Las mentiras sobre la salud inundan las redes sociales
Hay un lugar en el que el cáncer tiene cura en solo 42 horas y en el que todos los médicos del mundo conspiran juntos para engañar a la población. Donde la lejía cura el autismo y las vacunas no previenen epidemias, sino que las provocan. Son las redes sociales, donde la lucha contra los bulos sanitarios y la desinformación peligrosa pierde batallas a diario. Internet es la segunda vía de acceso a información sobre pseudoterapias en España (después del boca a boca) y dos tercios de los ciudadanos se informan sobre salud en la Red. Todo eso en un contexto en el que buena parte de la información sobre salud en redes es falsa, según numerosos estudios recientes, que observan que en algunos casos la mayoría de lo compartido es desinformación intencionada. Mientras, las grandes compañías de redes sociales mantienen muchos de esos contenidos tóxicos aludiendo a la libertad de expresión y a sus ambiguas políticas de retirada de contenidos.
“El cáncer se muere en tan solo 42 horas. Jugo de remolacha para curar el cáncer”. Es fácil escuchar estas falsedades con tan solo pedirle al buscador de YouTube vídeos con los conceptos “cura” y “cáncer”. Afirmaciones muy peligrosas que denunciaron hace dos semanas en un informe el Colegio de Médicos de Barcelona, el Departamento de Salud y el Consejo Audiovisual de Cataluña. Al hacer esa búsqueda en la popular web de vídeos, el 74% de los 50 primeros resultados eran patrañas como estas.
Estas tres instituciones pusieron el foco en 14 de estos vídeos por su especial gravedad por su contenido y que registran más de 25 millones de visualizaciones conjuntas. Le pidieron a YouTube que los retirara, aunque no lo ha hecho. Una portavoz de la compañía insiste a este periódico en que no pueden hacer comentarios sobre casos específicos, pero recuerda que ellos se ciñen al cumplimiento de la legalidad y su política: “Cuando un vídeo ha sido marcado y viola nuestros Términos y Condiciones lo retiramos, cuando no los incumple, permanece en la plataforma”.
Josep Pàmies, uno de los más populares divulgadores de pseudociencias y falsos remedios de España, disfruta de un gran altavoz: su página en Facebook, que cuenta con más de 330.000 seguidores. Este periódico se puso en contacto con la compañía para conocer con qué criterio se mantenía abierta esa página, dado que la red social asegura que trata de combatir la desinformación. En esta página, Pàmies insiste una y otra vez en vilipendiar a la medicina y en recomendar todo tipo de falsos remedios que pueden engañar a la población. Por ejemplo, un tipo de lejía industrial (MMS) que curaría cualquier enfermedad o trastorno, desde el ébola hasta el autismo, un producto prohibido por el Ministerio de Sanidad desde 2010 por sus efectos adversos potencialmente graves y cuya promoción le ha supuesto una apertura
La mitad de los tuits publicados sobre vacunas rechazan su uso
El 74% de las 50 primeras entradas sobre cáncer en YouTube son falsas
de expediente por parte de la Generalitat de Cataluña.
Horas después de consultarles, su página quedaba cerrada momentáneamente al público. La respuesta de la compañía fue que sus normas incluyen reglas estrictas sobre la promoción del MMS. No obstante, siguen visibles docenas de publicaciones sobre este producto, junto a otros reclamos tan engañosos y peligrosos como atribuir todo tipo de males y trastornos a las vacunas infantiles. La normativa de Facebook asegura que se comprometen “a eliminar cualquier contenido que fomente situaciones dañinas en el mundo real, incluidos (entre otros) los daños físicos, económicos y emocionales”. La página sigue abierta.
El problema, como explica la experta en desinformación en redes Reneé DiResta, es que existe una diferencia entre el derecho a la expresión y el derecho a obtener la máxima difusión. “El algoritmo de recomendación de vídeo de YouTube inspira 700 millones de horas de tiempo de visualización por día, y puede difundir información errónea, perturbar las elecciones e incitar a la violencia”, aseguraba DiResta en Wired. Mucho antes de que conociéramos el uso de bots en Twitter para alterar los procesos democráticos, DiResta ya denunciaba en 2014 su uso por parte de antivacunas para manipular a los políticos. Ahora denuncia que Facebook permite a estos colectivos anunciarse en su plataforma.
Sin resultados
“YouTube es el segundo buscador del mundo y está lleno de información falsa. En algunos casos, para determinadas enfermedades o temas de salud, hay más información falsa que verdadera”, denuncia Carlos Mateos, coordinador de la iniciativa #SaludSinBulos, lanzada para poner freno a estos problemas. “Hay mucha declaración de que se va a actuar, pero no estamos viendo resultados”, critica en referencia a las compañías de redes sociales.
Las redes sociales llevan mucho tiempo completamente intoxicadas por mensajes pseudocientíficos y bulos malintencionados del ámbito de la salud. La mitad de los mensajes publicados en Twitter sobre vacunas contienen creencias contrarias a la vacunación, según un estudio que analizó 550.000 tuits difundidos entre 2009 y 2015. Otros estudios han demostrado que esta exposición a información negativa sobre las vacunas se asocia con un aumento de los recelos y el retraso de la vacunación.
Durante la epidemia del zika, la publicación real más popular fue un comunicado de la Organización Mundial de la Salud, que tuvo una audiencia de 43.000 visitas con casi 1.000 interacciones. La publicación engañosa más popular fue un vídeo titulado 10 razones por las cuales el miedo al virus del Zika es un engaño médico fraudulento. Tenía más de 530.000 visitas, más de 19.600 interacciones combinadas y más de 600 comentarios de apoyo.
Dos tercios de los españoles se informan sobre sanidad en Internet