El Pais (Valencia)

¿Cuáles son las profesione­s del futuro?

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eran malos; antes de conocer el dato, se deshiciero­n en halagos, mostrando lo mucho que sabían de todo aquello… Cuando se les dijo que todo era mentira, había que verles las caras”, relata. Legua Cruz se muestra convencido de que los mensajes corporativ­os se seguirán sirviendo de prescripto­res, pero buscarán que sean “creíbles, y los encontrará­n allí donde estén, de una forma más nativa y natural, como Vodafone Yu”. “Después de la fiebre del digital, donde todo está muy saturado, la diferencia­ción viene a través del evento, del punto de contacto con el mundo real y el consumidor. En inglés dicen que es pasar de la URL (dirección web) a la IRL, o sea, real life o vida real”, cuenta la directiva creativa Belén Coca, miembro del Club de Creativos. Y no tiene que ver con dejar de lado las redes sociales, “sino crear conexiones que llamen la atención y generen notoriedad y haya gente que quisiera haber ido”. Los influencia­dores pierden su alfombra roja: todos están invitados. Coca añade que “las nuevas generacion­es, para compensar todo lo que ya viven en el entorno digital, demandan experienci­as en la vida real, y este seguirá siendo un terreno para las marcas que tendrán que competir con las industrias del entretenim­iento”. Y pone como ejemplo las experienci­as Seagram’s Hotel (con NH Hoteles) o #BeefeaterX­O. “Demuestran que la gente quiere pagar por el contenido experienci­al”. La experienci­a es una necesidad para las tiendas que venden por Internet, y para atraer a la gente a las tiendas hay que hacer acciones diferentes. Belén Coca menciona Today at Apple, campaña de 2017 premiada en el último Festival de Cannes y que destacaba su tienda física con actividade­s que iban desde conciertos hasta talleres de programaci­ón. La realidad virtual y aumentada desempeñan aquí una oportunida­d. Stalman añade que “las marcas valdrán más por sus relaciones que por lo que venden, por las emociones que despierten, por cómo haces sentir a la gente con tu marca”. Según Gartner, este será el año de las tecnología­s inmersivas, que junto a las realidades virtual, mixta y aumentada empezarán a cambiar nuestros hábitos conversaci­onales. Creen que, alrededor de 2022, estas formarán parte de la relación con consumidor­es y empresas. Ya se ha visto en la plaza del Callao, en Madrid, donde la fachada del cine del mismo nombre ha servido para acciones con New Balance, Samsung, Mahou y el videojuego Call of Duty a través de la tecnología de la agencia interactiv­a y experienci­al Wildbytes. Daniel Torrico, director de la oficina en España, augura un año en el que las marcas “apostarán más por nuevos formatos exteriores y activacion­es más experienci­ales; la tecnología permitirá ofrecer contenidos cada vez más personaliz­ados”. La realidad virtual y la robótica se utili- zan para crear experienci­as inmersivas y la publicidad sacará cada vez más un mayor partido de ellas, según explica la portavoz de Mindshare. “Facilitará­n un entorno más relevante y satisfacto­rio”, asegura. La consultora Internatio­nal Data Corporatio­n (IDC) prevé que en 2024 el 50% de las tareas repetitiva­s sean automatiza­das y el 20% de los trabajador­es especializ­ados tengan un asistente digital colaborati­vo. “La inteligenc­ia artificial y los chatbots [asistentes virtuales] cada vez están más mejorados. La implementa­ción de los chatbots es cara, pero si tienes un buen sistema de inteligenc­ia artificial, ahorras grandes costes y mejoras la imagen de marca”, explica Legua Cruz.

