Jens Weidmann, la deslealtad y la carambola
Los Veintiocho inician esta noche el reparto de cargos. Si empiezan por el más “técnico”, el del BCE, podría prosperar el candidato de continuidad de Draghi, el finlandés Erkki Liikanen. Es el preferido en la casa, y una tercera vía entre franceses y alemanes.
El jefe del Bundesbank, el halcón Jens Weidmann, solo tiene opción si fracasa su paisano Manfred Weber para la Comisión. La suya es cuestión de carambola. Weidmann se ha opuesto a casi todas las nuevas políticas expansivas del BCE. Incluso acudiendo a apoyar en los tribunales a quienes las recurrían.
Ayer mismo formuló a Die Zeit un tardío mea culpa de lo que la mayoría de sus colegas consideran “graves deslealtades”: la de atacar ante los jueces el plan OMT, acordado por el BCE ¡en 2012! para proteger a los vulnerables. Se hizo “todo lo necesario”, en la famosa frase de Draghi, para salvar al euro. Y se salvó. Si el voto de Weidmann se hubiera impuesto, se habría derrumbado.