Davos: buenas palabras pero sin números
El viaje de Pedro Sánchez a Davos, el primero en 10 años de un presidente español, se centró en reuniones con altos ejecutivos de empresas tecnológicas —Facebook, Amazon, IBM, Booking— que, según la ministra de Economía, Nadia Calviño, y el responsable de la oficina económica, Manuel de la Rocha, dejaron muy buenas impresiones sobre la economía española y la posibilidad de invertir. Sin embargo, no concretaron ningún gran proyecto ni cifra importante. Solo Booking preguntó de forma crítica por la llamada tasa Google, según el Gobierno, que pidió a estas empresas punteras en investigación que asesoren al Ejecutivo en algunas reformas educativas, en especial la de la formación profesional.
Caracas. “No nos limitamos a seguir los acontecimientos, sino que estamos viendo también cómo reaccionar”, señaló una portavoz de la Comisión. Pero cada hora que pasa el riesgo de fractura aumenta porque se redobla la presión de los partidarios de reconocer a Guaidó como la única autoridad legítima de Venezuela. En el campo contrario se sitúan países como España, Grecia o Portugal, partidarios de reaccionar con calma y sin precipitaciones.
La escalada de tensión interna en la UE puede ir a más tras el anuncio del Partido Popular Europeo de plantear la semana que viene una resolución parlamentaria para reclamar a los Gobiernos de la Unión el reconocimiento de Guaidó. El líder de los populares europeos, el alemán Manfred Weber, ya reconoció ayer a Guaidó de la UE difundido la noche del miércoles, según fuentes del Ejecutivo. Ese texto respalda la legitimidad de la Asamblea Nacional y apuesta por la solución de unas elecciones libres, sin entrar en el reconocimiento de Guaidó.
Esa posición común debería ahora dar el siguiente salto, y España ya está trabajando en ello, según dichas fuentes. El Gobierno intenta que haya un nuevo Consejo de Exteriores en la UE cuanto antes para tomar una decisión sobre Guaidó. “España debe ser prudente. Nuestra posición muchas veces arrastra a los demás en la UE en temas latinoamericanos, pero todo camina hacia el reconocimiento de Guaidó”, sentencian esos medios.
Conversación telefónica
El presidente español preguntó al líder opositor por sus planes para las próximas horas y mantuvieron una conversación amistosa, que supone en sí un claro cambio de tercio de Sánchez, uno de los pocos mandatarios que ha telefoneado a Guaidó para darle ánimos. El dirigente venezolano publicó después un tuit sobre la llamada, en el que aseguraba que Sánchez “confirmó su total respaldo” a la opción de “lograr un Gobierno de transición y tener elecciones libres”.
El contraste es muy evidente, según destacó Albares. El presidente no ha tenido ningún contacto con Nicolás Maduro, no envió a nadie a la toma de posesión del líder chavista, ha reconocido en todo momento la legitimidad de la Asamblea y ha apoyado todas las sanciones al régimen. “Los hechos son contundentes y las fotos también”, dijo Albares frente a las críticas de la oposición española.
Sin embargo, faltan las palabras del presidente. Pese a que Venezuela ha marcado buena parte de su agenda en las últimas horas, Sánchez no ha dicho una palabra en público sobre la crisis. Mientras, arrecian las críticas de la oposición y hasta Felipe González le pide que reconozca a Guaidó. Por el contrario, Pablo Iglesias, aliado principal del Gobierno, habla de “golpe de Estado” apoyado por Donald Trump para controlar el petróleo venezolano. Sánchez decidirá. Fuentes de su entorno insisten: el camino hacia el reconocimiento de Guaidó ya ha empezado.
“como presidente interino de Venezuela”. Y el vicepresidente del grupo, el eurodiputado Esteban González-Pons, acusó al Gobierno español de “estar frenando que la diplomacia europea reconozca a Guaidó”.
La posición de Madrid, sin embargo, no parece muy distinta de la de otras grandes capitales europeas. Tanto el Gobierno de Angela Merkel en Alemania como el de Emmanuel Macron en Francia se han limitado hasta ahora a celebrar “el coraje” del pueblo venezolano y a respaldar la legitimidad democrática de la Asamblea, pero sin secundar el salto del presidente de esa Asamblea a la presidencia del país. Ningún Gobierno de la Unión, de momento, ha reconocido a Guaidó, aunque casi todos han mostrado su rechazo abierto al régimen de Maduro.