Oler un sabor
Las perfumistas Sonia Constant y Louise Turner han sido las encargadas de traducir en fragancia la chispeante personalidad de Bella: «Es atrevida y seductora, así que quería el aroma de una fruta inesperada», recuerda Constant. Dio con el carácter acidulado del ruibarbo, el adictivo acorde primario sobre el que se cimienta la composición. ¿Primer inconveniente? Técnicamente es imposible extraer el aroma de sus tallos. La experta trabajó mano a mano junto a un flavorist, un químico del sabor, para descomponer y recrear sus facetas. «No es muy común que como perfumistas colaboremos con ellos. Aíslan la naturaleza en un laboratorio y analizan por qué el ruibarbo huele y sabe así; de qué moléculas está compuesta su esencia», para después replicarlo con tecnología. No es un procedimiento insólito. «Hacer un perfume moderno solo con ingredientes naturales es tan apropiado como construir un rascacielos con madera y paja», explica en El perfume perfecto el excrítico de The New York Times, Chandler Burr.
«Con el acorde listo (demasiado verde por sí solo) toca dar forma a la estructura, añadiendo una parte más floral que aporta el matiz aterciopelado». En este segundo capítulo entra en juego el saber hacer de Turner: «Sonia quería mi visión complementaria y mi conocimiento de las flores». Concretamente se usa rosa importada de Turquía: tanto en aceite, cremoso y chispeante; como absoluto, más rico y opulento. «Sorprende cómo de una misma especie se pueden obtener resultados tan diferentes, dependiendo del proceso. El aceite es una destilación y el absoluto, una extracción suave». El resultado, una alianza entre naturaleza e innovación, que se completa con notas de freesia y vainilla de Madagascar.
Sonia Constant y Louise Turner son perfumistas y trabajan para la empresa líder en fragancias Givaudan.