El Pais (Valencia)

Borja Iglesias da un respiro al Espanyol

Los blanquiazu­les eliminan a un Villarreal atribulado por su situación en la Liga

- JUAN I. IRIGOYEN, Barcelona / GTRES

La Copa del Rey le da un respiro al Espanyol. Lo necesitaba después de perder siete de los últimos ocho encuentros en la Liga. No puede disimular sus temores el cuadro blanquiazu­l, beneficiad­o, en cualquier caso, en la situación de su rival en la Liga. El Villarreal llegó a Barcelona sin muchos ánimos y brindó al Espanyol dos regalos, los dos penaltis que encarrilar­on la clasificac­ión del Espanyol. Y cuando parecía que el Villarreal revivía, emergió la figura de Borja Iglesias para firmar el 3-1 y el billete a los cuartos de final.

La Copa, bálsamo para Rubi; escollo para Luis García. La clasificac­ión aprieta al Villarreal, una incómoda situación para la entidad con el sexto presupuest­o más alto de España. Luis García llegó a Vila-real con pragmatism­o en el juego, también en las prioridade­s. No valía la pena desgastar a sus muchachos más importante­s en la Copa, sobre todo después del 2-2 en la ida. Entre suplentes y canteranos se plantó el Villarreal en el RCDE Stadium. Buenas noticias para el Espanyol de Rubi, necesitado del optimismo de la Copa después de ver cómo se deshilacha en Liga.

Y fue justamente en un duelo entre un peso pesado blanquiazu­l y un novato del Villarreal como el duelo rompió su monotonía, sobre todo las dudas del Espanyol. En la puerta del área, Darder pensó, descansó con el cuero y buscó a Javi López. Buen centro del lateral, que aterrizó en Piatti. El argentino le cedió el balón a Borja Iglesias, que cuando buscaba el giro para rematar se encontró con un regalo de Pepe Castaño. El canterano pecó de novato y, en su afán por robarle el cuero al ariete, le pegó un topetazo. Piatti anotó el penalti.

Tres minutos después, Puado presionó a Layún y le birló el balón en el área. Preso de rabia, el mexicano derribó al canterano blanquiazu­l. Esta vez el encargado de lanzar el penalti fue Borja Iglesias, con la misma efectivida­d: 2-0. Pero el Villarreal no estaba dispuesto a dejarle el camino libre al Espanyol, no lo había hecho en Castellón ni tampoco lo haría en Cornellà. Chukwueze se aprovechó de la pasiva defensa blanquiazu­l para sacar un zapatazo potente, imposible para Roberto.

Entonces, el fantasma de la prórroga revoloteó por el RCDE Stadium, sobre todo después de que Layún estrellara una falta directa en el larguero. Más nerviosa estaba la zaga blanquiazu­l, más crecía la figura de Borja Iglesias. Y apareció el Panda de nuevo, esta vez para sí sellar la tranquilid­ad definitiva y celebrar su 26º aniversari­o. El 7 mandó a la red un balón suelto en el área chica después del córner de Piatti, que había desviado Didac Vila. Ya no había ni dudas ni miedos en Cornellà, el Espanyol estaba en los cuartos de final de la Copa del Rey.

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Borja Iglesias celebra uno de sus goles.

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