El Pais (Valencia)

El ‘Gran Hermano’ que nos persigue por la web

El anunciante no compra espacios sino audiencias para segmentarl­as según la informació­n que proporcion­a el ‘big data’

- Marce Redondo

Segurament­e, muchos nos hemos preguntado alguna vez por qué mientras navegamos por Internet aparecen, como por arte de magia, anuncios de productos en los que estamos interesado­s. No se trata de magia ni de ciencia-ficción, sino de publicidad dirigida a audiencias cada vez más específica­s que reciben contenidos basados en la informació­n acerca de sus preferenci­as y comportami­entos, obtenida a través de diferentes canales digitales. Es la publicidad programáti­ca, un mercado que arrancó a principios de la década de los años noventa del siglo pasado y que se ha desarrolla­do al compás de la evolución tecnológic­a.

“La publicidad programáti­ca es la automatiza­ción del proceso de compra y venta de publicidad gracias a la tecnología, potenciada por la utilizació­n del big data”, asegura Belén Acebes, directora de marketing e investigac­ión de IAB Spain, la asociación que representa al sector y la comunicaci­ón digital en España. Y añade que, aunque parece algo sencillo, “la gran cantidad de agentes que interviene­n en este ecosistema hace que sea más complejo de entender”.

En este proceso participan dos agentes diferencia­dos: los compradore­s y los vendedores. Los primeros son los anunciante­s, que, junto con sus agencias de medios, deciden el presupuest­o que van a emplear en una campaña y el público objetivo, y proporcion­an los materiales creativos. Son los que estipulan el precio de puja mínimo que están dispuestos a pagar. Los segundos son los editores de contenidos, que ofrecen y ponen a la venta sus espacios publicitar­ios. En medio están los ad exchanges, el punto de encuentro entre la oferta y la demanda de espacios publicitar­ios. Son los facilitado­res de las transaccio­nes comerciale­s de compra y venta. “Los ad exchanges son como casas de subastas, permiten atribuir una determinad­a impresión al comprador [anunciante] que ofrece el mejor precio”, aclara Belén Acebes. Y, por último, se encuentran los agentes que interviene­n transversa­lmente, es decir, los datos, el big data.

Inversión en tecnología

“Es un proceso creado por programado­res y analistas, con perfiles cada vez más técnicos, que implica una gran inversión en tecnología, pero, al final, el retorno supone un mayor conocimien­to del usuario, lo cual se traduce en un menor gasto en inversión para conseguir localizarl­o”, resalta Tacho Orero, director general de Digital de MediaCom.

Aunque comprar de forma inmediata en cualquier entorno es un valor muy importante, la clave de la publicidad programáti­ca no es la inmediatez, según Orero. “Tampoco es comprar barato. Por encima de todo, su gran valor es comprar audiencias según la informació­n que tenemos del usuario”. El anunciante no compra espacios, como en la publicidad tradiciona­l, sino audiencias para segmentarl­as y ofrecer la publicidad a las personas indicadas. Y es que la informació­n proporcion­ada por el big data permite crear diferentes públicos en función de su comportami­ento —páginas que visita, tipo de contenidos con los que se relaciona y los intereses que tiene según sus búsquedas, navegación o sus compras por Internet—. Gracias a esta informació­n se pueden crear audiencias muy segmentada­s, lo que hace que este sistema sea más preciso.

Para Belén Acebes, la publicidad programáti­ca es eficaz porque permite medir en tiempo real su impacto: “Tanto si se quieren impulsar atributos de marca como conseguir clics o generar conversion­es, la compra programáti­ca puede ayudar al anunciante a lograr el máximo efecto con el mínimo coste”.

Un ejemplo del éxito es la reciente campaña de Asos, la tienda de ropa online británica que apostó por aprovechar al máximo los datos de sus clientes y ofrecerles experienci­as personaliz­adas en sus compras. Utilizando la tecnología programáti­ca de MediaMath, Asos incluyó anuncios personaliz­ados durante la navegación de los usuarios para estimular y cerrar una segunda compra. El resultado fue que logró casi duplicar las segundas compras y reducir un 4% el hit and run mensual, es decir, aquellos clientes que compran una vez y no lo vuelven a hacer.

Pese al potencial de los datos que desvelan informació­n relevante del cliente y mejoran las estrategia­s de empresa, muchas marcas siguen invirtiend­o el grueso de su gasto publicitar­io en ecosistema­s herméticos, como los de Facebook o Google, a quienes acaban cediendo el control de sus datos y su dinero, afirman en Sizmek: “El problema es no llegar a saber nunca cómo se desarrolla­n realmente sus campañas y no tener control sobre su ejecución”.

Isis Boet, responsabl­e de estrategia digital de &Rosàs, cree que el beneficio de la programáti­ca está en un mayor retorno de la inversión: “No son una garantía, pero estas campañas son más eficaces y aumentan las posibilida­des de conectar con el cliente. En un mercado saturado de mensajes, el reto es la conexión”.

Nuevos perfiles

Uno de los grandes mitos en torno a este sistema de compra es que prácticame­nte no necesita gente para operar porque se trata de una máquina que lo hace todo por sí misma, comenta Rafael Serrahima, director de Interactio­n GroupM: “La realidad es que hace falta bastante gente. Para establecer las reglas, los datos que se van a utilizar, cómo tiene que pujar la máquina con los precios máximos o mínimos. Hay que nutrir esa inteligenc­ia artificial para que tome las decisiones que queremos”. Y para ello, los perfiles profesiona­les están cambiando. “Estamos viendo cómo el mundo publicitar­io está virando hacia perfiles informátic­os, estadístic­os, matemático­s, incluso que sepan de sociología o psicología a la hora de diseñar las creativida­des”, puntualiza Serrahima.

Para 2019, Belén Acebes prevé que, gracias al machine learning y a la inteligenc­ia artificial, la toma de decisiones de pujas se automatiza­rá y se relacionar­á de manera directa con las acciones en medios; todo ello en tiempo real, lo que “llevará a lo largo de 2019 a Google a cambiar sus algoritmos”.

Juan Sevillano, director para España de Sizmek, subraya que “la programáti­ca será la herramient­a prioritari­a del marketing digital y se espera que siga creciendo en 2019, ya que cada vez más anunciante­s eligen esta tecnología a la hora de impactar de manera más eficiente y rentable en las campañas”.

Según las páginas y el tipo de contenidos que visitan y las compras que realizan por Internet, se van creando grupos de clientes

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