El último en su especie
Tras las ventas de Pepe y Cristiano, Marcelo es el único jugador que queda en la plantilla del Madrid que no fichó Florentino Pérez
El día que le preguntaron a Santiago Solari si era feliz como entrenador del Real Madrid, el hombre ofreció una respuesta que sus interlocutores reunidos en la sala de conferencias nunca olvidarán: “Trabajar en este club es una maravilla. En cualquier función. Por ejemplo, los jardineros. Yo veo cómo tienen la ciudad deportiva y es emocionante”.
El parque de Valdebebas tiene fascinado a Solari. Sobre la inmaculada selección de hierbas que bordean la calle que conduce al pabellón del primer equipo crecen plátanos libres y sanos. Vírgenes al mismo tiempo de pesticidas químicos y de organismos perniciosos. Así lo informa una serie de carteles expuestos en las aceras con el blasón del Madrid y fotos ilustrativas bajo el rótulo de “control biológico de plagas”. Destaca la lámina dedicada a la erradicación del pulgón mediante la dispersión de avispas parásitas de la especie aphiscout o aphipar .El cartel reza: “Una vez parasitado el pulgón, este muere y de su interior emerge una nueva avispa que parasitará nuevos pulgones”.
No es casual que Solari se identifique con la gestión del ingeniero agrónomo. Después de colocar en un lugar secundario a Keylor, Marcelo e Isco, tres pesos pesados limpiamente orillados para promover con éxito a jóvenes como Courtois, Reguilón y Vinicius, el técnico puede presumir de haber emprendido una difícil labor de regeneración biológica del ecosistema de la plantilla. Menos traumática de lo esperado y con mejores resultados deportivos que los que dio Julen Lopetegui.
Adiestrado durante años en las prácticas de un club empeñado en una planificación exhaustiva de aquello que los dirigentes denominan “transición dulce”, Solari, Getafe, 1; Valencia, 0. Sevilla, 2; Barcelona, 0.
Hoy Espanyol-Betis (19.30, beIN). Real Madrid-Girona (21.30, beIN).
que además fue jugador en el equipo de los galácticos, sabe por experiencia propia que la rueda del Bernabéu no para de girar y que la labor del entrenador es la de cribar futbolistas según el sentido al que apunte la estrategia deportiva del club. Convencido de que es preciso apostar por jóvenes, ahora el presidente Florentino Pérez no ve con malos ojos subvertir el orden jerárquico y comenzar a proyectar el futuro dando más valor a las promesas en detrimento de ciertos veteranos.
Bajón físico
Marcelo, segundo capitán después de 12 años en Chamartín, es el más llamativo de los marginados. Planteada la cuestión de si contra el Girona en los cuartos de final de la Copa jugará Marcelo o Reguilón, el técnico se mostró elogioso con el brasileño. “Es indudable su amor y su compromiso con el club y su alegría a la hora de entrenarse”, dijo. “Su comportamiento es intachable. Luego debo hacer las alineaciones, que es una parte complicada de mi tarea. Tengo que elegir a quien creo que corresponde para cada partido”.
Tras la salida de Pepe y Cristiano, Marcelo permanece como último superviviente en la plantilla de los jugadores que no fichó Florentino Pérez. Su suplencia sin disputar ni un minuto ante el Betis y el Sevilla en LaLiga refleja su vulnerabilidad. A sus 30 años, uno de los mejores laterales zurdos del mundo sospecha que es víctima de un bache en su forma física, circunstancia que no le perdonaron como a otros jugadores que sí gozan del favor del palco. Kroos o Varane, por ejemplo, han pasado por momentos muy malos sin ir por ello jamás al banquillo. Esto inspira suspicacias en el camerino.
Parece evidente que Vinicius prospera mientras Isco se apaga. Lo que resulta más difícil es que Reguilón, con todas sus virtudes, pueda reemplazar a Marcelo como el jugador al que las estadísticas consagraron como el más desequilibrante del plantel después de CR. Hasta llegar Solari, el brasileño solo daba menos pases que Modric y Kroos y había participado en 10 de los 17 goles marcados por el equipo esta temporada.
Solari no quiso certificar la titularidad de Marcelo en la Copa y habló del estímulo que supone para los mayores la presencia de los novatos: “Tanto la competencia con los demás equipos como la competencia interna es muy sana. Nos viene muy bien a todos. Es parte esencial del fútbol. Que todos sientan que pueden jugar. Que todos sientan que tienen la oportunidad de jugar y también que todos sientan que tienen la oportunidad de perder el puesto”.
“Hay muchos jugadores jóvenes”, profundizó el técnico, “y muchos jugadores maduros que son la base de la plantilla, que es la que gracias a su generosidad, a su consejo y a su guía, ha permitido que los jóvenes se adapten y crezcan. Es una sana competencia”.
En la cancha como en el jardín, reina el productivo principio de concurrencia. Avispas contra pulgones lo mismo que reguilones contra marcelos.