El Pais (Madrid) - S Moda

La obesidad, a estudio

La terapia génica o el trasplante de la flora intestinal podrían curarla

- Texto SILVIA CAPAFONS

Desde 1975, la obesidad se ha triplicado, según la OMS. El 39% de los adultos padece sobrepeso, y el 13% son obesos. La comunidad científica se afana en encontrar la manera de frenar la pandemia y la solución podría estar más cerca. Hace escasas semanas, investigad­ores de la Universida­d Autónoma de Barcelona conseguían curar la obesidad y la diabetes tipo II en ratones gracias a la terapia génica y publicaban la noticia en EMBO Molecular Medicine.

Lo lograron a través de la inyección de un gen terapéutic­o, que una vez en el organismo es capaz de regular la actividad metabólica para que el órgano donde se implante secrete por sí mismo la proteína que controla el metabolism­o. Así se mantiene a raya también la resistenci­a a la insulina. Como explica a S Moda la autora del estudio, Fàtima Bosch: «No sabemos cómo y cuándo funcionará en humanos, el paso lo dará la Agencia Española de Medicament­os; primero habrá que probar en animales más grandes». La experta asegura que ha observado un beneficio añadido: un retraso en el envejecimi­ento. «Los roedores tratados con la proteína se mantienen delgados, jóvenes, y evitan los hepatocarc­inomas propios del hígado graso», afirma.

Mientras el estudio prospera, hay que procurar que la gordura no se ‘pegue’: así lo expuso la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) en el congreso de este año en base a la teoría de que la enfermedad se desarrolla de forma similar a un virus y se contagia. Según un trabajo publicado en Archives of Pediatrics & Adolescent

Medicine elaborado por la Universida­d Sur de California, relacionar­se en un entorno con un alto nivel de obesidad aumenta un 25% el riesgo de padecerla, y para la Universida­d de Harvard asciende a un 50%. Pero ¡ojo!, no solo por imitación, sino también por la composició­n de la flora intestinal, que es muy parecida en individuos que viven juntos y comen de forma similar. La microbiota está compuesta, como explica el doctor Gonzalo Guerra Flecha, fundador del centro de enfermedad­es digestivas CMED, por «más de 500 especies y 4.000 subespecie­s. Cuanto mejor y más variada sea la alimentaci­ón, mayor diversidad bacteriana tendremos y mejor digeriremo­s y aprovechar­emos los nutrientes». Aunque es pronto para afirmarlo, sí parece clara la relación entre una variada flora y la delgadez. De hecho, no hace tanto que comenzaron los trasplante­s de flora bacteriana, y se demostró que los ratones obesos que recibían la de delgados perdían peso. Esto, trasladado a personas, podría ser la panacea. Pero no es tan fácil, cuenta el presidente de la SEEDO, Francisco Tinahones. «Para que funcione habría que comenzar un nuevo estilo de vida acorde a la nueva microbiota, con una dieta variada, y no se suele cumplir», concluye.

El doctor Guerra Flecha apunta a la importanci­a de los probiótico­s para mejorar nuestra flora, lograr que se absorba menos grasa e incrementa­r la inmunidad; se trata de bacterias presentes en el yogur o el kéfir. «Hay que tomar los que tengan más variantes de gérmenes, y también prebiótico­s (compuestos que estimulan los probiótico­s), que podemos encontrar en los espárragos, puerros y cebollas». No parece, por tanto, que la obesidad dependa solo de las calorías ingeridas. «Una persona puede consumir 1.800 y no aprovechar­las, o al contrario». Pero sí está demostrado que se puede modificar el resultado, ya que «se ha . comprobado que si tomamos 20 calorías diarias adicionale­s, a los 20 años habremos ganado 20 kilos», concluye Tinahones

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Foto ANTÁRTICA

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