Arantxa Sánchez Vicario, un divorcio en dos continentes
Un juzgado de Esplugues fija para marzo la vista que su exmarido solicitó en España
La nada amistosa separación de Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana se ventila, en paralelo, en dos escenarios judiciales muy lejanos. Un océano separa los tribunales de Florida de los juzgados de Esplugues (Barcelona). La tenista quiere que el proceso de divorcio se decida en Estados Unidos, donde vive, mientras que el empresario pretende que sea en Cataluña. Mientras Florida no se ha pronunciado, Esplugues ha puesto ya fecha para la vista sobre la demanda de divorcio: el próximo 4 de marzo.
La cita en los juzgados llega más de un año después de que se hiciera pública la separación de Sánchez Vicario y Santacana, que se instalaron en Miami en 2014 y tienen dos hijos en común, Arantxa y Leo. Los problemas económicos y judiciales que arrastra la tenista desde hace años pesaron sobre la convivencia de la pareja, que dos años después de aterrizar en Estados Unidos sufrió una severa crisis que les llevó a vivir a cada uno por separado.
Santacana impulsó inicialmente el proceso de divorcio en Miami y pidió la custodia de los hijos con el argumento de que Sánchez Vicario padece problemas psicológicos. La excampeona de Roland Garrós, por su parte, le acusó de haber gestionado y malgastado su fortuna. Cuando se casaron, en 2008, los padres y hermanos de la tenista le advirtieron contra Santacana: trataron de que él firmara un acuerdo para renunciar al patrimonio