La controversia por el relato salpica a los estudiantes
La falta de un consenso suficiente sobre la etapa más negra de la historia reciente de Euskadi ha desencadenado la decisión del Gobierno vasco de poner en cuarentena la unidad didáctica Herenegun (Anteayer). “Alimenta la teoría del conflicto, en una claro intento de blanquear la actividad terrorista de ETA”, protestaron la veintena de asociaciones agrupadas en la Fundación Víctimas del Terrorismo cuando se conocieron los detalles de la guía pedagógica que enseña el periodo 19602018 y las secuelas del terrorismo etarra. Jonan Fernández, brazo derecho del lehendakari Urkullu en este asunto, ha defendido siempre lo contrario: “El contenido de Herenegun deslegitima el terrorismo y la violencia de ETA. Fue injusto y causó un daño irreparable, por su gravedad y prolongación en el tiempo”.
Los argumentos esgrimidos por los autores del trabajo —el historiador Juan Pablo Fusi, la exconsejera Mari Carmen Garmendia y el periodista Mariano Ferrer— no han logrado convencer a los grupos políticos ni a una gran parte de las víctimas del rigor académico e imparcialidad de la síntesis historiográfica que se quiere presentar a los estudiantes. Es una visión “honesta”, con “vocación de objetividad y perspectiva de verdad”, y elaborado desde la “neutralidad expositiva”, dijo Fusi, catedrático emérito de la Universidad Complutense, de Madrid.
La orientación dada a la guía pedagógica tampoco ha obtenido la aprobación de expertos historiadores, como José Luis de la Granja, quien aseguró a este diario que en Herenegun “se mantiene la tesis de que ETA nació contra Franco, cuando gran parte de la historiografía actual sostiene que en realidad nació contra España”. Martín Alonso apuntó a Jonan Fernández como “autor”, “protagonista” y “responsable” de la unidad didáctica por permitir el empleo de conceptos como el “empate infinito”, la “defensa incondicional” del diálogo y la fórmula del “final ordenado sin vencedores ni vencidos”. “Llama especialmente la atención la ausencia de referencias a los amenazados y extorsionados, los desterrados o los escoltas. Toman la palabra las víctimas más cercanas a la postura del Gobierno vasco y se obvia a las más combativas”, sostuvo María Jiménez, investigadora de la Universidad de Navarra.
El debate y la polémica han alcanzado a la esfera política, donde solo el PNV ha apoyado la tesis oficial y criticado la “virulencia” de las críticas recibidas. EH Bildu lo calificó de “poco equilibrado y muy ideologizado”, y optó por no enmendarlo para “no legitimar” un “producto malo”. El Gobierno central se ha sumado al coro contestatario, aunque ha aceptado colaborar para mejorar la guía “para que quede clara la deslegitimación de ETA y sus métodos”.