Los maristas de Chile aplauden que el Vaticano les investigue
La Congregación de los Hermanos Maristas de Chile consideran que el anuncio de la Santa Sede de abrir un proceso de investigación excepcional en su rama chilena por los escándalos de abusos contra menores “es una buena noticia”. “Da tranquilidad a todos, especialmente a las víctimas de estos abusos, quienes pública y privadamente habían solicitado en reiteradas oportunidades esta indagatoria”, indica en una carta a EL PAÍS el delegado de la misión de los maristas en Chile, Ernesto Reyes Plaza, sobre la decisión del Papa de firmar un decreto que habilita a la Congregación para la Doctrina de la Fe para abrir un “proceso penal” a los maristas.
En Chile, donde el Papa ha liderado una histórica limpieza a la jerarquía eclesiástica, la Fiscalía mantiene abiertas 148 investigaciones por delitos sexuales contra menores cometidos por integrantes de la Iglesia, con 202 personas investigadas y 255 abusados. La de los maristas es la gran causa de pederastia: 25 imputados por abusos y violación —entre ellos siete españoles— y al menos una treintena de víctimas.
Según Reyes, “estos hechos revisten la mayor gravedad y desde el punto de vista ético y moral es inaceptable la prescripción, lo cual se ha hecho presente a la Fiscalía y a la comisión del Senado chileno que estudia una nueva legislación que declara imprescriptibles los abusos contra menores”. “Es nuestra convicción que los responsables deben ser sancionados, como gesto mínimo de perdón y reparación hacia las víctimas”.
Intervención general
Las acusaciones que enfrenta la congregación en Chile son graves, por lo que el Vaticano no descarta una intervención general. Los abusos se habrían cometido entre 1967 y 2016 —según la Fiscalía chilena— con testimonios de personas que relatan haber sido abusadas desde los seis años. Los fiscales investigan traslados de los religiosos supervisados por los superiores, tanto dentro como fuera de Chile, y al menos dos pagos a las víctimas: de 65.000 y 100.000 euros, en 2015 y 2017.
Según su delegado en Chile, “fue la propia Congregación Marista de Chile y no otra entidad o persona natural la que uno a uno fue denunciando cada caso a la Fiscalía, solicitándole investigar”. Reyes descarta la inacción de la orden en Chile y destaca que en octubre de 2017 se pidió públicamente perdón a las víctimas.