¿Qué empresas validan los test cosméticos?
Empresas independientes avalan pruebas con piel humana para medir la eficacia cosmética
todos los cosméticos del mercado son efectivos. No se trata de un eslogan, sino de una obligación: la que marca el reglamento europeo sobre estos productos. «Es uno de los más avanzados y exhaustivos del mundo. Cada crema ha de pasar por un examen completo que abarca sus ingredientes, la fórmula final y su uso. No se trata solo de que sea seguro, sino también de que funcione», explican desde Stampa.
Aunque la eficacia viene avalada por las patentes de las firmas, estas no tienen la última palabra. El examen solo lo pueden llevar a cabo empresas independientes. Una de las más reconocidas es Merieux NutriSciences, presente en 22 países y con más de 100 laboratorios. Desarrollan análisis in vivo (sobre voluntarios) e in vitro (sobre muestras) que se adaptan a cada producto, de ahí que lleven a cabo más de 200 métodos diferentes. Por ejemplo, el uso de bioluminiscencia para determinar el efecto energizante de una hidratante o una citometría (láser) para analizar cómo se repara el ADN tras recibir rayos ultravioletas.
Es importante usar ambos tipos. «Aunque los test in vitro sobre modelos de piel humana son más predictivos, no pueden ser la única evidencia. Cada fórmula necesita exámenes propios y debe considerarse caso por caso», explican desde XCellR8, un laboratorio que, entre otros, certifica la actividad antioxidante de un cosmético. «Lo último es combinar métodos. Por ejemplo, en las cremas antipolución, además del efecto en tejidos, se toman muestras en personas que viven en áreas de mucha contaminación», asegura el consultor cosmético Steve Barton, director de Skin Thinking.
Los test sobre piel real han entrado este otoño en una nueva etapa gracias al uso de espectroscopias de segunda generación, como la que acaba de presentar el instituto proDERM, que trabajan sin producir ningún tipo daño.
Sin embargo, la tendencia sigue siendo la reconstrucción de tejidos humanos.
EpiSkin es la empresa líder en esta ingeniería. «Gracias a un proceso de cultivo celular exclusivo analizamos la eficacia de una crema sobre modelos con la misma elasticidad y robustez», afirman. Encargados, entre otros, de evaluar las fórmulas de L’Oréal, cuentan en sus laboratorios con pieles de la zona vaginal, oral o corneal, esta última en fase de validación.
El gran reto es determinar la eficacia para cada usuario, ya que la misma crema no funciona igual en todo el mundo. Para lograr esta personalización, la respuesta está en nuestros genes. La firma EpigenCare ha patentado el pasado verano un test que, de forma no invasiva, como si de uno de alergia se tratara, permite evaluar el efecto de diferentes ingredientes sobre nuestra epidermis. En fase de desarrollo, el doctor Adam Li, su director científico, considera que «el objetivo es lograr una solución dermatológica lo más personalizada posible», para la que hacen falta marcadores de edad, elasticidad, hidratación, pigmentación… La compañía quiere tenerlo en el mercado estadounidense antes de fin de año y ya hay lista de espera