El Pais (Pais Vasco) (ABC)

Marta, un gol histórico por las mujeres

La brasileña, que con 17 dianas supera a Klose como pichichi de los Mundiales, dedica su éxito a la lucha por la igualdad

- ELEONORA GIOVIO, La clasificac­ión

“Todavía me pongo nerviosa antes de los partidos”, decía la brasileña Marta Vieira en la víspera del partido contra Italia. Tiene 33 años, el de Francia es su quinto Mundial y sigue sintiendo ese gusanillo especial. El martes, en el Stade du Hainaut, marcó el gol de la victoria ante las italianas: 0-1, de penalti. No fue un gol cualquiera. Fue el tanto que la ha convertido en la máxima goleadora en la historia de los Mundiales, masculinos y femeninos. Con 17 dianas, Marta superó a Miroslav Klose (16). “Es una sensación fantástica, es un gol por las mujeres de todo el mundo, por la igualdad, por el respeto. Estoy muy honrada de que Dios me haya escogido para hacer esto”, declaró al final del encuentro. Siempre comprometi­da con las políticas sociales, es la cara visible de la campaña Go Equal, iniciativa para la igualdad de género en el deporte.

Marta empezó a jugar al fútbol en los descampado­s de Dois Riachos, un pueblo de 11.000 habitantes en el Estado brasileño de Alagoas. Para disgusto de su madre Tereza, que descubrió que en vez de ir al colegio su hija pasaba horas pegando patadas a un balón. Lo hacía rodeada de chicos. “Nadie aceptaba que una niña corriera detrás de la pelota entre niños”, contó en un reportaje en El País Semanal Julio de Freitas, el profesor de gimnasia y el descubrido­r de Marta. Cuenta la madre de la futbolista en Você é mulher, Marta, la biografía de Diego Graciano, que un día le pidió un real para comprar un balón. “¡Tú eres mujer!”, le contestó. Pero tuvo su balón. Y siguió dándole patadas. Y ganándose el respeto de todos.

“Percibía que jugaba mejor que los niños y eso, en cierta manera, generaba odio, una discordia. Los niños no lo aceptaban, me vejaban, me decían que tenía que dejar de jugar”, relató tiempo después. Durante años, cuenta siempre, sufrió prejuicios y discrimina­ción. “Me siento orgullosa de haber luchado contra eso”. Máxima goleadora de la selección brasileña, es la única mujer que tiene la huella de sus pies impresa en Maracaná. Ayer la felicitó en Instagram Ronaldo: “Gracias por tu lucha y determinac­ión”.

De Brasil se tuvo que marchar Marta a Europa en 2004. No había cumplido los 18. Vistió la camiseta del Umea, sueco, hasta 2008. “Me vine por las dificultad­es en Brasil. Allí solo tenía tres entrenamie­ntos por semana. Y recibía una ayuda escasa que apenas me llegaba para sobrevivir”, contó en una entrevista. Tardó años en volver a casa. Cruzó el charco con destino a Estados Unidos en verano de 2008, se fue a Brasil (Santos) y volvió a EEUU en 2011. Suecia la llamó en 2012, jugó en el Tyresö y en el Rosengard; desde 2017, en el Orlando Pride. 17 goles en cinco Mundiales. 16 tantos en cuatro torneos.

15 goles en cuatro Mundiales, aunque en EEUU 94 no jugó. goles en dos Mundiales. goles en cinco citas.

14 dianas en seis Mundiales. tantos en una Copa del Mundo.

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Suecia se convirtió en su segunda casa, habla el idioma perfectame­nte y tiene pasaporte sueco. Con ella jugó allí tres años Vero Boquete. “Ha ganado balones de oro, ha batido todos los récords, es la mayor referencia en el fútbol y para mí la mejor de la historia. Con ese historial te esperas un divismo máximo, a alguien súper inaccesibl­e, una estrella a lo Cristiano Ronaldo y no es así. No lo es para nada, porque sale de Brasil, porque viene de las favelas, porque ha tenido que pasar por muchas cosas para llegar donde está ahora y encima siendo mujer”, destaca Boquete. “Y por eso su compromiso social es aún mayor. Ha pasado de la pobreza máxima a ser el mayor icono de Brasil”, añade. Marta es embajadora de buena voluntad de ONU Mujeres. Boquete, con la que comparte amistad, la describe como una persona muy sensible y cercana. “Se emociona cada vez que recuerda sus inicios”, dice.

La madre de Marta acabó rindiéndos­e a la obstinació­n de su hija. También sus hermanos, que cuando eran pequeños no querían que jugara con ellos. “Están orgullosos de mi lucha. He conseguido hacer lo que siempre he querido hacer. No gano lo que gana un hombre, pero la cosa ha mejorado. Mi familia y yo tenemos cosas que no teníamos hace 20 años. ¡Ahora podemos comer todos los días!”, contaba hace dos años a EFE. “Mi historia de vida, de lucha, de perseveran­cia, me convierte en un gran ejemplo. Eso me hace sentir orgullosa”.

Este martes dio un paso más. La máxima goleadora en la historia de los Mundiales es mujer y se llama Marta.

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/ GETTY Marta celebra su gol a Italia.

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