Varios vídeos desmontan la explicación del Ejército israelí
La organización B’Tselem, que el lunes fue galardonada en París con el Premio a los Derechos Humanos de la República Francesa en medio de agrias críticas en Israel, ha desmontado con las grabaciones en vídeo la justificación dada por el Ejército para abrir fuego: la existencia de graves disturbios.
Tulkarem se halla en la llamada Área A de Cisjordania, sobre la que según los Acuerdos de Oslo de 1993 la Autoridad Palestina mantiene competencias exclusivas de seguridad. Las tropas israelíes irrumpen con frecuencia en las calles de las ciudades de Cisjordania, ocupada militarmente desde 1967, al alegar una cláusula de los acuerdos que autoriza la persecución de terroristas.
jóvenes palestinos les arrojaron piedras y los soldados respondieron con disparos de munición no letal (balas recubiertas de goma) y el lanzamiento de granadas de gases lacrimógenos.
Fuerza letal injustificada
Las escenas reflejadas en la grabación difundida por B’Tselem se produjeron en un barrio occidental de Tulkarem, en torno a la calle Al Nuzha. En ellas se observa cómo un pelotón integrado por unos 30 soldados se despliega en patrullas por esa misma vía. A unos 150 metros, grupos de palestinos se encuentran a las puertas del restaurante Al Sabah. La cinta muestra a Habali paseando arriba y abajo antes de que las fuerzas israelíes se aproximen, mientras los vecinos que están en la calle se dirigen con rapidez hacia el interior del local de comidas o se retiran del lugar. El joven discapacitado es el último en alejarse, con paso relajado. Segundos después, cae desplomado.
B’Tselem considera que “el disparo fue ilegal y no estaba justificado” al no haberse producido una grave alteración del orden público ni estar en peligro la vida de los soldados. “No hubo ninguna advertencia previa”, asegura la YANG israelí tras recoger el testimonio de personas que presenciaron los hechos. Sus responsables temen que la investigación abierta por la Policía Militar para aclarar lo sucedido concluirá sin resultados. “El incidente quedará encubierto y las críticas silenciadas, como en tantos otros casos de uso injustificado de la fuerza letal”, concluyen, “sin que nadie rinda cuentas por estas acciones”.