Europa gira hacia un próximo reconocimiento de Guaidó
La consolidación de Juan Guaidó como alternativa a Nicolás Maduro y la creciente presión internacional para apoyar el cambio de régimen en Venezuela han obligado a la UE a iniciar un giro hacia el reconocimiento del proclamado presidente interino. El
Los titubeos iniciales de Bruselas han dejado paso a los partidarios de dar un ultimátum a Maduro para que convoque elecciones so pena de que la mayoría de los países europeos se sumen al reconocimiento de Guaidó impulsado desde el pasado miércoles por Estados Unidos. El giro se consumó ayer durante una reunión del Comité Político y de Seguridad de la UE, en el que se sientan los representantes de los 28.
El Gobierno de Pedro Sánchez se ha sumado a la nueva tendencia europea. El Ejecutivo socialista de Portugal, que había pedido ministro español de Exteriores, Josep Borrell, abogó ayer por dar un plazo “muy razonablemente corto” a Maduro para que convoque unas elecciones con garantías y, si no lo hace, reconocer al presidente de la Asamblea para que las organice. El Gobierno alemán defendió también el ultimátum.
calma antes de aceptar al presidente de la Asamblea Nacional como nuevo mandatario, también viró hacia la nueva posición.
Fuentes diplomáticas españolas aseguran que Madrid defendió ante sus socios el reconocimiento inmediato de Guaidó como presidente, pero aceptó conceder un plazo a Maduro para conciliar las diferentes posturas que conviven en la UE, donde hay Gobiernos, como los de Austria y Grecia, que se niegan a dar legitimidad a la vía utilizada por Guaidó para encaramarse a la presidencia interina de Venezuela.
La revisión de la posición europea coincide con la convocatoria para hoy de una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU para debatir la crisis venezolana Los países partidarios de Guaidó, con EE UU al frente, redoblarán su presión para forzar la caída de Maduro. El departamento de Federica Mogherini, alta representante de Política Exterior de la UE, prepara ya a a marchas forzadas una declaración conjunta que recoja los términos de la nueva posición europea, en la que, según fuentes diplomáticas, ganará peso la exigencia de nuevas elecciones