LA EDAD DE PLATA
Las jóvenes buscan diferenciación con los brillos grisáceos inspiradas por la pasarela y las redes
levado a icono pop por Rosalía con su canción Brillo en 2018, el highlighter se ha convertido en indispensable de los
de maquillaje. Según el último estudio sobre el sector del grupo consultor NPD, la venta de iluminadores y otros productos hermanos (todos con el objetivo de aportar luz ahí donde se aplican) supuso el 44% de los ingresos totales del segmento en 2016 en Estados Unidos. Otro estudio de la compañía, en Reino Unido, señala a los jóvenes y su obsesión por los selfies como responsables directos de este aumento. «Las decisiones que toman con el objetivo de publicar sus retratos en las redes sociales han impulsado el éxito de estos cosméticos cuando necesitan una aportación extra de luminosidad», concede Baltasar González, director artístico de MAC. De ahí, han surgido efectos destinados a dar jugosidad, como el glow o el último en llegar a la calle: el glossy. La Semana de la Moda de París p-v 2017 supuso el punto de inflexión: Balmain, Nina Ricci, Jean-Paul Gaultier o Elie Saab, entre otros, desplazaban el gloss de los labios a ojos y mejillas. «Se había abusado del mate: de tanto matificar las pieles, se pasó a buscar un aspecto más juvenil y sano, no tan recargado», considera Isabel Peralta, make up artist de Kiko Milano. Eso persigue esta técnica: producir reflejos saludables y naturales en puntos estratégicos del rostro. Las últimas pasarelas, tanto de esta temporada como de la siguiente, anticipan un salto más allá: imperan los toques metálicos. Ya se han atrevido celebridades como Lucy Boynton, que lo ha lucido en sus párpados hasta en dos ocasiones. «Rehuyamos del estereotipo futurista que se asocia a estos pigmentos. Su aplicación suma al resultado final efectos acuosos, da fluidez al conjunto del rostro», opina González. «Se puede combinar con cualquier color y favorece muchísimo», dice Peralta. Sobre este punto, los expertos coinciden en que hay áreas donde resulta más efectivo. «Se deben identificar los lugares donde el plata funciona mejor, trasciende el ridículo y se hace más accesible», apunta González. Entre ellas, destacan la zona T y los pómulos. Para Peralta, «las sombras de este tono despejan y abren la mirada». También, concentrándose en partes inesperadas, se puede lograr un mayor impacto. «En las cejas se crea una sensación arquitectónica, artificial, mientras que en las pestañas se aleja de los estándares de belleza tradicional. El resultado es muy vanguardista. Pero se debe tener cuidado: suelen verse blanquecinos», advierte González. «En la parte alta de las mejillas, realzan y potencian su volumen», explica Peralta. Para obtenerlo, aconsejan usar productos que ya dispongan del tono o mezclar
. un pigmento plateado con un básico del tocador. «Será más duradero y brillante», afirma González De izda. a dcha.: Givenchy AC p-v 2019, Anaïs Jourden o-i 2019-20, Lucy Boynton, Talbot Runhof o-i 2019-20 y Shiatzy Chen o-i 2019-20. Arriba, sombra de ojos en crema Colour Lasting 08 de KIKO MILANO (6,99 €). A la izda., sombra plata de Art Library: It’s Designer de MAC (52 €).