La apelación de los políticos al libre mercado
Los políticos tomaron ayer el escenario central del Foro de Davos para lanzar un mensaje bastante unívoco en favor del libre mercado y la cooperación internacional. Un cierto alivio para los ejecutivos mundiales tras las duras críticas del secretario de Estado de EE UU, Mike Pompeo, el día anterior contra los organismos supranacionales.
Fue el mensaje común del primer ministro de Japón, Shinzo Abe; la canciller alemana, Angela Merkel; el primer ministro italiano, Giuseppe Conte; e, incluso, del vicepresidente chino, Wang Qishan. Un frente común que visibiliza las grietas abiertas en el escenario internacional y cuyo futuro se presenta incierto.
Merkel, la dirigente que ha suscitado mayor interés en Davos, fue la más vehemente al apostar por las reformas de las instituciones internacionales para reflejar un equilibrio de poderes realista con la situación actual y preparadas para abordar los nuevos retos, como los de la digitalización y la gestión de datos. / A. GONZÁLEZ
a la idea de un apocalipsis previo a la salvación.
Si alguien tenía que responder, esta era Angela Merkel, asidua de Davos, con su exigencia de “un compromiso claro con el multilateralismo, ya que cualquier otra cosa solo terminará en la miseria”. Mientras Pompeo agita el espantajo del miedo como instrumento del cambio populista y Trump apenas reprime sus ansias de liquidar la OTAN, Merkel reivindica la estabilidad y la cooperación entre europeos después de la firma solemne del Tratado de Cooperación e Integración entre Francia y Alemania con el que los dos países se proponen avanzar en la defensa común.
Davos no tiene soluciones ni remedios, pero sus sensores funcionan. La disrupción no termina con la globalización, pero la transforma. Allí se ha prestado atención este año a las ideas de tecnonacionalismo y de tecnosoberanía, que tan bien riman con una disrupción nacionalpopulista, ahora en su apogeo, que en el límite se confunde con la tecnodictadura.