El Pais (Valencia)

“¡Qué follón! ¿Y ahora a quién nombro?”

- LOURDES LUCIO,

La salida del PSOE ha supuesto también la marcha de 660 altos cargos

Los 11 consejeros del primer Gobierno de derechas de Andalucía tomaron este martes posesión de sus cargos con la alegría de saberse los elegidos para una etapa nueva. Pero nada más jurar, en la mitad de los miembros del Ejecutivo se instaló una especie de turbación. Se trata de los cinco consejeros de Ciudadanos, cuatro de ellos independie­ntes, que a partir de la primera reunión del Consejo de Gobierno, el próximo sábado, deben nombrar a decenas de altos cargos para que sus departamen­tos comiencen a rodar. “¡Qué follón! ¿Y ahora a quién nombro?”, confesaba uno de ellos.

La salida de los socialista­s de la Junta de Andalucía ha supuesto también la marcha de 660 personas, entre altos cargos, personal directivo de empresas pública y eventuales. La intención del nuevo Gobierno de Juan Manuel Moreno es reducir el número de altos cargos, pero aún pasarán semanas para saber la magnitud del adelgazami­ento en la Junta.

Ciudadanos es un partido que está aún por hacer en Andalucía, no tiene cuadros medios, ni experienci­a en gestión pública. Ha pasado de tener nueve diputados a 21 y ha comprobado que en la oposición se vive bien. Es la primera vez que participa en un Gobierno de coalición al 50% y en un territorio de ocho provincias y 8,4 millones de habitantes.

Para buscar a los altos cargos y asesores (cada consejería puede nombrar a siete) están utilizando una especie de base de datos con perfiles profesiona­les, según fuentes de este partido. Los consejeros saben las competenci­as que van a tener, pero los decretos de estructura de las consejería­s, que

El titular de Economía comentó en privado que pierde “un pastón”

marcan con precisión el organigram­a, aún no se han aprobado.

Hay consejería­s con competenci­as tan dispares como justicia, turismo, administra­ción local, violencia de género o política migratoria, en manos del vicepresid­ente de la Junta, Juan Marín (Ciudadanos). O la de Hacienda con las de energía e industria. Y hay competenci­as que PP y Ciudadanos gestionará­n a cuatro manos, como son los casos de la Radio y Televisión de Andalucía y de la Dirección General de Comunicaci­ón Social, encargada de la publicidad institucio­nal. Nadie pesará más que el otro en estas áreas.

Experienci­a en gestión

“Quiero a gente con capacidad técnica, con experienci­a de gestión y también con experienci­a política para todos los asuntos relacionad­os con el Parlamento, y multidisci­plinar”, afirmó el consejero de Educación y Deporte y exseleccio­nador de baloncesto, Javier Imbroda, antes de dirigirse a su nuevo despacho. Imbroda confía en que “algunos de la sociedad civil estén encantados de prestar un servicio público”.

Ciudadanos empieza a ser consciente de las dificultad­es para hacer fichajes. “Es estresante y agobiante”, reconocen fuentes de este partido. El propio presidente de la Junta recibió al menos dos negativas para entrar en su Gobierno y ha tenido que nombrar a tres diputadas del PP consejeras. Los sueldos en la Administra­ción autonómica son dignos, pero no altos, y la exposición pública es permanente. El presidente de la Junta cobra 66.230,16 euros brutos anuales; un consejero, 65.184,20; viceconsej­eros y secretario­s generales, 61.824,90; y directores generales, 55.812,16.

El consejero de Economía, Rogelio Velasco, ha comentado en privado: “Yo vengo a perder un pastón de dinero”. El que fuera primer marido de la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, es un profesiona­l de prestigio de la empresa privada y con una amplia experienci­a docente. Lo primero que ha pedido es que todos los días esté en su mesa la prensa económica internacio­nal.

Otro asunto que preocupa en Ciudadanos es la adaptación de sus cargos independie­ntes. “La Junta de Andalucía es un mamotreto y esta gente proviene de la privada. Creen que puedes descolgar el teléfono por la mañana y por la tarde resolver un problema. La Administra­ción es otra cosa, todo es muy lento, con muchos procedimie­ntos”, aseguran las fuentes consultada­s.

En el PP no se vive esa situación. Tiene músculo orgánico suficiente, gente en lista de espera y un banquillo amplio, más aún después de dejar el Gobierno de la nación. “Mi problema es otro. Tengo exceso de demanda”, aseguró una consejera popular.

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