«EL TRIUNFO DE LA CLASE MEDIA»
El experto en fotografía asegura que la Nikon de Parr retrata el «terrible retrato de lo que somos»
Ni héroes ni sufrimiento. Tan solo una oda a la sociedad de consumo. En la fotografía de Martin Parr no caben ni la tristeza de Dorothea Lange, ni los sueños de Sebastião Salgado, ni el drama de Robert Capa, ni la complejidad de Robert Frank. Las imágenes de este inglés –larguirucho y con cara de despistado– son un repaso al consumo visto desde la perspectiva de la clase media. Una mirada aparentemente neutral sobre la vida de la gente corriente. Comida, turismo, mal gusto y banalidad. El mundo –al menos si nos atenemos a lo que dicen sus imágenes– es como un parque de atracciones. Mucha gente, colorines y barullo. Un plató de rodaje donde solo faltan Jerry Lewis y Doris Day. El triunfo de la clase media. La epopeya del hombre corriente. Martin Parr es el mito de la fotografía posmoderna.
«Usted es de otro planeta», le dijo en 1995 Henri Cartier-Bresson en una de sus inauguraciones en París. Y eso que el mítico fotógrafo no podía sospechar que ese inglés desgarbado, que acabada de ser admitido en Magnum, llegaría a ser presidente de la agencia que él había fundado en 1947. A Cartier-Bresson le sobraba elegancia y le faltaba sentido del humor para acercarse a la mirada de Parr. Tras la aparente vulgaridad de sus fotos hay una fina radiografía a la sociedad. Una crónica cargada de ironía y humor. Un terrible retrato de lo que somos. Tribus globales deambulando por un mundo anodino y vulgar que ante su Nikon nos convertimos en pobres protagonistas de la vida moderna. Él no tiene la culpa; solo es el mensajero.
Alberto Anaut es presidente de La Fábrica y de PhotoEspaña.