Paramilitares rusos llegan a Caracas
Contratistas militares rusos viajaron a Venezuela hace unos días para reforzar la seguridad de Nicolás Maduro frente a las protestas de la oposición, según ha informado Reuters. La agencia, que cita varias fuentes, apunta que los mercenarios son miembros del conocido como Grupo Wagner, una oscura empresa de seguridad privada con vínculos con el Kremlin que ya ha estado presente en Ucrania, Siria, Sudán o República Centroafricana, según distintas investigaciones. Tras la proclamación de Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, Moscú ha hecho una férrea defensa de Maduro y ha alertado de que cualquier intervención para desalojarle del poder puede provocar una catástrofe y un “derramamiento de sangre”. / M. R. S. en Venezuela. La publicación del texto definitivo se espera para mañana. Las mismas fuentes reconocen, sin embargo, que todavía no hay consenso para establecer un plazo concreto que desencadene el reconocimiento de Guaidó. Francia ha propuesto que se conceda a Maduro solo ocho días para convocar los comicios. Pero los 28 siguen, por ahora, divididos sobre la rotundidad del comunicado.
El primer borrador del texto había sido bloqueado por la delegación española, porque amenazaba con “estudiar medidas”, entre ellas el reconocimiento de Guaidó, si la convocatoria de elecciones no es inmediata. España, según fuentes comunitarias, exigió dejar claro que “se adoptarán medidas” si no se produce la llamada a las urnas.
Elecciones libres
La agudización de la crisis venezolana dejó fuera de juego al club europeo que, hasta principios de esta semana, abogaba por crear un Grupo Internacional de Contacto para facilitar una transición negociada en Caracas con el régimen chavista. Los líderes del Partido Popular Europeo salieron en tromba nada más producirse la proclamación de Guaidó para exigir que la UE se sumara a la posición de Estados Unidos. Pero fuentes comunitarias apuntan que Mogherini y varias capitales europeas temieron precipitarse y aparecer como seguidistas de Donald Trump, cuyo Gobierno reconoció de inmediato la legitimidad de Juan Guaidó.
La jefa de la diplomacia de la UE logró consensuar un comunicado de los 28, pero este se limitaba a negar la legitimidad de Maduro sin reconocer la de Guaidó. En apenas 24 horas, esa ambigua posición se quedaba obsoleta ante la polarización de la comunidad internacional, dividida entre los partidarios del reconocimiento (EE UU, Canadá y casi toda Latinoamérica) y los contrarios (Rusia, China, Turquía o México). El temor a que Europa quedase rezagada o encuadrada con el grupo de países encabezados por Moscú obligó a reconsiderar la situación. El jueves, Sánchez telefoneó a Guaidó para mostrarle su respaldo. Francia también endureció el tono. Y ayer Belín le dio la puntilla. La suerte de Maduro, al menos en Europa, estaba echada.