Bronca entre Gobierno y Senado por la incomparecencia de Sánchez
¿Está obligado el presidente a ir a un pleno?
El Gobierno y el Senado vivieron ayer un tenso enfrentamiento institucional y político por una comparecencia del presidente, Pedro Sánchez, que no se produjo pero generó un inédito y áspero debate. El PP quiso obligar al jefe del Gobierno a explicar
“Constatada la ausencia del Gobierno...”. Así comenzó la sesión el presidente del Senado, el popular Pío García Escudero, que a renglón seguido enumeró los artículos reglamentarios que obligan a Pedro Sánchez a comparecer en la Cámara alta. Pero Sánchez estaba en el Foro de Davos (Suiza), como sabía hacía tiempo el PP y como lamentaron todos los demás grupos, que subrayaron que no tenía sentido organizar un pleno, traer de toda España a los 264 senadores y gastarse dinero público para nada su última entrevista con el presidente catalán, Quim Torra, pero Sánchez estaba en Davos y no se sintió obligado a acudir. El pleno se celebró sin el compareciente, con reproches de casi todos los grupos al PP por el espectáculo y críticas de los populares al “presidencialismo sin control” de Sánchez.
o casi nada. Pero el debate se celebró, centrado en el presidente ausente y en el portavoz popular, Ignacio Cosidó.
El PP tiene una mayoría absoluta sobrada en la Cámara alta, cuenta con 147 de los 264 senadores, y reclamó en tiempo y forma que Sánchez acudiera para aclarar qué asuntos abordó en su entrevista con Torra el pasado 21 de diciembre. El Gobierno nunca quiso que el presidente acudiera a ese pleno y así lo ratificó el pasado viernes su portavoz, la ministra Isabel Celaá.
Desde el Ejecutivo se criticó “con perplejidad” el uso partidista del Senado por el PP, se argumentó que no existe obligación de que el presidente acuda a esas sesiones, se recordó el viaje a Davos y también que Sánchez compareció en esa institución a petición propia el 18 de diciembre (lo que no hacía un presidente en los últimos 10 años). Y cinco veces más en los siete meses que lleva en La Moncloa.
“Los socialistas estamos defendiendo hoy la dignidad del Senado. No podemos consentir que se le manipule y desprecie de esta manera convocando a los senadores y senadoras desde toda España para hacer de figurantes en el gran circo del señor Cosidó”, dijo con indignación el senador Ander Gil.
Luego retó al PP a presentar “si tiene arrestos” una moción de censura contra Sánchez y tachó la sesión parlamentaria de “paripé” y “pleno inútil”. El portavoz socialista dedicó gran parte de su intervención a lanzar una batería de incómodas preguntas a Cosidó sobre su papel en el pasado como director de la Policía Nacional o sobre sus relaciones con el polémico excomisario José Manuel Villarejo.
“El capricho de Cosidó”
En cuanto el portavoz del PP tomó la palabra, los senadores del PSOE, ERC, PDeCAT y Bildu se marcharon. Se quedaron con el PP, Podemos, el PNV y algunos del Grupo Mixto.
La mayoría de los portavoces se sumaron a las críticas del PSOE por “el sinsentido” de una sesión en la que el compareciente único no estaba. La senadora de ERC, Mirella Cortés, registró incluso una moción para preguntar por el gasto que había supuesto celebrarla.
La portavoz de Ciudadanos, Lorena Roldán, fue de las más cáusticas: “Chapuza de comparecencia sin compareciente, lo nunca visto”. Carles Mulet, de Compromís, deploró el “lamentable espectáculo”. Jon Iñarritu, de Bildu, atacó el “troleo parlamentario que pasará a los anales de la historia”. Josep Lluis Cleríes, del PDeCAT, relacionó el debate con otro “capricho de Cosidó” y del PP que “tienen secuestrado el Senado” como “otro cortijo o cloaca” propia. Los diversos senadores canarios recurrieron a glosar el “esperpento”. Y Ramón Espinar, de Podemos, prefirió destacar “la extorsión del reglamento para montar el numerito”.
Cosidó anunció que el PP volverá a registrar otra petición de comparecencia ordinaria y, si esa tampoco se produce, su grupo estudiará la reprobación del presidente. El portavoz popular acusó a Sánchez de saltarse los controles democráticos cuando no tienen mayoría y recordó que España no es un régimen presidencialista, sino parlamentario.
una mesa de diálogo estable con participación de “los partidos”, en la que se debata “el futuro de Cataluña”. El Gobierno, sin embargo, puntualizó posteriormente que se refería a “partidos catalanes”.
Artadi expresó su sorpresa el pasado martes por la aclaración de Calvo y recordó que su propuesta es una mesa de partidos “a nivel estatal” que incluya al PSOE (no sólo al PSC) y también a Podemos. Para la portavoz, la presencia de la formación morada es “clave”, ya que los socialistas “no son hegemónicos en la izquierda española”.
La Generalitat siempre ha querido que haya una figura testimonial, de mediación o arbitral, en su diálogo con el Gobierno. La Moncloa, se niega a esta posibilidad.