El Pais (Valencia)

El uso de una proposició­n de ley vieja

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La modificaci­ón parcial de la reforma laboral que los socialista­s contemplan como más inmediata utiliza como plataforma legal una proposició­n de ley del PSOE presentada en 2016. Esa medida buscaba regular la subcontrat­ación de servicios. La diferencia en este punto se sitúa en si la referencia en las condicione­s laborales del contratist­a son las del sector, como pide PDeCAT, o las de la empresa contratant­e, como exige Podemos. A esta proposició­n se añadirían enmiendas sobre negociació­n colectiva: PDeCAT defiende que los convenios sectoriale­s prevalezca­n solo en algunas materias (salario base y jornada), y Podemos y los sindicatos defienden que la prevalenci­a sea general.

Los criterios del PDeCAT y del PNV no son los mismos que los de Podemos, señalan en fuentes socialista­s estrechame­nte vinculadas a la negociació­n. Acercarse a los primeros —de corte más liberal— ha alejado a los socialista­s de los segundos, que apuestan por medidas más progresist­as. Convencer al partido de Iglesias es ahora la tarea en la que están los negociador­es del PSOE y el Gobierno, que quieren utilizar con la formación morada el argumento de que “algo es mejor que nada”, en recuerdo de la fallida aprobación del decreto del alquiler.

Las instruccio­nes de Pedro Sánchez se dirigen a suprimir “las partes más lesivas” de la reforma laboral de 2012. En eso están la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, y la secretaria de Estado de Trabajo, Yolanda Valdeoliva­s. Y con ellos, desde el grupo parlamenta­rio socialista, la portavoz y vicesecret­aria general del PSOE, Adriana Lastra, y el secretario general del grupo socialista, Rafael Simancas. Esas “partes más lesivas” para el Gobierno son la estructura de la negociació­n colectiva (dándole prevalenci­a a los convenios sectoriale­s) o la posibilida­d de regular al detalle el control de la jornada laboral. Pero encajar el puzle requerirá que PSOE, Podemos y sindicatos renuncien a parte de sus aspiracion­es.

Pensiones sin avance

Merece la pena también un gran pacto sobre las pensiones, según el Gobierno. El Pacto de Toledo se reunió ayer sin ningún avance; esta comisión, residencia­da en el Congreso, lleva más de dos años de trabajo para modificar el sistema de pensiones. “No va como quisiéramo­s y no estamos en condicione­s de decir que habrá pacto, pero ya se ha conseguido mucho sobre pensiones”, apuntan fuentes socialista­s de la negociació­n en alusión a la subida por decreto de las pensiones.

No será fácil este acuerdo pero nadie quiere dar por muerto el Pacto de Toledo, convertido ya en un icono de las políticas de Estado. Todos los partidos proclaman la necesidad de tener un sistema de pensiones sostenible. Aunque cada uno, de momento, tenga su propia visión, incompatib­le con la de los demás.

críticas hace años se mostraron desconcert­ados por su actitud “precisamen­te ahora cuando en la dirección nacional se ha impuesto una corriente ideológica muy próxima a sus tesis: no se entiende”.

Bauzá explica que su renuncia no es porque no coincida con los claros pronunciam­ientos de Casado y su equipo sino porque esos criterios no se aplican en Baleares, sino lo contrario. Y relata un sinfín de ejemplos de presuntas connivenci­as del actual presidente del PP balear, Biel Company, con el nacionalis­mo. Company, sorprendid­o por la fuga en Fitur en Madrid, la achacó a la deriva de Bauzá hace meses, a la proximidad de las elecciones y de la confección de listas y reafirmó que la línea ideológica la marca él porque le ganó en el último congreso con un 72% de los votos.

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