Los taxistas de Barcelona votan divididos si mantienen la huelga
Los taxistas de Barcelona votaron anoche, en un proceso que concluyó poco antes de las 23.30, cuando comenzaba el escrutinio, si mantienen la huelga, que ayer sumaba seis días, o
La votación estuvo marcada por la división interna y por el cansancio que los taxistas acumulan después de casi una semana de paro. Han pasado siete días desde que empezó la protesta unitaria en la que el sector ha conseguido que el Gobierno catalán ceda a sus demandas para restringir la actividad de las empresas que operan con licencias VTC. La votación reunió a centenares de conductores en la plaza de Catalunya. Estaban convocados 10.500 propietarios de licencias de taxi, y cerca de 4.000 conductores asalariados, que ejercieron su voto con papeletas y cajas de cartón.
Pero el proceso no fue fácil, después de que a media mañana la unidad del sector saltase por los aires. El autodenominado comité de huelga —la protesta nunca fue registrada como tal, ya que se trata de un paro patronal—, presidido por el portavoz de Élite Taxi, Alberto Tito Álvarez, dimitió en bloque. Álvarez, partidario de terminar con la huelga, consideraba que no podían forzar más a la Administración y, ante la discrepancia de parte de los taxistas, decidió renunciar.
Sea cual sea el resultado de la votación, que cerca de las diez de la noche estaba todavía en el aire, la división que mostró el sector augura que el conflicto está lejos de terminar. Parte de los conductores desconfía del compromiso del Govern de llevar a cabo una regulación de los VTC que, por lo pronto, ha hecho que Uber y Cabify se planteen dejar de operar en la capital catalana. Una de las opciones que figuraban en las primeras papeletas era levantar la huelga, pero bloquear el Mobile World Congress si la Generalitat no cumplía con su palabra. Esta opción fue suprimida más tarde, y las papeletas finales fueron sustituidas ponen fin a un paro en el que han bloqueado algunas de las vías principales de la ciudad. Decidían si les basta la regulación que prepara el Govern para restringir la actividad de los vehículos de transporte concertado (VTC) —como los que usan Uber y Cabify—, que permite al área metropolitana de Barcelona obligar a reservar un VTC con una hora de antelación. La votación se produjo en un clima de división interna, que llevó a dimitir al comité de huelga.