Ibar: discrepancia con respeto
Apenas han pasado unos días desde que un jurado popular, incomprensiblemente —o acaso comprensiblemente—, declaró culpable a Pablo Ibar. El veredicto nos parece incomprensible porque ese jurado escuchó, entre otras muchas cosas, cómo varios testigos que en juicios anteriores incriminaban a Ibar ahora confesaban haber mentido. También hubo cobros por testimonios. Asimismo, otro testigo declaró que el detective de la policía que llevó la investigación le amenazó reiterada y gravemente si no incriminaba a Ibar, aunque no cedió a esas amenazas.
Es más, los 12 miembros del jurado pudieron oír cómo una perito de la fiscalía —¡ojo! no de la defensa— afirmaba que la cadena de custodia de la camiseta con ADN estaba seriamente comprometida: recibió en un sobre parcialmente abierto la camiseta en cuestión para realizar el último cotejo de ADN previo a este juicio. Ella misma tuvo que cambiarle el precinto. Llama poderosamente la atención que todos los análisis anteriores de ADN fueran negativos. Casualmente, éste traía una traza con coincidencia parcial. Con estándares internacionalmente aceptados, esta prueba no hubiera sido aceptada como incriminatoria, por la alta probabilidad de que hubiera habido una contaminación. Finalmente, un perito del
FBI —también de la fiscalía, no de la defensa— afirmaba que el vídeo del asesinato no servía para realizar no ya la identificación de Ibar, sino de nadie.
Acaso todo esto sí sea comprensible. El juez —al que la defensa de Ibar intentó recusar previamente por haber sido en su día compañero del actual fiscal auxiliar en la fiscalía—, no nos dejó hacer ninguna mención del hecho de que Seth Peñalver, el otro coacusado en este mismo caso, fue absuelto en 2012. El juez tampoco permitió que el perito propuesto por la defensa, experto en identificaciones oculares, describiera las circunstancias del único testigo ocular: lunas tintadas en el coche del testigo, lunas tintadas en el coche de los perpetradores detrás, el testigo mirando por el retrovisor y con el sol en contra.
El jurado tomó su decisión, y para sus miembros al parecer tuvieron más peso los últimos llamamientos del fiscal, totalmente rebatibles, a decidir con las vísceras. Por supuesto, Ibar recurrirá.
Ha sido mucho lo que se ha dicho y lo que se ha oído estos