Laura Luelmo murió en menos de ocho horas tras ser atacada
Las pruebas complementarias de los forenses descartan una larga agonía de la joven profesora asesinada en Huelva
Las pruebas complementarias que los forenses han realizado al cuerpo de Laura Luelmo, la profesora de 26 años asesinada en El Campillo (Huelva), terminan de aclarar cómo fue su muerte. “Los estudios realizados en los tejidos son muy precisos y muestran que apenas hubo supervivencia, murió casi en el acto. Desde luego, antes de que transcurrieran ocho horas desde la agresión”, señalan fuentes próximas a la investigación.
La conclusión de los análisis ajusta los resultados preliminares de la autopsia, que daban un margen de hasta dos días para datar la muerte de la joven zamorana desaparecida el 12 de diciembre y hallada muerta, semidesnuda y con signos de violencia, el día 17 en una zona boscosa. La Guardia Civil consideró que las “lesiones mortales” —unos golpes en la cabeza contra el suelo— se produjeron en la casa de su vecino y asesino, el exrecluso Bernardo Montoya, de 50 años; y que este —hoy de nuevo en prisión— se deshizo del cuerpo de la mujer rápidamente, lo metió en su coche y lo arrojó en un paraje a cinco kilómetros del pueblo. Los agentes aseguraron entonces que Luelmo murió el mismo día que su agresor la golpeó “en su casa”.
Incinerada en diciembre
Los resultados preliminares de la autopsia señalaban que “Laura Luelmo murió en algún momento entre el día 14 y 15 de diciembre”, lo que desató las sospechas de una larga agonía de la joven. Los últimos análisis contradicen esa teoría.
Las pruebas complementarias practicadas en los tejidos obtenidos del cuerpo, que la familia pudo incinerar antes de Navidad, revelan que “apenas hubo supervivencia, ya que los tejidos afectados por las lesiones casi no evolucionaron”. Es decir, el organismo no luchaba “para reparar las graves heridas hemorrágicas que sufría”, aseguran fuentes próximas a la investigación. Fuentes forenses explican que “cualquier organismo tiende naturalmente a su restauración mientras está vivo”. “Todo indica que la agresión fue muy cercana en el tiempo al fallecimiento”, insisten.
Estos resultados cierran la polémica creada entre algunos forenses —que emitieron una nota desde la Sociedad Española de Medicina Legal Forense— y la Guardia Civil tras resolver el caso y explicar sus tesis. Los agentes siempre defendieron que Montoya había golpeado mortalmente en la cabeza a su víctima en su casa, ubicada enfrente de la que solo tres días antes había alquilado la profesora. Los forenses, por su parte, pedían “respeto” hacia sus compañeros y las conclusiones emitidas en sus primeros informes que daban dos días de margen en la data de la muerte.
“Los análisis complementarios, que se deben emplear, no suelen corregir de modo sustancial la primera predicción, raramente supondrán una rectificación importante a las conclusiones obtenidas a partir del examen del cadáver”, habían afirmado los forenses el 28 de diciembre.