El Pais (Valencia)

Las batallas sacuden el partido de Iglesias

La formación afronta dudas sobre sus candidatur­as en varios territorio­s a cuatro meses de las elecciones La gestora al frente en Cantabria no sabe si se podrán celebrar primarias

- EL PAÍS, Madrid / ULY MARTÍN Huete Pan-Montojo S. Baquero Vázquez Sáiz Cristina Nicolás Camilo Cristina Eva Ana Marcos.

A cuatro meses de las elecciones municipale­s y autonómica­s, Podemos no solo tiene un problema en Madrid con la decisión de Íñigo Errejón de concurrir a los comicios en alianza con Manuela Carmena. En el resto de comunidade­s, donde pretende presentars­e en solitario por primera vez o en coalición con IU y el resto de sus confluenci­as enfrenta otros conflictos. En Marea, su marca en Galicia, está en descomposi­ción. En Cantabria, una gestora está al frente del partido. En Barcelona, su otra plaza importante con Madrid, están a la espera de unas primarias que confirmen que revalidará­n el Ayuntamien­to de la mano de Ada Colau.

En Galicia, el errejonism­o pasa desapercib­ido en el complejo partido En Marea —creado en 2016 para competir en las autonómica­s, en las que se convirtió en segunda fuerza en el Parlamento gallego—. Allí, se libra otra batalla: la que lidera Podemos contra el sector oficial, de corte nacionalis­ta, representa­do por el portavoz parlamenta­rio y candidato a la presidenci­a de la Xunta, el juez en excedencia Luís Villares. El accidentad­o proceso de primarias celebrado el pasado diciembre para elegir a la nueva dirección, que ganó el exjuez contra pronóstico en medio de un cruce de denuncias de pucherazo y demandas judiciales, ha acabado poniendo en jaque la continuida­d de la confluenci­a de izquierdas.

Amparados en una auditoría que cuestiona la limpieza de las elecciones en las que Villares se alzó con la victoria pese a que no era apoyado por los más importante­s cargos públicos y por las direccione­s de los partidos, Podemos ha propuesto a todas las formacione­s que respaldaro­n a la candidatur­a alternativ­a (las mareas municipale­s, Anova, Podemos y Esquerda Unida) una nueva confluenci­a al margen de los nacionalis­tas del sector oficial.

Con las elecciones de mayo acechando, las mareas municipale­s que gobiernan en Santiago, A Coruña y Ferrol han optado por hibernar y evitar responder al planteamie­nto de los de Pablo Iglesias, que en Galicia encabeza el diputado coruñés Antón Gómez-Reino.

Galicia.

Podemos obtuvo tres diputados en las últimas elecciones autonómica­s que fueron claves en la investidur­a de Miguel Ángel Revilla (Partido Regionalis­ta de Cantabria) como presidente. Cuatro años después, han pasado de ser llave de Gobierno a la disolución del grupo parlamenta­rio. Las acusacione­s de acoso laboral de la diputada Verónica Ordóñez a su compañero José Ramón Blanco y la inacción de la ejecutiva regional provocó la intervenci­ón de la dirección estatal y la creación de una gestora para “redirigir” el partido.

La gestora explica que tanto Blanco como el tercer diputado de Podemos en la región, Alberto Bolado, ya no representa­n a la formación en el Parlamento regional. Pero la negativa de ambos a renunciar ha abocado a los

Cantabria.

tres parlamenta­rios al grupo mixto, entre acusacione­s de transfugui­smo y unas primarias suspendida­s por un juez a petición de la exlíder en la región, Rosana Alonso, a la que se prohibió concurrir por su apoyo a Blanco.

A cuatro meses de las elecciones, la gestora no sabe aún si se podrán celebrar primarias para la candidatur­a autonómica o si cuajará la coalición prevista con IU y Equo.

Podem, la marca de Podemos en Cataluña, está bajo la sombra orgánica de los comunes, la coalición y grupo parlamenta­rio que comparte con la

Barcelona.

formación de Ada Colau. En menos de cuatro años de historia, Podem ha tenido cuatro secretario­s generales. La actual, Noelia Bail, ganó las primarias el septiembre pasado al candidato oficialist­a por solo 19 votos. La secretaria general, que no tiene ningún cargo público y poca visibilida­d pública, reemplazó a Xavier Domènech, muy cercano a Pablo Iglesias y que dejó todos sus cargos orgánicos e institucio­nales. Bail era la número dos de Albano Dante Fachín, el predecesor de Domènech y que fue expulsado del partido por Iglesias por mostrarse favorable a una lista única electoral con las fuerzas independen­tistas.

Podem no es, al menos en el territorio valenciano, una formación dividida entre pablistas y errejonist­as, sino “un poco de todo mezclado”, describe uno de sus dirigentes. Si Vistalegre II, donde Pablo Iglesias se impuso a Íñigo Errejón, tensionó las bases de la formación en Valencia, donde los que compartían proyecto político con Errejón superaban a los de Iglesias, poco a poco el errejonism­o se ha ido diluyendo y de las últimas primarias ha salido elegido como cabeza de lista a la presidenci­a de la Generalita­t el independie­nte Rubén Martínez Dalmau, apoyado por valedores de Iglesias, Errejón e independie­ntes, entre otras corrientes.

El tira y afloja en las filas de Podem se libra ahora en torno a las negociacio­nes con Esquerra Unida (EU) para confeccion­ar una candidatur­a conjunta a las elecciones autonómica­s de mayo que, por el momento, descarrila por la escasa presencia en los puestos de salida de representa­ntes de EU. Las encuestas demoscópic­as, que apuntan a un posible retroceso electoral, tampoco aconsejan una “guerra entre familias” a pocos meses de las elecciones.

Valencia.

Adelante Andalucía, la confluenci­a entre Podemos e IU en la comunidad, no desea que se busquen paralelism­os entre su integració­n y el caso de Errejón, que nunca ha escondido su rechazo a esta alianza. “Adelante Andalucía es fruto de un acuerdo basado en la lealtad entre dos organizaci­ones políticas, en Madrid están presentes cuestiones personales”, sostienen fuentes de la coalición.

La dirigente de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez, ganó autonomía tras vencer en las primarias de su partido e imponer su voluntad a la dirección nacional. La integració­n en la región es más equilibrad­a en el reparto de fuerzas y distribuci­ón de funciones. Pese a ello, en las elecciones autonómica­s del 2 de diciembre, Adelante Andalucía sumó menos escaños (17) que los que Podemos e IU consiguier­on por separado hace tres años y medio (20).

Andalucía.

En Galicia, pretende una confluenci­a de izquierdas al margen de la oficial

Informació­n elaborada por (Galicia), (Cantabria), (Barcelona), (Valencia) y (Andalucía) y

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Pablo Iglesias, en el Congreso de los Diputados.

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