“Entrevisté al niño y lo vi claro: era real”
“Cuando entrevisté al niño, lo tuve claro. El caso era real”. El abogado Juan Pedro Oliver, representante de Prodeni y defensor del niño recuerda cómo inició la investigación en 1997. “Pese a las presiones de la diócesis, sacamos el caso adelante. El testimonio del chaval sobre cómo el cura le tocaba cuando le daba informática o se bañaban juntos en la piscina era real”, añade. Tras estos encuentros, el cura pedía al niño que no le contara a nadie lo que estaba pasando, dice el letrado. como agravante el “abuso de confianza”.
El padre Romero, que fue condenado a 18 meses de prisión, no pisó la cárcel, según una fuente próxima a la causa. Y, tras conocer la sentencia, la diócesis intentó trasladarle a una parroquia a poco más de media hora en coche de Aldeire, a Cortes y Graena, de 994 habitantes, también en Granada, según el abogado del monaguillo, Juan Pedro Oliver, de la asociación Prodeni (Pro Derechos del Niño y la Niña).
El letrado sostiene que la presión que ejerció Prodeni frustró el movimiento. Y que, tras querellarse contra Romero, la diócesis de Guadix presentó una queja formal contra él en el Colegio de Abogados de Granada que no prosperó. El letrado llegó a dar una rueda de prensa tras conocer la condena para pedir que el cura fuera apartado de sus oficios religiosos.
Romero recurrió sin éxito la pena que le impuso el Juzgado de lo Penal número tres de Granada. En su alegato, reprochó que el niño permaneciera en silencio dos años, atribuyó a una “finalidad espuria” sus acusaciones. Y enmarcó la versión del menor en supuestos celos y en un deseo de venganza, porque, según dijo, se debía a que no le daba “más protagonismo a la víctima como monaguillo” en los oficios religiosos.
En una sentencia de julio de 2001, la Audiencia Provincial de Granada desestimó el recurso del cura. Confirmó los hechos. Y se mostró tajante contra el sacerdote. Censuró su “afán de desacreditar y tachar de inveraz el relato” del niño. El tribunal descartó que las acusaciones del chaval obedecieran a “un montaje o invención”.