La subida de tipos de interés se aleja más
Sobre el papel, nada ha cambiado. “El Consejo de Gobierno espera que los tipos de interés oficiales del BCE se mantengan en los niveles actuales hasta al menos durante el verano de 2019”, asegura el comunicado de ayer del BCE. Pero los analistas creen poco probable que la subida del precio del dinero llegue en septiembre; y posponen esa decisión a 2020.
No es solo por el decepcionante crecimiento. La inflación de la eurozona quedó en diciembre en el 1,6%, lejos del objetivo del BCE. Y Draghi confirmó ayer que el bajo precio del petróleo le hace pensar que la inflación continuará baja los próximos meses. Más gasolina para retrasar las subidas de tipos. Solo un inesperado repunte de la actividad haría pensar en un alza este año.
estamos preparados para usarlos o ajustarlos según la coyuntura”, dijo. Incluso deslizó un “lo que sea necesario” que recordó a aquellas palabras que pronunció en 2012, en lo más duro de las tormentas financieras que asolaban a la eurozona, y que tuvieron un efecto decisivo para asegurar la supervivencia de la unión monetaria.
Entre las herramientas a las que el BCE podría recurrir para ahuyentar los miedos, los analistas contaban con una nueva subasta de liquidez ilimitada para los bancos, como las aprobadas en 2012 y 2017. Pero Draghi, que destacó lo “útiles y eficaces” que fueron estas lluvias de dinero, rebajó las expectativas de una nueva ronda de liquidez que aliviaría a un sector financiero agobiado por la pérdida de rentabilidad.
Los tipos de interés quedan como uno de los recursos que el BCE podrá modular en función de los acontecimientos. A la vista de lo oído ayer, todo apunta a que Draghi se despedirá del cargo en octubre sin haber elevado el precio del dinero ni una sola vez.
Comprar tiempo
Lo que Draghi hizo ayer en Fráncfort fue comprar tiempo. Lo necesita para analizar los datos que vayan llegando de todos los rincones de la eurozona. En su reunión del próximo marzo, el Consejo de Gobierno tendrá que decidir si revisa a la baja las perspectivas de crecimiento para la unión monetaria. Lo hizo ya el pasado diciembre, y una nueva rebaja significaría que los problemas son serios. “Si todos estos factores que he mencionado persistieran, la debilidad de la economía será más larga de lo que esperamos”, resumió el jefe del BCE.
Las próximas semanas son cruciales para saber a qué nivel de dificultades se enfrenta la economía europea. Los responsables públicos rehúyen la palabra recesión, y prefieren pensar que se trata de un mero bajón que se está alargando más de lo esperado. Del riesgo de recesión habló ayer en Davos, en una entrevista con Bloomberg, el consejero delegado del banco francés Natixis, Jean Raby. Draghi está decidido a hacer todo lo que esté en su mano para ahuyentar ese riesgo.
más viento en contra de las exportaciones y el crecimiento europeo.
El BCE vuelve a hacer la política monetaria que conviene a Alemania. En España la demanda interna nominal crece próxima al 5% y los bonos a 10 años del Tesoro cotizan al 1,25%. La política monetaria sigue siendo ultraexpansiva para nuestra economía y explica la mayor parte del crecimiento del empleo. Los manuales nos enseñan que la política fiscal debería ser contractiva o al menos neutral para reducir el déficit estructural y la deuda pública y prepararnos para la próxima crisis.
Pero si se aprueban los Presupuestos el déficit estructural volverá a aumentar, igual que en los cuatro años anteriores. La política monetaria permite ganar tiempo, pero en España no paramos de despilfarrarlo. Keynes nos enseñó que la política económica debe identificar las causas de los problemas y anticiparse a sus efectos. Veremos.