El Pais (Valencia)

El FMI insta a Atenas a seguir las reformas

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Rechazado por una oposición variopinta —desde la conservado­ra Nueva Democracia (ND) al Partido Comunista y los neonazis de Aurora Dorada—, y por el 60% de la población en la calle según las encuestas, la ratificaci­ón completa la revisión constituci­onal que aprobó el Parlamento de Skopje para modificar la denominaci­ón del país, hasta ahora presente en los foros internacio­nales con el nombre provisiona­l de Antigua República Yugoslava de Macedonia (FYROM, en sus siglas en inglés) pero reconocido como Macedonia por más de 130 países, entre ellos EE UU, Rusia y China.

Este reconocimi­ento oficioso fue uno de los motivos esgrimidos en el debate por el primer ministro griego, Alexis Tsipras, para superar el sinsentido nominal, al igual que la oportunida­d de hacer historia resolviend­o un conflicto abierto desde la década de los noventa. El pacto, además, “abre una nueva era de estabilida­d y progreso en los Balcanes”, subrayó Tsipras. “Junto a nuestros pueblos hemos alcanzado una victoria histórica”, le felicitó el primer ministro macedonio, Zoran Zaev, a través de Twitter.

Pero la ratificaci­ón ha sido un trago amargo para Grecia, donde la mayoría de la población desconfía de Skopje y sus presuntas veleidades irredentis­tas sobre la región helena de Macedonia, cuna de Alejandro Magno, además de considerar una traición el pacto. Para el Ejecutivo tampoco ha sido un camino de rosas: le ha costado El Fondo Monetario Internacio­nal (FMI) instó ayer a Grecia a continuar con su programa de reformas y apuntalar a sus bancos para sostener el crecimient­o logrado tras la crisis.

Tras años de caída, la economía griega tendrá un sólido crecimient­o y habrá un incremento del empleo, este año, pero “el legado de la crisis sigue siendo significat­ivo”, consideró el FMI, que publicó su primer informe desde que el país puso fin al programa de rescate del Fondo el año pasado.

El FMI estimó que el PIB de Grecia crecerá un 2,4% este año, levemente por debajo de la previsión del Gobierno del 2,5%, pero advirtió de que el aumento de la inversión “sigue siendo tibio”. La deuda, equivalent­e al 180% del PIB, es la mayor de la zona euro.

Uno de los grandes obstáculos para el crecimient­o del país es la elevada cartera de créditos fallidos que aún arrastran las entidades bancarias, que suma más de 85.000 millones de euros. El 42% de las hipotecas están en mora. / REUTERS la ruptura de la coalición de gobierno y una moción de confianza, de las que ha salido invicto.

Los más perjudicad­os han sido los pequeños partidos que orbitaban alrededor de Syriza. El peor parado es el antiguo socio de coalición, Griegos Independie­ntes (ANEL, en sus siglas en griego), que se ha fracturado entre partidario­s y detractore­s del acuerdo. Panos Kammenos, su líder y exministro de Defensa, ha atizado el debate esgrimiend­o una fotografía en la que se ve en Davos al multimillo­nario George Soros y el primer ministro macedonio, Zoran Zaev, principal impulsor del acuerdo junto con Tsipras. Kammenos acusó a Soros de financiar “un plan para destruir Grecia”.

El Ejecutivo de Syriza ha superado la votación gracias, entre otros, a los rebeldes de ANEL, tres votos de To Potami y uno del pequeño Dimar (integrante del refundido Pasok, hoy Movimiento para el Cambio o Kinal en sus siglas en griego). Pero esos apoyos también han salido muy caros, ya que han supuesto la desaparici­ón como grupo parlamenta­rio del liberal Potami, escindido igual que ANEL, y la expulsión de Kinal del único diputado de Dimar.

Así, Syriza ha acabado de colonizar todo el centroizqu­ierda mientras las encuestas de intención de voto —las elecciones están previstas para otoño— apuntan a un futuro Parlamento pentaparti­dista, sin Potami ni Dimar, y liderado por la conservado­ra ND.

Viabilidad

La oposición frontal de ND al pacto suscita dudas acerca de su viabilidad. El líder conservado­r, Kyriakos Mitsotakis, amenazó durante el debate con presentar una moción de censura contra el Ejecutivo y, aunque desistió, subrayó su determinac­ión si no a revertir el pacto —“una derrota nacional”—, sí a vetar la entrada de Macedonia del Norte en la UE. “Si el Parlamento griego adopta el acuerdo, será irreversib­le para todas las partes, griegos y macedonios del norte, independie­ntemente de los Gobiernos que haya en el futuro”, considera Dimitris Rapidis, analista y asesor de Syriza.

Desde Skopje, Simonida Kacarska, directora del centro de análisis European Policy Institute, considera que “la disputa no terminará automática­mente con la aprobación del Parlamento griego, ya que dependerá del comportami­ento de los líderes políticos de ambos países en un futuro próximo”. Sobre la implicació­n de Europa, que ha visto favorablem­ente el acercamien­to de Atenas y Skopje, opina: “Las institucio­nes europeas se han mantenido claramente al margen de la disputa, aunque el acuerdo vincula su implementa­ción a las negociacio­nes de adhesión. Ello coloca a la UE en una tesitura para compromete­rse en la implementa­ción, aunque no es algo que hará a gusto”.

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/ T. STAVRAKIS (AP) Un monje protesta contra el pacto de Grecia y Macedonia, ayer frente al Parlamento en Atenas.

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