Sánchez acude a Davos tras el fiasco de Zapatero en 2010
El presidente tendrá un lugar destacado después de la larga ausencia de Rajoy
Las cosas han cambiado mucho en España, en la Unión Europea y en Davos desde aquel 27 de enero de 2010. Nadie en el equipo que había entonces en La Moncloa, con José Luis Rodríguez Zapatero al frente, ha olvidado ese momento, un fiasco en toda regla. El presidente fue a Davos para intentar darle la vuelta a los rumores de rescate a España y convencer a los inversores de que las cosas estaban mucho mejor de lo que ellos creían. Y en vez de darle un lugar destacado, le colocaron en una mesa con Giorgos Papandreu y el primer ministro griego, un país que había sido rescatado —dando la imagen de que España sería el próximo—, y Valdis Zatlers, presidente de Letonia, que entonces sufría una crisis durísima. Encima falló la traducción y se vio a Zapatero descolocado. Pocos meses después anunció los recortes que hundieron al PSOE electoralmente y abrieron paso al PP.
Pedro Sánchez llega hoy a Davos en un ambiente completamente diferente. Después de ocho años de ausencia —Rajoy, que no habla inglés y no se movía cómodo en el ambiente de Davos, nunca quiso ir, y el año pasado envió al rey Felipe VI— vuelve el presidente del Gobierno español en un año con muchas ausencias y logra un lugar destacado con una intervención en solitario en el plenario, lo habitual para las grandes economías europeas. Sánchez intervedrá justo después del primer ministro italiano, Giuseppe Conte.
El presidente español, que viaja con la ministra de Economía, Nadia Calviño, ha organizado además varias citas con dirigentes de compañías privadas como Microsoft, Facebook, Amazon, IBM, Booking.com o el gitante Arcelor Mittal. El Gobierno ha concentrado la agenda en las compañías tecnológicas justo cuando en España se está aprobando la llamada tasa Google, esto es un nuevo impuesto para este tipo de empresas con el que pretende recaudar 1.200 millones de euros anuales.
El asunto estará en esas conversaciones pero el Ejecutivo pretende darle otro enfoque a estas citas, esto es, que España es un país innovador que pretende adelantarse a la transición hacia la economía digitalizada, tanto es así que ha creado un ministerio específico para ello. La formación de capital humano, las infraestructuras tecnológicas, la propiedad intelectual o la protección de datos serán los asuntos centrales de este viaje, según fuentes de La Moncloa.
Fondos inversores
En cualquier caso el interés político del viaje para Sánchez es el de darse a conocer en el ambiente de la élite empresarial que se concentra en Davos estos días. Para él es su primera visita, no deja de ser el último en llegar de los líderes europeos. Sánchez mostrará ante los inversores su cara más pragmática, alejada de la que usa cuando negocia los Presupuestos con Podemos, una formación que no es bien vista en este ambiente.
Sánchez, que viene de una derrota parlamentaria en Madrid precisamente porque Podemos le exigía que limitara los precios de los alquileres, anatema para los grandes fondos que invierten en vivienda en España y que están presentes en Davos, trasladará a los inversores confianza en que él no es un izquierdista sino un socialdemócrata moderado que apoya la llegada de grandes inversores a España.