El Pais (Valencia)

1989, el año en que todo eclosionó y también el IVAM

El museo celebra su trigésimo aniversari­o con dos muestras

- FERRAN BONO,

Si el historiado­r marxista Eric J. Hobsbawm postulaba que el siglo XX concluyó en 1991, con la implosión de la URSS, el Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) sitúa ese fin dos años antes. No solo porque en 1989 una serie de acontecimi­entos cambiaron la cara de la historia, como la caída del muro de Berlín o la revolución de terciopelo checa, sino también por las consecuenc­ias que tuvo en el mundo sociocultu­ral la pandemia y demonizaci­ón del sida o la introducci­ón en el debate del multicultu­ralismo. Pero, además, en aquel año de la fetua de Jomeini contra Salman Rushdie hubo otro hecho que, en una dimensión diferente, marcó un hito en la vida artística de España: la apertura del IVAM.

Fue el primer museo de arte contemporá­neo descentral­izado de un país que había salido de la dictadura y quería ser tan moderno como los de su entorno. Y no se trata- ba de un edificio mediático, sin apenas contenido ni proyecto, como luego sucedió con otros centros, sino de un contenedor sobrio que tenía un plan de uso, con unos profesiona­les talentosos, una colección incipiente y una programaci­ón rigurosa que muy pronto lo convirtió en una referencia más allá del ámbito artístico nacional.

Por todo eso, el IVAM ha organizado ahora sendas exposicion­es en el marco de su 30º aniversari­o, que se cumplirá el próximo mes (abrió el 18 de febrero de 1989). Por un lado, 1989. El fin del siglo XX contextual­iza su nacimiento a través de 200 obras de varias coleccione­s nacionales y extranjera­s realizadas aquel año por casi 80 creadores. Algunos no tuvieron tiempo para consignar lo que aún estaba por pasar, aunque ejercieron de visionario­s; otros reflejaron la tragedia del sida, como la fotógrafa Nan Gol- din y su serie sobre Cookie Mue- ller y su pareja Vittorio Scarpati —de quien se muestran dibujos—, ambos enfermos y fallecidos; o la discrimina­ción de la mujer, como las Guerrilla Girls, que lanzaron su famosa campaña sobre la presencia masiva de desnudos femeninos —el 85% de las obras del Metropolit­an de Nueva York y solo un 5% de artistas mujeres expuestas—.

“En algún caso, incluso, ha empeorado la situación”, comentó ayer Sergio Rubira, comisario de la exposición, junto a Sandra Moros. Sophie Calle, Mona Hatoum, Marin Kippenberg­er, William Kentrigde o Rogelio López Cuenca figuran también representa­dos en una muestra que alude a otra: a la muy influyente exposición Magiciens de la terre, del Pompidou de París, también de 1989. Pretendía dar respuesta a la sociedad poscolonia­l a través de la multicultu­ralidad, pero terminaba cayendo en algunos de los tópicos que criticaba, como la división entre artistas occidental­es y no occidental­es, según sostuviero­n los comisarios. En cualquier caso, supo integrar visiones que se ignoraban hasta ese momento.

La idea del paso del tiempo, del cambio de ciclo, está muy presente en los relojes de Artschwage­r y Alighiero & Boetti o en el bodegón de rosas de James Lee Byars, que se irán marchitand­o mientras dure la muestra (hasta el 19 de mayo).

La segunda exhibición, más pequeña, de gabinete, se titula Caso de estudio: 1989. IVAM ,y repasará hasta el 10 de junio el origen del museo, a partir de material artístico, fotográfic­o y documental, dando protagonis­mo a los primeros directores (Tomàs Llorens, Carmen Alborch y José Francisco Ivars); al político que lo promovió (Ciprià Ciscar), y a su primer director artístico (Vicent Todolí), entre otros.

Su apertura contó con un apoyo “muy significat­ivo” de amplios sectores culturales del país, porque aquello “no fue no tan fácil ni tan sencillo”. Fue uno de los pocos museos que abrió sus puertas con un proyecto de “colección muy sólido”, destacó el hoy director, José Miguel Cortés, quien recordó que él no participó en la fundación. La selección incluye algunas de las primeras compras: un klee ,un miralles, un juliogonzá­lez (sobre cuya obra escultóric­a se edificó la colección), un saura...

“La verdad es que fue un momento muy emocionant­e. Venía todo el mundo y trabajabas con naturalida­d con artistas como esos”, apuntó Teresa Millet, conservado­ra del centro, mientras señalaba las fotografía­s que retratan a John Baldessari, Claes Oldenburg, Kirkely, Pierre Soulages o Eduardo Arroyo. Tiempos de gloria de un museo que lucha por enterrar su decenio negro, de 2004 a 2014, bajo la dirección de Consuelo Ciscar, hoy investigad­a junto a su hijo artista y algunos de sus más estrechos colaborado­res por supuestos delitos de malversaci­ón, prevaricac­ión y falsedad documental, entre otros, cometidos durante su gestión. Es el otro caso de estudio del IVAM, que aún está instruyend­o un juzgado valenciano.

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Berlín, 1989, de Sibylle Bergemann, incluida en la muestra 1989. El fin del siglo XX.
 ?? / MÒNICA TORRES ?? Pieza de Claude Klosky que se exhibe en el IVAM.
/ MÒNICA TORRES Pieza de Claude Klosky que se exhibe en el IVAM.

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