Detectado un hincha radical en Italia
La policía argentina detectó que uno de los integrantes de la barra de River, conocido como Godoy, ingresó en Italia para acudir a la final de la Copa Libertadores. Las autoridades lo siguieron para comprobar que no causara ningún problema, dado que una vez que estaba dentro del espacio Schengen no se le podía expulsar. Así lo explicó el representante de la Dirección Nacional de Seguridad en Espectáculos Deportivos de Argentina, Gustavo Lugones.
La policía estaba alertada de su presencia, pero reconoció que no se trataba de uno de los líderes más importantes de la barra de River. Por eso había cierta tranquilidad. Los agentes argentinos utilizaron en algunos momentos una aplicación especial de móvil para detectar a personas violentas. Introducían en ella el número del DNI del espectador y comprobaban que no tenía nada pendiente con la justicia. Si era así, salía una barra verde en el dispositivo y se le permitía el paso. En caso contrario el color era rojo y el teléfono vibraba. Se le impedía por tanto el acceso.
Durante la semana pasada fueron deportados desde el aeropuerto de Madrid Barajas sendos hinchas radicales de los dos equipos. En ningún caso se les dejó acceder a España y fueron enviados a su país.
Boca, escoltado por caballos, motos y furgonetas policiales. Sus seguidores se arremolinaron y vitorearon a la plantilla, a la que no pudieron identificar debido a que el vehículo llevaba los cristales tintados.
El excesivo control hizo que se formaran largas colas junto al Bernabéu, lo que aprovecharon los aficionados para corear cánticos, a veces contra la hinchada rival. Eso sí, los seguidores estaban separados por un fuerte cordón policial para evitar cualquier altercado.
La entrada al estadio se hizo de manera pausada, lo que aprovecharon bastantes negocios de la zona para hacer una fuerte recaudación. Los aficionados se quedaron en los bares tomando cerveza antes de acceder al estadio. Eso sí, predominó en todo momento el buen ambiente. El dispositivo policial lo completaron integrantes de caballería, una docena de perros y especialistas en subsuelo. Desde el aire un helicóptero controló en todo momento hasta las entradas de los autobuses para evitar cualquier incidente. “Es impresionante. Nos ha sorprendido el despliegue, a ver si aprenden los nuestros a hacer algo similar”, criticó un aficionado del River, que prefirió no dar su nombre.
La policía también controló que los aficionados no entraran con banderas con símbolos radicales, en los que se hacía apología de las barras, las hinchadas radicales de ambos equipos. Madrid se blindó como nunca para un duelo histórico.