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Rueda, experiencia con cinco sentidos
La Ruta del Vino de Rueda es más que grandes caldos con uva verdejo como protagonista: arte ycultura, delicias gastronómicas y espacios para desconectar del mundo. ¿Preparados para gozar?
Tierra de enoturismo. Así, sencillamente, podríamos definir la Ruta del Vino de Rueda, zona enclavada en pleno corazón de Castilla y León que se extiende a lo largo de las provincias de Valladolid, Segovia y Ávila sobre paisajes dominados por ríos, bosques, campos de cereal y, por supuesto, viñas. Decenas de sendas dibujan su mapa para recorrerlo a pie, en bicicleta o a caballo, discurriendo en paralelo al cauce de ríos como el Duero, el Eresma o el Adaja, conduciéndonos también a pueblos y villas en los que reponer fuerzas con su riquísima gastronomía o donde descansar cuerpo y mente en edificios históricos.
En el principio, fue el vino
Hace ya muchos siglos, la uva verdejo se convirtió en oro para los habitantes de esta región y para quienes allí viajaban. Hoy la Ruta del Vino de Rueda (una de las 36 que conforman la marca Rutas del Vino de España) reúne 30 bodegas en las que podemos hacer una inmersión enológica plena. Entre ellas, La Mejorada, en el término municipal de Olmedo: una interesantísima propuesta del arquitecto Rafael Moneo y de su familia, situada en un antiguo convento jerónimo del siglo XV. Restaurado prácticamente en su totalidad, allí se elaboran vinos como Las Cercas, Las Norias, Tiento y Palomar de la Reina, procedentes de viñedos tratados sin productos químicos y manteniendo el equilibrio del ecosistema para evitar plagas y enfermedades en las cepas. Aquí manda el terroir, el suelo en el que se enraízan, el microclima y un cuidado extremo por el vino bien hecho. Y atención a la pequeña (y preciosa) capilla mudejar que conserva, verdadero emblema de la bodega (lamejorada.es).
Otra de las propuestas que merece la pena descubrir es El Hilo de Ariadna, de las bodegas Yllera, que acaba de recibir el galardón Mejor Experiencia Enoturística, concedido por la Asociación Española de Ciudades del Vino. Su espectacular bodega subterránea se inspira en el mito de Ariadna y el laberinto del Minotauro del que Teseo logró escapar. La elección de esta historia no es azarosa: dicen que Creta es el origen de Europa y de la cultura del vino, que se exportó por todo el continente (grupoyllera.com).
Paraíso para paladares y espíritus
Recorrer viñedos, aprender más sobre los vinos de Rueda en catas guiadas... y compartirlos ante una buena mesa resulta muy fácil en esta zona de Castilla y León. Sería imperdonable no probar quesos como los de Cantagrullas, el sueño hecho realidad de
Rubén Valbuena, geógrafo de la ONU que se instaló en Francia para conocer los secretos de los grandes maestros queseros y que hoy triunfa en el pueblo de Ramiro. Otra parada obligada es el asador Mesón de Pedro, en Matapozuelos (mesondepedro.com): carnes de lechazo, conejo y cochinillo hechas en brasas de sarmiento y platos de cuchara como sopas de ajo. Los amantes del pescado y el marisco tienen su particular templo en La Mejillonera, un acogedor restaurante familiar de Medina del Campo que defiende los sabores tradicionales, pero dándoles una vuelta de tuerca contemporánea. Una rica propuesta que maridan con una bodega de más de 150 referencias, el 90% de ellas, nacionales (restaurantebarmejillonera.es).
Con tanto ajetreo, necesitaremos un respiro. Desconectemos en Castilla Termal Olmedo, un hotel construido sobre los restos del convento de Sancti Spiritus del siglo XII, donde se hospedaron la reina Juana de Castilla o Teresa de Jesús (castillatermal. com). Cuenta la leyenda que bajo el antiguo edificio había aguas con poderes curativos. Y confirmamos que la historia era cierta, ya que su spa dispone de aguas mineromedicinales. ¿Listos para un baño de juventud?