Últimas horas para el rescate de Julen

No hay jornada que no surjan problemas en el rescate de Julen, el niño de dos años que cayó hace 11 días en un pozo a las afueras de Totalán (Málaga). Ayer aparecieron nuevos inconvenientes en el entubado de la galería vertical a través de la que se llegará hasta el lugar donde se cree que está el menor. Obstáculos que retrasaron de nuevo la entrada de la Brigada de Salvamento Minero. Sus miembros llegaron a las 10 de la mañana hasta la ladera donde se trabaja, pero tres horas más tarde volvían a su alojamiento para descansar.

A última hora se ultimaban los trabajos para conseguir, finalmente, cubrir las paredes interiores con grandes tubos. Permanecieron colgados durante toda la jornada de una gran grúa a la espera de perfilar de nuevo el pozo. Posteriormente, y para ganar tiempo, se decidió rebajar el diámetro en el tramo final del cilindro. La idea es que así los tubos pudiesen sobrepasar las irregularidades detectadas y se asentaran definitivamente sobre el fondo, a 60 metros bajo tierra.

El siguiente paso previsto es levantar el suelo unos 12 metros para crear una plataforma que evite problemas a los mineros en sus maniobras. A las 20.30, la previsión era que pudieran comenzar este trabajo durante la madrugada. “Seguridad, seguridad y seguridad. Esas son las prioridades y en eso trabajamos”, afirmaba por la tarde Pedro Luque, uno de los bomberos que participa en el rescate. Para garantizarla hay un destacamento permanentemente en el Cerro de la Corona, a pocos metros de la prospección. También se ubicará allí una unidad del servicio de emergencias 112 de Andalucía. “Es una operación de gran riesgo”, advertía Rafael Gálvez, jefe de ese servicio.

Los mineros tendrán toda la atención en estas últimas horas del rescate. En una cápsula de hierro construida expresamente, los mineros bajarán en parejas y por turnos que durarán entre una y dos horas. Una rotación con la que se busca que el cansancio no afecte al ritmo de trabajo.