El Pais (Valencia)

“Un equipo macarra no va sexto en LaLiga”

JORGE MOLINA

- LADISLAO J. MOÑINO, Getafe

Asegura Jorge Molina (36 años) que marca mucho haber nacido en Alcoy y escuchar tantas veces la cacareada frase: “Tienes más moral que el Alcoyano”. “Yo no conocí a aquel equipo, no había nacido, pero esa frase da carácter, significa el no rendirse nunca, pelear y luchar hasta el final”, asegura un futbolista que ha escalado hasta la élite peldaño a peldaño: Tercera División, Segunda B, Segunda y Primera. Hasta los 30 años no debutó en la máxima categoría, con el Betis. A unas horas de medirse con el Atlético en el Metropolit­ano (16. 15, beIN LaLiga), el delantero aún recuerda con cariño el Seat 850 con el que se movía por Alcoy. “Era de mi abuelo y fue mi primer coche. Cuando estaba en Valencia estudiando magisterio ya no lo utilizaba. Cuando pasaba de 60 kilómetros por hora temblaba, no daba para salir de Alcoy”. Ahora, a cada gol que marca en el Getafe (nueve este curso), se le cuelga la coletilla de su edad. “Es la que tengo y no lo puedo negar. Cualquier gol o acción que hago la ligan con mis años. No me molesta, pero pretendo que se me valore por mi rendimient­o, por el día a día”.

Pregunta. Ese día a día durante muchos años fue en equipos de Tercera y Segunda B...

Respuesta. Eran tiempos más sacrificad­os. Ahora vivo solo para el fútbol, pero entonces también estudiaba y hacía muchos kilómetros, primero en el Alcoyano, luego en el Gandía y en el Benidorm. Mi padre trabajaba en una fábrica de textil, haciendo el pobre muchísimas horas. Me decía siempre: “Seguro que no quieres estar metido 12 horas en una fábrica como yo. Tú de lo que vas a vivir es de los estudios”. Afortunada­mente, se equivocó.

P.¿ Pensó en algún momento que no llegaría a Primera?

R. Estuve cinco años en Tercera y, si me preguntas en el quinto si voy a jugar en Primera, hubiera dicho que no lo creía. Ni siquiera pensaba si mi fútbol valía o no para Primera porque lo veía muy lejos. Cuando estás en Tercera, resulta difícil marcar goles, cuando estás en Segunda B lo mismo y, en Segunda y en Primera, igual. Los momentos previos al gol son como un chispazo y en décimas de segundo decides: me coloco aquí, defino así, hago esto...

P. Usted ni siquiera salió de una escuela de uno de los grandes clubes de la Comunidad Valenciana.

R. No hay una fórmula exacta para llegar a la élite. He ido subiendo poco a poco, no me marqué el reto de subir cuatro categorías de golpe. Ser delantero y marcar goles te da opciones de que se fijen los clubes y poder subir de categoría. Hasta cadetes estaba jugando en un equipo con mis amigos. En el primer año de juvenil en el Alcoyano hice 16 goles y se interesaro­n mucho por mí algunos de los filiales importante­s de la Comunidad Valenciana, pero pidieron demasiado dinero. Salir de un filial importante te abre las puertas, es un camino distinto, pero yo he disfrutado mucho con el mío.

P. Usted no llegó a Primera hasta los 30 años. ¿Eso le ha permitido vivir lo que vive ahora?

R. Creo que sí, porque valoras lo que cuesta llegar, te cuidas más. Mi ilusión es alargarlo lo más posible, siempre que las fuerzas me respondan, claro.

P. También ha estudiado Educación Física. ¿Es otra clave para mantenerse más tiempo?

R. En el gimnasio, en lo que es el entrenamie­nto alternativ­o, esos estudios te sirven porque conoces mejor tu cuerpo y lo que necesitas. No he tenido una lesión muscular en mi vida y toco madera porque es raro. Nunca me he perdido un partido por ese motivo.

P. ¿Ejecuta ahora algún movimiento o alguna acción que no hacía de joven?

R. Una de las cosas que he mejorado es jugar por detrás de otro delantero, antes era más referencia. En el Betis, aunque pareciera lo contrario, Rubén Castro era el que se quedaba más adelantado. En el Getafe, si jugamos con dos puntas, yo soy el que baja a recibir. Como jugador no tengo nada que ver con él, pero Michael Laudrup fue mi referente. Su forma de jugar, la clase que tenía, su visión de juego... Pero ya le digo que no tengo nada que ver con él.

P. ¿Le mejoró jugar tanto tiempo con Rubén Castro?

R. Rubén era el mas listo de la clase y definiendo era un espectácul­o, con la derecha, con la izquierda, iba bien de cabeza... Hay que aprender de los compañeros en el día a día. En el fútbol, hasta viéndolo por la tele, puedes mejorar.

P. Pepe Mel, que junto a Bordalás es uno de los entrenador­es que más le han marcado, era un cazagoles como usted.

R. A mí y a Rubén Castro siempre nos decía: “Porque ahora sea entrenador y esté gordo y viejo, yo también he sido delantero, hacedme caso, sé lo que me digo”. Y nos corregía los movimiento­s y las acciones en el área.

P. Son dos entrenador­es muy distintos.

R. Sí, y eso que Bordalás llegó a tener a Mel en el Benidorm. Pepe te da más libertad en el día a día, Bordalás es más metódico, más estricto. Pero con sus métodos los dos han tendido muy buenos resultados.

P. ¿Son un equipo macarra? R. Eso sí me molesta que se diga, nos cansa, estamos haciendo muchos méritos. No somos un equipo macarra que hace faltas y pierde tiempo [es el equipo de LaLiga con más infraccion­es cometidas por partido: 17,7], con eso no te da para ser sexto en LaLiga y estar en los cuartos de la Copa.

P. En los 15 enfrentami­entos de la era Simeone, el Getafe ni siquiera ha logrado marcar un gol. El balance es 28-0.

R. Ufffff, la verdad es que con el Cholo son un equipo difícil de batir y tienen calidad arriba. Es muy complicado hacerles goles, son fuertes y muy compactos. Simeone llegó en un momento bajo del Atlético y con él se acabó lo del pupas.

“Quiero que me valoren por mi rendimient­o, no por mi edad”

“Nunca me he perdido un partido por una lesión muscular”

“Mel decía: ‘Aunque esté gordo y viejo, hacedme caso, yo fui delantero”

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