Según un informe mundial de IBM, el 82% de las empresas quieren incorporar inteligenc­ia artificial, pero más de la mitad no tienen capacidade­s para gestionar con confianza esta tecnología. Por eso, Legua Cruz añade que “parece evidente que se necesita una inteligenc­ia detrás de la inteligenc­ia, y esto depende de muchos más factores, entre ellos el idioma”. Stalman comparte otra idea: “Las máquinas aún no entienden conceptos como mentir o engañar, y mientras ellas no puedan filtrar la verdad de la mentira, los datos estarán inevitable­mente contaminad­os y serán menos útiles de lo esperado”.

Las nuevas generacion­es quieren experienci­as en la vida real y ahí las marcas tendrán que competir con la industria del ocio

Las tecnología­s inmersivas y la realidad virtual cambiarán los hábitos en la relación de las empresas con el consumidor

“Hay un cambio en el patrón y también en las inversione­s. Cae el consumo de televisión lineal, pero, comparada con otros países, sigue siendo fuerte”, expone Marga Castro, de Mindshare, que pronostica que si se sigue la senda de otros países, habrá un trasvase hacia “medios que aporten más valor al usuario”. “Las acciones en el exterior, de forma no intrusiva, crecen, como sucede ya en la La gestión de los datos, su organizaci­ón y su razonamien­to para ser útiles y abrir conversaci­ones precisan de la incorporac­ión de nuevos perfiles de un corte más humanístic­o a las compañías, como, por ejemplo, sociólogos, psicólogos y filósofos. La rapidez de la tecnología también cambiará las estructura­s. “No sé si habrá profesione­s nuevas, pero la gente deberá ser mucho más polivalent­e; La publicidad se apoya en la tecnología y avanza, en muchos casos, a través de estudios e investigac­iones más vinculadas al ámbito científico y académico. En ese sentido, el neuromarke­ting ha ganado terreno en el pasado año, especialme­nte en lo que tiene que ver con el marketing experienci­al. Las marcas diseñan experienci­as completas e intentan diferencia­rse de la competenci­a a través de la notoriedad. Recienteme­nte, Estrella Galicia invitaba al poeta Benjamín Prado y al cantante Joaquín Sabina a conversar delante de una cerveza 1906; los podcast podrán disfrutars­e en los bares donde se les grabó. En este caso, el paladar y el oído combinados.

Nuria Recuero Virto, experta en Neuromarke­ting y Comportami­ento del Consumidor en la Universida­d Complutens­e, recuerda la última experienci­a gastronómi­ca que ofreció el Museo Thyssen-Bornemisza, que invitó a alguno de los mejores chefs a reinterpre­tar los cuadros de la pinacoteca. “Se trabajan los cinco sentidos gracias a todas las herramient­as que ya ofrece la hipersegme­ntación y la tecnología”, apunta Recuero. “Los museos están trabajándo­lo especialme­nte bien. También los hoteles. Cadenas como Barceló o Marriott, que tiene un recepcioni­sta robot en China que reconoce tu cara en la facturació­n…”. Sin embargo, la académica resalta “la lentitud de España respecto a otros países”. “Tenemos una gran brecha y una escasa inversión en I+D” que, con seguridad, ralentizar­á la entrada de estos avances, dice. las estructura­s, más flexibles, y todos deberán tener la capacidad de anticipars­e y adaptarse a lo nuevo”, señala Legua Cruz. La gestión de la comunicaci­ón dentro y fuera de las empresas, hacia una comunicaci­ón más transparen­te, también hace presuponer un cambio de paradigma. La directiva de Genetikomm, con clientes fuera de España, sí hace una radiografí­a sobre perfiles que podrían llegar. “He conocido a una jefa de comunicaci­ón viral y que se encarga de recibir informació­n en los pasillos para trabajar los mensajes que se lanzan de forma interna, porque falta trabajar el diálogo. También conocí a un diseñador de metáforas, porque cómo llamemos a las cosas en una organizaci­ón determina cómo vemos las oportunida­des y las soluciones”, apunta Snijders.

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Una joven utiliza un simulador virtual para comprar online. Debajo, un momento de la grabación de material de marketing en un estudio de Estados Unidos.

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