Guaidó llama a la movilización permanente y busca el apoyo militar
El líder opositor venezolano Juan Guaidó reapareció ayer en el municipio caraqueño de Chacao para anunciar algunos de los pasos con los que busca concretar el desalojo de
Ayer, alrededor de las doce de la mañana, en Caracas se dieron dos fotografías que hablan de la situación institucional que vive Venezuela. De un lado, Guaidó compareció en la plaza de Bolívar de Chacao, uno de los símbolos de la oposición al régimen. Casi en paralelo, Nicolás Maduro convocó a algunos medios en el palacio de Miraflores.
El primero, presidente de la Asamblea Nacional, el Parlamento de mayoría opositora elegido en 2015 y despojado de sus funciones por el oficialismo dos años después, es para millones de venezolanos el único presidente legítimo. Tras presentarse como tal durante una jornada de marchas masivas, Guaidó recibió el reconocimiento explícito de Estados Unidos y de los principales países de la región, excepto México. El segundo es el mandatario de facto, porque sigue controlando la vida de la población, aunque las elecciones en la que resultó elegido fueron impugnadas por fraudulentas y rechazadas por la inmensa mayoría de la comunidad internacional por carecer de garantías democráticas.
En medio de este choque, el dirigente opositor anunció parte de su estrategia. “Los que usurpan hoy el poder creen que nos vamos a cansar”, dijo. Pero advirtió: “La semana que viene volveremos a la calle, donde siempre hemos estado. Aquí hay gente en la calle pa’ rato. Hasta que logremos el cese de la usurpación, el Gobierno de transición y las elecciones libres”. La jornada del miércoles supuso un punto de inflexión en el constante pulso entre la oposición y el Ejecutivo de Nicolás Maduro. Pero ahora el país contiene Nicolás Maduro del poder. Tras proclamarse como presidente legítimo el pasado miércoles, se alejó de los focos durante un día. Su regreso ante miles de seguidores y la prensa estuvo marcado por dos mensajes. Primero,
el aliento ante una etapa de máxima tensión llena de incógnitas. El anuncio de Guaidó, multiplicó las expectativas de millones de venezolanos, de procedencia muy diversa, hartos de los abusos del régimen, una crisis económica y una hiperinflación sin precedentes en el país. avisó de que las movilizaciones no cesarán hasta lograr el restablecimiento de la democracia. En segundo lugar, insistió en buscar la complicidad de los militares, cuyo apoyo es decisivo para lograr una transición.
De su plan, que ha dejado de ser estrictamente simbólico al haber tenido consecuencias políticas, depende ahora la viabilidad de una nueva etapa. “Aquí hay una a ruta muy clara”, detalló Guaidó. “Cese de la usurpación, Gobierno de transición y elecciones libres. El respeto a los derechos
humanos, la convivencia y la Constitución son nuestros marcos”, prometió.
Mientras tanto, Maduro, recluido en el palacio presidencial de Miraflores, se dedicó a descalificarle, aunque se dijo dispuesto a reunirse con él. Hasta ahora, ningún intento de diálogo ha dado sus frutos y Guaidó lo rechaza. El presidente recurrió una vez más a la retórica del enemigo exterior, lanzó acusaciones a Estados Unidos y a España, y amenazó a sus cuerpos diplomáticos. Habló de nuevo de “intento de golpe de Estado” y describió a la oposición con un repertorio clásico: “O son ellos, el neoliberalismo, o somos nosotros con nuestra existencia republicana”.
El político opositor abundó en cambio en la importancia de la transición para volver a tener “una posibilidad de patria” y se dirigió a sus bases ante las especulaciones sobre la posibilidad de su detención que empezaron a circular a primera hora de la mañana. “Si se atreven a secuestrar de nuevo al presidente de la única institución legítima, les pido mantenernos en la ruta pacífica y de manera no violenta pero conLa