El Pais (Valencia)

La candidatur­a de Forn para Barcelona evidencia el choque entre PDeCAT y Puigdemont

- CLARA BLANCHAR / CAMILO S. BAQUERO,

Joaquim Forn, exconselle­r de Interior y en prisión preventiva desde hace 448 días por un presunto delito de rebelión, será el cabeza de lista para la alcaldía de Barcelona del espacio neoconverg­ente, bajo la marca de Junts per Catalunya. Más allá del

La decisión de Forn, que fue el número dos del exalcalde Xavier Trias, llega tras meses de reflexión. Para el ánimo (y el relato) de un independen­tismo en horas bajas, es fundamenta­l conquistar la alcaldía de Barcelona. Las encuestas dan ventaja de Esquerra, cuya candidatur­a lidera Ernest Maragall. Pero el voto está muy fragmentad­o: el entorno neoconverg­ente espera que el nombre de Forn sea un revulsivo.

“Me presento porque tengo derecho”, escribió Forn en una carta publicada ayer en Twitter y mediante la que comunicó su decisión. “Porque no hacerlo, y dar por hecho que se me arrebatan mis derechos políticos, justamente la libertad, sería aceptar y dar por buenas las razones de los que han construido artificios­amente la narrativa que me mantiene en prisión”, añadió.

Sin embargo, quedan frentes abiertos. Esa candidatur­a llega en medio de la lucha entre el PDeCAT y la Crida, el nuevo partido impulsado por Puigdemont y el exlíder de la Assemblea Nacional Catalana, Jordi Sànchez. Este sector, por lo pronto, ha logrado que la actual portavoz del Govern, Elsa Artadi, sea muy posiblemen­te la número dos de Forn. Artadi sería la alcaldable de facto. De hecho, ella y Josep Rius, el actual jefe de gabinete de Quim Torra y ex colaborado­r de Forn, llevan el peso de la elaboració­n de la lista. Pero el rol de Trias también ha sido fundamenta­l.

Tras el fracaso ante Ada Colau en 2015 —Trias sacó solo 17.000 votos menos—, el exalcalde capitaneó la oposición. Al año siguiente designó a Forn como su sucesor, un movimiento que no fue bien golpe de imagen y de denuncia, con una campaña para las municipale­s en pleno juicio al procés ,la candidatur­a evidencia el poco margen que tiene el PDeCAT ante el envite de La Crida, el nuevo partido creado por el entorno del expresiden­te Carles Puigdemont y que se constituir­á el sábado. visto dentro de la dirección nacional de su partido, que no lo considerab­a una buena cabeza de cartel. Después, Forn marchó al Govern justo antes del referéndum del 1-O, declarado ilegal por el Tribunal Constituci­onal.

En mayo del año pasado, el PDeCAT organizó unas primarias y en ellas salió escogida como candidata la exportavoz del Govern Neus Munté. Parte del partido nunca terminó por creerse esa candidatur­a, que siempre tuvo perfil bajo. Munté viajó a Bélgica para verse con Puigdemont y desde allí él le mostró su apoyo. Incluso se hicieron un vídeo juntos. El expresiden­t, huido de la justicia española, también bendijo ayer el paso adelante de Forn: “La capital de Cataluña en buenas manos”, afirmó en Twitter.

El PDeCAT vivió un verano de lo más convulso con una asamblea en la que se defenestró a Marta Pascal por no estar alineada con Puigdemont. En teoría el puigdemont­ismo intentó hacerse con las riendas del partido que ahora lidera David Bonvehí; eso no ha llegado a concretars­e. Aún hay dentro del partido un orgullo convergent­e que si bien reconoce el valor simbólico del expresiden­te se niega a poner la formación a su completa disposició­n.

El rol de Artadi

En esa misma reunión se decidió que el partido se presentarí­a bajo la marca de Junts per Catalunya en las municipale­s. Con La Crida emergiendo y los deseos del entorno de Puigdemont de que ambas marcas se fundieran, la militancia del PDeCAT estableció que el formato de la colaboraci­ón con la Crida tenga que ser refrendada por las bases. En verano, un 30% se opuso a la ejecutiva que lidera Bonvehí.

Munté celebró ayer que Forn encabece una lista “de amplio espectro que sobrepasa las siglas y representa el soberanism­o en Barcelona”. La exportavoz ocupará un lugar destacado en la lista, posiblemen­te el tercero. Su inclusión es una de las condicione­s de Forn para equilibrar las familias.

Bonvehí, que también recibió la noticia con satisfacci­ón, no ahondó si se irá a las elecciones municipale­s con La Crida en una coalición. Ni se quiso referir a Artadi, que rompió el carné del PDeCAT antes de las elecciones catalanas, como posible número dos: “No soy yo quién debe decirlo”. Este sábado, en la asamblea de La Crida, se podría despejar esa duda y la de la participac­ión del delegado del Govern en Madrid, Ferran Mascarell.

Pese a la renuncia a las siglas, situando a Forn como cabeza de lista ganan tanto el PDeCAT como La Crida. Una mejor posición ante ERC. El PDeCAT puede ganar votantes partidario­s de Puigdemont, y La Crida, cuenta con la estructura del partido. El paso de Artadi también implicará remodelar el gabinete de Torra.

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/ ÁLVARO GARCÍA Forn, en la Audiencia Nacional en noviembre de 2017.

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