseguía subir a un escenario con La función por hacer, basado en Seis personajes en busca de autor, de Luigi Pirandello. Lo que pasó en la sala off del teatro Lara, situada en el vestíbulo, en las madrugadas de los fines de semana de un diciembre de nevadas, fue un éxito estrepitoso. Se tuvieron que pedir sillas a los bares vecinos para sentar a todos los espectadores que, conmovidos, acudían en masa para vivir una obra de teatro puro, con unos intérpretes vestidos con su propia ropa, que se movían entre el público y se tropezaban con él.
La obra, que fue rechazada por todos los teatros a los que Miguel del Arco y Aitor Tejada, almas de este montaje, la presentaron, consiguió dar un salto entonces inaudito con el estreno esa misma temporada en una sala de gran prestigio como La Abadía. Además del triunfo absoluto en los Premios Max (siete en total) pocos meses después. Eso fue hace 10 años y en ese tiempo la compañía, ya consolidada, ha sido vanguardia de profundos cambios en la profesión, ha abierto el Pavón Teatro Kamikaze, sala de referencia de la capital, y ha sido galardonada con el Premio Nacional de Teatro (2017). Ahora, La función por hacer, germen de todo aquello, vuelve a los escenarios con el elenco original. Bárbara Lennie, Israel Elejalde, Cristóbal Suárez, Miriam Montilla, Manuela Paso y Raúl Prieto recuperan esta pieza en la sala grande del Pavón Kamikaze desde el 26 de junio hasta el 26 de julio, bajo la dirección de Miguel del Arco y la producción de Aitor Tejada. Una nueva aventura a la que se suman también Teresa Hurtado de Ory y Nuria García.
“Ha llovido mucho desde entonces. Han pasado muchas cosas en estos 10 años y nuestras vidas no son las mismas. Tengo mucha curiosidad de ver qué pasa ahora, porque todo sigue siendo un misterio”, reconoce Lennie. Para Elejalde, uno de los cuatro socios del Teatro Pavón Kamikaze (junto a Del Arco, Tejada y Jordi Buxó), el montaje le sacó del estancamiento o de la crisis en la que él se veía como intérprete. “La obra nos obligó a encarar la interpretación desde otro sitio. Para mí, sin ninguna duda, es el momento más importante de mi carrera”, confiesa Elejalde, en un encuentro con Miguel del Arco y Aitor Tejada.
Más allá de los cambios personales, de la nostalgia, de la que rehúyen todos, y del peligro de tratar de repetir algo que funcionó entonces, pero quién sabe si ahora, el regreso de La función por hacer es algo más que la vuelta de un éxito. Es el reflejo de una revolución en la que muchas pequeñas compañías demostraron que se puede saltar de una sala off a un gran centro teatral sin excesivas dificultades o abrazar con entusiasmo y valentía la nueva dramaturgia contemporánea, sin miedo tampoco a meterle mano a Pirandello o Shakespeare.
“No somos los únicos artífices, por supuesto, pero creo que sí contribuimos a los cambios”, dice Del Arco. “Para acceder a determinados lugares tenías que seguir una especie de canon que ahora ya no existe”, añade Aitor Tejada. “La profesión se ha flexibilizado y los centros dramáticos nacionales no solo ponen su mirada en las obras de repertorio, sino que están ahora más atentos a lo que ocurre en esas salas off, lo que contribuye también a visibilizar a autores nuevos”, aporta Elejalde.
Desde el miércoles, el Pavón se comerá las primeras filas del patio de butacas para construir un escenario a tres bandas y así acercar al espectador a la intimidad de la obra. Un público que escuchará palabras premonitorias. “Imagínate quién eras hace 10 años. ¿No sientes cómo todo se derrumba a tu alrededor, el suelo, la tierra misma? ¿No sientes que el suelo se derrumba al pensar que todo lo que crees que hoy es real está destinado mañana a una pura ilusión?”.